Hoy el caso Catrillanca avanza en formalizaciones, declaraciones judiciales, revelaciones inéditas, videos y un sinfín de antecedentes que siguen poniendo en duda las primeras versiones entregadas en la causa que lleva la Fiscalía Regional de La Araucanía. Los testimonios de los exfuncionarios del Gope han sido modificados por los propios imputados y, por lo mismo, cada día se aclara un poco más cómo sucedió la muerte de Camilo Catrillanca, ocurrida el 14 de noviembre en Ercilla.

La indagación del incidente abrió otra arista: la obstrucción a la investigación. Las mentiras expuestas por los imputados ante los fiscales, a quienes dijeron que no portaban cámaras que grabaran el procedimiento, fueron desmentidas por ellos mismos en sus declaraciones posteriores.

Hay otra arista de la que se sabe poco y en la que la fiscalía también trabaja. Se trata del robo a profesoras de la Escuela Santa Rosa, ubicada en Ercilla, que originó el cuestionado operativo del Gope. El atraco sucedió después de las 16.00 del 14 de noviembre. Fue denunciado por el conductor del furgón escolar del establecimiento en que trabajan las docentes asaltadas, a través de un llamado al 133 de Carabineros realizado a las 16.18 horas.

En conversación con La Tercera, el hombre, identificado con las iniciales F.R.S.S., relató lo que vio y descarta que el atraco sea un montaje. "Yo vi el robo, y el robo es", insistió.

"Ese día, el furgón presentó una falla de freno cuando iba a buscar a los niños por las comunidades. Entonces, ese día no hubo clases en el colegio al que pertenecían las profesoras que fueron asaltadas. La directora me acompañó a Ercilla a buscar un maestro, el único que hay en la comuna, y como no estaba, nos devolvimos", rememoró el chofer, quien trabaja en el establecimiento desde mayo de 2017.

"Después del almuerzo decidieron irse a sus casas. Yo me quedé esperando a un mecánico que vendría de Temuco, pero la directora me dijo que saliera a encontrar al maestro en el camino, así que aproveché que se iban para ir detrás de ellas. Ellas iban en caravana", agregó. Describió que los tres vehículos eran un Chevrolet Sail, un Great Wall y un Nissan March. "Ellas iban a sus casas, una a Ercilla, otra a Victoria y otra a Collipulli. Cuando ellas iban dando una vueltecita por un monte que hay en el camino, porque el camino estaba muy malo, los autitos, como son más bajos, se dieron la vuelta por el montecito. Entonces, en esas partes detrás del montecito, las agarraron", continúa.

Cuando los vehículos de las profesoras se detuvieron tras el monte, "me di cuenta de que algo pasaba y me adelanté por la parte mala para llegar por el otro lado del monte. Me crucé por delante de los autos, y ahí vi cuando estaba pasando todo lo que pasó", dice.

"Estaban ahí agresivamente echándolas abajo, a ellas y a los niños. Los autos los tenían atajados adelante con unas ramas y alambres de púa. Cuando llegué al lugar traté de irlas a ayudar, me bajé, pero obviamente vi la agresividad de las personas que andaban con unas hachas en la mano y con estas escopetas como recortadas. Hice el intento de ir allá, me gritaron 'saca esa huevá de ahí (por su auto), conchetumadre', y cuando me lo dicen por segunda vez, me di la vuelta y lo saqué hacia un lado, y ellos arrancaron". F.R.S.S. precisó que vio a dos encapuchados, pero que cuando conversó con las profesoras ellas le señalaron que eran cuatro.

"¿Si creo que fue un montaje? No. Yo, que trabajo ahí, sé cómo es esto. Ahora, que a los carabineros se les pasó la mano e hicieron cosas malas es otra cosa", señala. "Hay mucha gente que opina tanta estupidez y que ni siquiera sabe lo que pasó. Yo vi a las profesoras afectadas y a los niños llorando. Yo vi el robo, nadie me va a decir lo contrario", indica el hombre, quien compartió su testimonio ante la fiscalía.