Ocho disparos de fusil. Eso fue lo que escucharon, alrededor de las 17.30 horas de ayer, los testigos del ataque en la Escuela de Caballería Blindada de Iquique.
Pronto los vecinos de la base castrense se enteraron que el ruido no provenía de un entrenamiento militar. Un soldado conscripto había tomado su arma de servicio y disparado contra un sargento y un cabo, provocando heridas mortales en ambos. Fue entonces cuando el responsable, identificado como Marco Velásquez González, se suicidó de un tiro en la cabeza.
La escena fue narrada por el director del recinto militar, teniente coronel Ignacio García Bunster, quien añadió que "las razones o motivos son materia de investigación".
Las víctimas, además del atacante, fueron identificadas como el sargento Fernando Zamorano y el cabo Pedro Benavidez.
Según informó La Estrella de Iquique, Velázquez, de 18 años, había ingresado a la institución en abril del año pasado. "Era un soldado que tenía 11 meses de instrucción", aportó García Bunster.
El informe preliminar da cuenta de que Zamorano recibió cuatro impactos de bala mientras que Benavidez falleció de un disparo en el rostro. Marco Velásquez, el atacante, se propinó un tiro en la cabeza.
A través de un comunicado el Ejército lamentó el fallecimiento de tres de sus integrantes y anunció que se encuentra entregando "el apoyo correspondiente a sus familiares".
"Lo pillaron pasando bala"
El hermano del conscripto, Diego Velázquez, reveló al diario La Estrella de Iquique que Marco había intentado suicidarse con anterioridad.
"Pasando bala lo pillaron. Estaba con psicólogo y psiquiatra, debieron darlo de baja y no quisieron", señaló.
Según el hermano, el conscripto había sido castigado "sin salir a la calle".
"Ayer (viernes) en la noche le tocaba guardia a otro conscripto y lo mandaron a él cuando no le correspondía", dijo el hermano del atacante.
"Yo entiendo que los mató porque lo estaban molestando, mi hermano no tuvo la culpa de nada", aseguró.