“Santiago y la RM todavía están en cuarentena. Por lo tanto, le falta muchísimo para avanzar en desconfinamiento”, aclaró ayer el ministro de Salud, Enrique Paris. Y es que el anuncio de la desescalada de algunas restricciones impuestas por la pandemia en las regiones de Aysén y Los Ríos fue vista como una esperanza por muchos capitalinos. O, al menos, el inicio de un proceso que podría poner fin a la cuarentena general.
Lo cierto es que, aunque ha habido mejoras en los indicadores sanitarios, las cuatro metas sugeridas por el Consejo Asesor Covid-19 (demanda asistencial, nuevos casos, positividad y trazabilidad) aún se ven lejanas. Así, mientras la mesa sugiere que la ocupación UCI no supere un 85%, la RM alcanza un 92% de demanda, es decir, casi al límite.
Y muy por sobre el tope del 10% sugerido por los expertos se encuentra la positividad de los exámenes en Santiago: ayer fue de 22,7%, con una caída sostenida en los casos, aunque con menos pruebas realizadas (16.842), en comparación a las 21 mil que han informado los laboratorios en un día.
Así, hablar de una desescalada de las restricciones en la capital se vuelve difuso para el experto en datos Ernesto Laval. El ingeniero dice que solo se podrían hacer proyecciones si el escenario se mantuviera “constante”, situación que -a propósito de la experiencia tras la “meseta” de contagios que vivió el país antes de un nuevo repunte- podría cambiar.
Laval añade otro factor a la ecuación, a pesar de la relativa baja en la demanda hospitalaria: “Todavía no hay una reducción sostenida de los fallecidos en la RM. Aún no podemos hablar de tres semanas a la baja en la que no haya habido alzas entremedio”. Sin eso, pensar en flexibilizar las restricciones -con posibles rebrotes en algunas comunas- es arriesgado, sostiene.
Tres a cuatro semanas
El escenario constante del que habla Laval, para el epidemiólogo y estadístico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, Gabriel Cavada, es la cuarentena, la que ha comenzado a surtir efecto “después de bastante tiempo”, comenta.
En ese sentido y aludiendo los parámetros determinados por el consejo asesor -sobre los cuales el gobierno montaría las condiciones basales para el desconfinamiento-, el epidemiólogo plantea el “factor de crecimiento” de la pandemia, o R efectivo, como uno de los elementos clave para comenzar a hablar de una medida así para Santiago.
Al día de ayer, el número se empinaba en el 0,81, mientras que el ideal para los expertos se sitúa en 0,5. “Al llegar a ese nivel, se debe mantener así por un par de semanas. Con los números actuales aún no hay ninguna certeza para abrir. Pero una evaluación seria para abrir la Metropolitana se debe hacer en la última semana de julio”, explica Cavada.
El epidemiólogo también pone en entredicho las cifras de trazabilidad enunciadas por la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, quien ha informado que es cercana al 80%. Así, y para poder validar el número, Cavada afirma que se debe informar cuántos casos corresponden a uno secundario o sin nexo.
Para el médico epidemiólogo de la UDD Manuel Nájera, el cálculo de cuánto tiempo de confinamiento le queda a la capital es matemático:
Si uno observa la curva de los casos, cómo ha ocurrido y cómo va este descenso después del peak, llevamos un mes con dos mil casos diarios detectados y una positividad sobre el 20%. Lo que uno pensaría es que para bajar otro 10% de positividad, y otros 1.500 casos diarios más, deberían pasar otras tres semanas o un mes.
Manuel Nájera, epidemiólogo UDD
En ese escenario, Nájera explica que aunque no puede hablarse ahora de desescalamiento como tal, sí es necesario comenzar a conversar las etapas y condiciones del plan de reapertura, apegado a los parámetros sanitarios. “A medida que vayamos pensando que estamos cerca del desconfinamiento, la gente se empieza a mover más, y se generan unos pequeños brotes, pero es necesario comenzar a dar la discusión ya”.
El especialista también toma distancia de las cifras de trazabilidad entregadas por la autoridad sanitaria, lo que cobra relevancia al hablar de reabrir: “Es fundamental un sistema de vigilancia robusto, y no sabemos si tenemos esa capacidad, creo que todavía no”.
Con más pesimismo aborda la epidemióloga de la Usach Paulina Martínez los plazos para un eventual desconfinamiento. “Creo que la RM estará julio completo en cuarentena, y al menos hasta mediados de agosto, porque no se están cumpliendo los indicadores”, dice.
Y si bien reconoce que hay una mejoría, advierte que el estado de la pandemia es tan heterogéneo en Santiago, que las restricciones no se deberían levantar hasta que la transmisión del virus se ralentice en la mayoría de las comunas.
Los contagios no han disminuido de igual manera en todas las zonas y no nos sirve que solo algunas comunas cumplan los requisitos, porque hay una diversidad cultural y epidemiológica. El anuncio de que se levantarán las restricciones en Los Ríos y Aysén tiene efectos en la población, porque no todos lo entienden igual. Entonces, si se levantan las restricciones en la RM, podría ser un gran error.
Paulina Martínez, epidemióloga Usach
La hoja de ruta
Junto con verificar que se cumplan los criterios sanitarios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los países diseñen un plan de desconfinamiento con fases que duren dos semanas cada una, para evaluar su cumplimiento.
A juicio de Diego Pardow, presidente ejecutivo de Espacio Público, eso es lo más urgente hoy: diseñar el plan. “Lo primero que necesitamos es una hoja de ruta para discutir cuándo será el desconfinamiento, cómo se discutirá con la comunidad científica, y luego hay que ver las métricas y cómo se cumplen”, dice, advirtiendo que aún no está claro si las autoridades acogerán o no las recomendaciones del Consejo Asesor Covid-19, a la vez que ya anunció la apertura en las regiones de Los Ríos y Aysén.
“El gobierno no ha dicho si recibirá aportes de otras comunidades científicas o cuáles son las estrategias previas a la determinación del plan. Además, los planes de desconfinamiento en cualquier país de Europa son mucho más variados, plantean cuáles son las fases, lo que busca cada una y cómo se medirán”, explica.