A partir del 1 de julio comenzará a regir la rebaja de la tarifa en buses urbanos para la tercera edad a nivel nacional, medida que fue acordada entre el Parlamento y el Ejecutivo a fines del año pasado, tras el estallido social. El descuento será de un 50% en todas las comunas, por lo que el Ministerio de Transportes afina el plan para que opere este beneficio, el que incluye, en el caso de Santiago, que las personas utilicen una tarjeta bip! especialmente destinada para ellos.

Fernando Saka, director del Transporte Público Metropolitano, explicó ayer que la medida se deberá poner en marcha a mediados de este año, por lo que se habilitará “una tarjeta bip! especializada para las personas de la tercera edad (...). Los beneficiados serán alrededor de 800 mil personas y van a poder adquirir el nuevo plástico”.

Aún no está definido cuántas tarjetas se fabricarán, pero Metro podría participar como emisor, pues la estatal es la encargada de la red de carga del Transantiago.

La ministra de Transportes, Gloria Hutt, explicó que la medida regirá para personas mayores de 65 años (sin necesidad de que ellos sean pensionados): “La edad es la credencial más obvia, todos la portan”.

En el ministerio se espera que en las regiones las personas puedan exhibir su cédula de identidad ante el conductor del microbús para hacer efectivo el descuento.

Pulsera de silicona

En paralelo, el gobierno está evaluando otras alternativas para que las personas de la tercera edad puedan pagar en los buses. Una de ellas corresponde a la implementación de una pulsera fabricada con silicona, la que se puede usar en la muñeca por parte de los adultos mayores, iniciativa que hoy posee otros usos para facilitar la movilidad de las personas, lo que es promovido por el Laboratorio de Innovación Pública de la U. Católica. La institución posee un proyecto denominado Red Activa, que funciona en Puente Alto, pero que hoy tiene otros fines: aumentar el tiempo en algunos semáforos para que puedan cruzar e ingresar a baños públicos, entre otras cosas.

“Es factible que la pulsera sea usada como medio de pago y es de bajo costo”, dijo Cristóbal Tello, director del Laboratorio UC, quienprecisó que el dispositivo podría ser cargado, por ejemplo, en las boleterías del Metro.

Operadores

En cuanto a los recursos destinados a la aplicación de la medida, Carlos Melo, académico de Ingeniería de la U. San Sebastián y exsubsecretario de Transportes, afirmó que es complejo poner en marcha la rebaja, pues se debe asegurar que no haya un mal uso del beneficio en regiones, donde no existe un sistema de recaudación como el de la tarjeta bip! “El verificar con carné de identidad en paraderos de alta demanda es difícil y demoroso para los conductores”, advirtió. También dijo que el ministerio debería realizar una negociación con los gremios del transporte en diferentes comunas, pues a las empresas se les transferirán recursos para “compensarlos” por aplicar la rebaja del pasaje a la tercera edad. Para ello -precisa Melo- se debería calcular una demanda de pasajeros referencial que tendrán los operadores.

Felipe Ulloa, experto en transportes y exasesor del gobierno anterior, añadió que “en cualquier caso, urge que comience a regir el beneficio dadas las bajas pensiones. Es necesario aliviar el alto costo que tiene este ítem para las familias”.

Alonso Figuera, dirigente de la empresa de buses Gran Valparaíso, señaló que hasta ahora no han sostenido conversaciones con Transportes para determinar cuántos recursos recibirían por este concepto o cómo se pondrá en marcha la medida. “Sería deseable poder zanjarlo pronto. Pensamos que las personas deberían tener una identificación especial, pues es complejo pedir la cédula de identidad, dado que es un documento personal”, dijo.