El 9 de enero, una investigación de La Tercera dio cuenta de la primera lista consolidada de sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica denunciados por abusos sexuales en el país durante los últimos 15 años. Entonces la cifra llegaba a los 80 casos.
Sin embargo, tras la visita del Papa Francisco a Chile, en que el tema de los abusos y encubrimiento en el clero se convirtió en uno de los principales debates, las denuncias de este tipo se multiplicaron a lo largo de todo el país. Del mismo modo, las distintas diócesis y congregaciones acogieron el mensaje de perdón del máximo líder de la Iglesia y dieron a conocer nuevos casos que habían mantenido en reserva; tanto de investigaciones en pleno desarrollo como de condenas ya ejecutoriadas.
De este modo, se sumaron al listado 33 nuevos nombres, llegando a 113 el número de religiosos católicos que han sido indagados por denuncias de abuso sexual en el país. Se trata de cuatro obispos, 95 sacerdotes, un diácono, dos consagrados, un seminarista, ocho hermanos maristas y dos monjas.
En el 44,2% de las denuncias ya hay condenas o sanciones de la justicia penal o canónica y un 31,8% se encuentra actualmente en plena etapa de investigación. A su vez, 71,6% de los casos corresponde a presuntos abusos sexuales donde las víctimas serían menores de edad.
Este listado actualizado se elaboró a partir de los comunicados oficiales de la Iglesia publicados en la página institucional www.iglesia.cl, así como de denuncias recogidas por fiscalía.
En los 113 casos solo se incluyen situaciones de abuso sexual. No fueron considerados sacerdotes denunciados por hechos que no constituyen delito, como conductas sexuales ajenas a los votos sacerdotales, casos de almacenamiento de pornografía, o relaciones sexuales con mujeres o con hombres adultos de forma consentida.
En este sentido, la lista no incluye a 13 de los 14 párrocos suspendidos recientemente de sus funciones en la diócesis de Rancagua, ya que en dichos casos, al cierre de esta edición, la fiscalía regional no ha determinado la posible existencia de delitos de abusos.
Tampoco se incluyen los casos de sacerdotes sancionados por otras faltas y delitos como adopciones irregulares, estafas, robos y no pago de pensión de alimentos.
Los nuevos casos
Entre los principales casos reconocidos por la Iglesia los últimos seis meses, se encuentra la condena canónica al sacerdote jesuita Jaime Guzmán Astaburuaga. La Congregación para la Doctrina de la Fe lo consideró culpable de abusos sexuales contra menores, ocurridos en el Colegio San Ignacio El Bosque entre 1984 y 1994, y le decretó prohibición de tener contacto con menores de edad y la restricción de ejercer públicamente el ministerio sacerdotal.
Asimismo, se abrió una investigación contra el sacerdote Juan Andrés Peretiatkowicz, de la congregación de los Sagrados Corazones, por presuntos casos de abuso sexual y de poder ocurridos en los años 80; o la denuncia por violación que enfrenta el rector del Seminario Menor de Concepción, Hernán Enríquez Rosas.
Y el caso que ha generado mayor conmoción pública: la reciente formalización y arresto preventivo del excanciller del Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz Toledo, acusado de abusos sexuales contra menores de edad. El sacerdote era el encargado, precisamente, de recibir y derivar las denuncias por abusos en las oficinas de la principal arquidiócesis de Chile.
Al listado anterior, que incluía el caso de Isabel Margarita Lagos -"sor Paula", superiora de la Congregación de las Ursulinas, quien perdió su cargo y fue trasladada a Alemania tras denuncias de abuso sexual contra menores-, se suma la reciente denuncia por maltrato y abusos sexuales que hizo la exreligiosa Consuelo Gómez contra la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano, entidad que pidió perdón y anunció una investigación.