En agosto de 2022 un sujeto esperaba en el aeropuerto internacional de Santiago por un vuelo a Bruselas, Bélgica. Llevaba 7.124,5 gramos de clorhidrato de cocaína en su equipaje envuelto en envases de leche y puré. Todo parecía seguir según el plan, sus maletas estaban a pronto de ingresar al avión, hasta que la Brigada de Antinarcóticos Aeropuerto de la Policía de Investigaciones (PDI) identificó dicha sustancia y lo detuvo. Esto inició una investigación que hoy mantiene detenidas a 7 personas por ser partícipes de esta organización criminal internacional.

En noviembre del año pasado se pudo detener a otra persona que pertenecía a esta estructura delincuencial, esta vez en Bélgica, cuando estaba pronto a tomar un tren. En su poder llevaba más de siete kilos de cocaína bajo la misma técnica: envoltorios de leche y puré. Este nuevo detenido agilizó la investigación que pudo concluir con la “Operación Bruselas” que buscaba detener a más integrantes de esta banda criminal.

El operativo se llevó a cabo en Santiago y Frutillar, donde se encontraban los líderes de esta organización, en total cinco personas más fueron detenidas. “Todos ellos son chilenos y no se descarta la participación de otro ciudadano extranjero que está siendo en este minuto investigado por la policía federal de Bélgica. La relación que tienen entre ellos específicamente es que son del sector norte de la Región Metropolitana, se conocían entre ellos, hay un par que son familiares, otros que son amigos y son todos cercanos a través de redes sociales, medio por el cual se comunicaban”, declaró el subcomisario de la Brigada de Antinarcóticos Aeropuerto, Rodrigo Luvecce.

Además, desde la PDI destacan el trabajo en conjunto con el Ministerio Público, el cual permitió la colaboración de la policía belga y de España, país por el cual también pasaban estos sujetos en la ruta de la droga hacia su destino final.

“Esto se encadenó en que se acreditara la estructura de una organización criminal compuesta por estas personas logrando materializar cinco entradas y registro incautando diferentes especies de interés criminalístico, entre ellas notebook, celulares, con los cuales hacían las compras y se comunicaban por redes sociales y un vehículo que trasladaban estas sustancias desde los domicilios hasta el aeropuerto”, agrega Luvecce.

Finalmente 5 hombres y dos mujeres quedaron en prisión preventiva como imputados de los delitos de tráfico ilícito de droga y asociación ilícita.

Forma de operar

Tras las investigaciones, la PDI pudo dar cuenta de un modo de proceder bastante estructurado en esta organización criminal. Lo principal, era conseguir a personas para ser enviadas hasta Europa a hacer las transacciones de la droga. “Se logró encontrar a estos sujetos que antiguamente ellos mismos habían sido correos humanos y ahora se dedicaban a reclutar a estas personas para hacer los contactos con estas organizaciones transnacionales”, cuenta Daniel Contreras Castillo, fiscal occidente.

Además, esta banda tenía un alto nivel de estructuración y organización, ya que había personas destinadas específicamente al liderato de la banda y otras dedicadas a la logística, compra de pasajes y equipaje.

Luego, estas personas utilizaban vuelos comerciales para viajar hasta Europa y usaban equipaje facturado para introducir los paquetes de leche o puré donde iba oculta la droga. “Despegaban con arribo desde España y de ahí hacían una escala técnica hasta su destino final mediante tren u otro vuelo a veces a la ciudad de Bruselas en Bélgica, últimamente estaban cambiando esta ruta llegando directo a Barcelona y desde ahí trasladándose a Bruselas”, comenta Luvecce.

Una vez en la ciudad se alojaban en un hotel y mantenían contacto por WhatsApp con los líderes de la banda que estaban en Chile. Luego, por la misma red social, las personas que se encontraban en territorio nacional le enviaban una foto de un euro con un número de serie. Tras esto, debía llegar las otras personas a buscar la droga y debían mostrarles el euro con el código que se le había enviado anteriormente.

En total, la Policía de Investigaciones incautó más de 14 kilos de cocaína lo que significaba un valor comercial de 800.000 euros, es decir, cerca de 670 mil millones de pesos chilenos. “Hay que tener en consideración que el valor de un kilo de esta sustancia en Europa es de 54.000 euros”, concluye Rodrigo Luvecce.