Tras una petición de la defensa, el titular del Juzgado de Letras y Garantía de Pozo Almonte, Edgardo Castro, resolvió suspender el procedimiento contra A.E.V.B. -quien fue detenido el sábado pasado en la comuna de Huara, por su participación en la muerte de su mujer y su hijo de 4 años de edad- y decretar su internación provisional en la unidad de siquiatría del penal de Arica, mientras se realizan pericias para determinar si es o no inimputable por enajenación mental.
El sujeto fue formalizado por los delitos de femicidio, parricidio, homicidio frustrado, lesiones leves y posesión de arma de fuego, por lo que el fiscal (s) del Tamarugal, Javier Gutiérrez, había solicitado la prisión preventiva, misma solicitud que habian hecho la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, y las abogadas de Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género y del Programa de Representación Jurídica.
En la audiencia de formalización, el fiscal Gutiérrez indicó que en la madrugada del 9 de enero, el imputado se ofuscó con su pareja de iniciales A.M.B.A., de 39 años de edad y con quien tenía dos hijos en común, golpeándola con un rifle calibre 22 en distintas partes del cuerpo y más duramente en la cabeza, causándole la muerte a raíz de un traumatismo cráneofacial complicado. Luego dio muerte a su hijo de 4 años de edad con un disparo del mismo rifle.
Posteriormente -afirmó el Ministerio Público-, el imputado fue hasta la ladera de un río donde dejó su ropa y el arma utilizada, y entregó a su hija de dos años de edad a una mujer del poblado de Sibaya- donde reside-, indicándole que había matado a su mujer y su hijo.
Además se acusó al imputado de, momentos después, agredir a un poblador .quien estaba con sus hijos de 17 años y 2 años de edad- con golpes de puño y una mordida, para luego golpear al niño más pequeño vociferando que lo mataría, hasta que el padre con el hijo mayor pudieron detenerlo. Se informó que el padre resultó con lesiones de carácter leve y el niño con traumatismo facial y bucal, con pérdida de dos piezas dentales.
Sin embargo, la defensa del imputado señaló que existen antecedentes de que su defendido podría tener sus facultades mentales perturbadas, detallando que el año 2016 fue atendido por un episodio sicótico y que sobre los hechos señaló que los había realizado “por un llamado del diablo” y que había recibido ese día señales de que debía atacar a su pareja e hijo.