Continúan las esquirlas por el fallecimiento de un carabinero que se encontraba trabajando como guardia privado en un evento realizado el sábado en el Teatro Caupolicán, en calle San Diego, comuna de Santiago, el sábado 24 de agosto.
Esa noche, en un incidente que se originó afuera del recinto, el sargento segundo Rodrigo Puga fue baleado en el abdomen. En una primera instancia, el domingo por la mañana, se informó que el uniformado había acudido a una fiesta y recibió un proyectil de bala por circunstancias de terceros.
Más tarde, la misma policía uniformada precisó que el fallecido se encontraba trabajando como guardia, lo cual es contrario al reglamento interno de Carabineros. Otro uniformado, Javier Molina, que estaba trabajando también como guardia, habría sido quien percutó la bala de manera accidental. Fue detenido y será formalizado por cuasidelito de homicidio. Ambos pertenecían a la Tercera Comisaría de Santiago.
En ese escenario, esta tarde fuentes policiales confirmaron a La Tercera que una carabinera que se encontraba trabajando también como guardia esa noche fue dada de baja.
En específico, el reglamento de los uniformados impide que estos trabajen en labores que ellos mismos fiscalizan. Fuentes señalaron a este medio que dicha práctica es frecuente y que la realizan, mayoritariamente, los carabineros con menos antigüedad para obtener una segunda remuneración ante los bajos sueldos de la institución.
Por realizar dichas prácticas, que son faltas grave, pueden ser sancionados o dados de baja, señalan desde Carabineros. Hasta ahora se conoce que tres uniformados trabajaron como guardias de la Fiesta Dame, una celebración orientada a la comunidad LGBTIQ+.
El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, afirmó que una empresa que sea sorprendida contratando a un carabinero para hacer de guardia puede sufrir multas de hasta $800 millones.
Por otra parte, el Ministerio Público se encuentra recopilando antecedentes para formalizar al excarabinero que habría disparado a su colega.