Medidas de aislamiento dispuso la Primera Brigada Acorazada "Coraceros" del Ejército en Arica en el Campo Militar Azapa, ubicado a la salida sur de esta nortina ciudad, a raíz de que detectó un foco de sarna (escabiosis) en 64 soldados conscriptos de esa unidad militar.
A través de un comunicado, la institución reconoció anoche que "los primeros casos fueron detectados el 01 de octubre y se han incrementado producto de la propia evolución de otros afectados, como también de la pesquisa activa del médico de la unidad, alcanzando a la fecha a 64 efectivos que habitan en dependencias de este Cuartel".
El Ejército indicó que está brindando el tratamiento a los afectados y que dispuso su aislamiento para evitar su propagación, dado que el contagio principal se produce por contacto físico o a través de ropas o materiales utilizados por personas infestadas con el ácaro denominado Sarcoptes scabiei.
La unidad militar precisó que "son soldados con una edad promedio de 20 años, quienes han comunicado directamente a sus padres sobre su situación, que no presenta mayor molestia que la picazón y erosiones en la piel. Se encuentran desarrollando sus actividades normales dentro de su aislamiento".
El Ejército señaló que, a través de su Dirección de Sanidad, informó esta situación a la Unidad de Epidemiología de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, detallando las acciones aplicadas y evolución de este foco infeccioso. También indicó que la Seremi ha apoyado con la provisión de medicamentos específicos "dada la escasez en el comercio local".
Por su parte, la seremi de Salud, Claudia Torrealba confirmó la existencia de un "brote de escabiosis en evolución" en la brigada militar y que el lunes pasado "la Dirección de Sanidad del Ejército nos solicitó apoyo de terapia escabicida, para tratamiento de contacto, la cual se gestiona a través de la Dirección de Salud Municipal y de la Dirección del Hospital Regional".
Dentro de las medidas adoptadas, la autoridad detalló que se dispuso "aislamiento, tratamiento y seguimiento de los casos; manejo profiláctico de los contactos; y medidas de prevención de la propagación, educación a todos los expuestos".
Por su condición de unidad militar, la Seremi de Salud sólo ha prestado asistencia técnica sin inspeccionarla. El impedimento para hacerlo estaría en el Reglamento Orgánico y de Funcionamiento del Estado Mayor del Ejército, donde se establece que es la Dirección de Sanidad de la institución castrense la encargada de "controlar el cumplimiento del Código Sanitario, materias de autoridad sanitaria, y otras normas legales en el ámbito de la salud vigentes en la institución".
Causas desconocidas
Las causas del brote infeccioso aún no han sido establecidas por el Ejército, ni por la Seremi de Salud. Por el momento, se investiga si pudo haber un contagio por la existencia de perros abandonados que ingresan al recinto y juegan con los soldados. El recinto no tiene cercos, por lo que esta condición facilita el tránsito de estos animales callejeros por esas dependencias.
Otro factor de preocupación para el Ejército es la inexistencia de un sistema de abastecimiento de agua potable continuo para consumo humano. El Informe Final N° 592 emitido por la Contraloría Regional el 1 de septiembre de 2017, representó al Ejército la falta de agua potable en esa brigada, señalando que sólo el "rancho", es decir el sitio donde se alimenta todo el contingente, contaba con el suministro.
La investigación estableció como conclusión principal que "la Primera Brigada no cuenta con suministro de agua potable para todas sus dependencias, lo que vulnera lo dispuesto en el artículo 12 del decreto N° 594, de 2000, del Ministerio de Salud, que Aprueba el Reglamento sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo, según el cual todo lugar de trabajo deberá contar con agua potable destinada al consumo humano y necesidades básicas de higiene y aseo personal, de uso individual o colectivo".
El pasado 22 agosto, el organismo contralor emitió un nuevo informe sobre los compromisos que estableció el Ejército, para subsanar este problema. La institución castrense informó que había dispuesto la habilitación de dispensadores de agua en todas las dependencias, para que los militares pudieran beber.
Sin embargo, respecto del abastecimiento continuo del vital elemento para otras necesidades básicas, expuso que estaba en curso la adquisición de una planta de tratamiento por osmosis inversa, para potabilizar el agua que proveen los dos pozos que tiene el Ejército en ese recinto.
La seremi de Salud dijo desconocer el problema de falta de agua potable en el cuartel militar. Sin embargo, el propio Informe 592 de la Contraloría Regional señala que el año pasado pidió apoyo a esta entidad, para que evaluara las condiciones sanitarias del recinto, especialmente el cumplimiento del Código Sanitario, antes de notificar las observaciones que formuló al Ejército.