"Una de las escenas que ocurrió es que una de mis compañeras tuvo que estar más de seis horas arriba de una higuera, porque una de las monjas la quería golpear. O ellas nos hacían limpiar enchufes con trapos húmedos como castigo y nos decían '¡ojalá te dé la corriente!'. Recuerdo los golpes con madera en la cabeza y compañeros que estaban seis meses y después desaparecían". Este es parte del testimonio de Edison Gallardo (41), quien cuenta haber pasado, entre los tres y nueve años aproximadamente, por tres hogares de menores de la Región de Coquimbo dependientes de la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús.

El caso de Gallardo no fue el único que llegó a la Fundación Para la Confianza. Hay otros cuatro relatos, tanto de presuntas víctimas como de e funcionarios de dichos recintos. La entidad presentó la querella el 10 de mayo pasado por los abogados Carlos Gajardo y Pablo Norambuena en el Juzgado de Garantía de Coquimbo. Esta es la primera acción judicial que el estudio jurídico de los exfiscales realiza junto a la Fundación.

Los centros involucrados son el Hogar Redes (La Serena), el centro de tránsito y distribución de lactantes Santa María de la Infancia (Coquimbo), la residencia Niño Dios (Vicuña) y el hogar Santa Clara de Asís, que atiende a niños con VIH en Santiago.

La congregación desde 2003 está inscrita en el registro de colaboradores del Servicio Nacional de Menores (Sename). Desde la institución explicaron que el Hogar Redes dejó de existir en 2015 y se dividió en dos centros y, que en marzo de 2018, pese a que no se recibió una denuncia formal y solo una acusación por redes sociales, iniciaron una investigación y se remitieron los antecedentes, que datarían de fines de 2014, al Ministerio Público. "Asimismo, como Servicio Nacional de Menores se realizó una supervisión extraordinaria a la residencia durante todo el año 2018, no detectando en sus supervisiones diurnas y/o nocturnas lo descrito en la denuncia", explicaron en el organismo.

El director ejecutivo de la Fundación Para la Confianza, José Andrés Murillo, afirmó que "maltrato, explotación y abuso son solo un ejemplo de las vulneraciones que se han denunciado en el Hogar Redes y que hemos recopilado para presentar esta querella. Esto ha ocurrido durante décadas y buscamos justicia, queremos que se investigue y se asuman responsabilidades, así como también que el Estado reconozca la historia y haga una comisión de verdad para todos quienes han sufrido bajo su protección".

El abogado Gajardo señaló que "hemos pedido que se tome declaración a una serie de personas que tienen información respecto de lo que ocurría al interior de este hogar. Estimamos que hay una vulneración de los derechos de los niños sistemática y persistente en el tiempo".

Los eventuales hechos se dividen entre la década de los 70' y 80', en que habrían ocurrido, según detalla la acción judicial, adopciones irregulares, descuido físico, torturas y abuso sexual. Un segundo periodo identificado es entre 1996 y 2006, en que se habrían repetido los mismos hechos. Un tercer momento, entre 2013 y 2016, habría ocurrido trato negligente con lactantes.

La Tercera intentó contactarse con la congregación, sin embargo, no tuvo respuesta.

La arista Cox

En su relato, el denunciante Edison Gallardo también involucró al exobispo de La Serena, Francisco José Cox, quien actualmente es investigado por abusos a menores en la región y fue dimitido del estado clerical por el Papa Francisco en octubre pasado. El denunciante aseguró que eran llevados en grupos al Arzobispado de La Serena por las religiosas. "Ellas propiciaron el abuso", afirmó.

Gallardo actualmente vive en Santiago y está ad portas de publicar su nuevo libro Esperanzas en el infierno -el primero fue Mi infierno en el Sename- en el que, dice, "dejo clara la diferencia de cómo fui más vulnerado en un hogar religioso que en un centro de rehabilitación conductual, por el que pasé después del Hogar Redes".