Retener al personal altamente calificado, adecuar las Fuerzas Armadas (FF.AA.) a los cambios demográficos e incentivar el mérito. Esos son los objetivos principales que recoge el proyecto de ley de modernización de la carrera militar que presentó el gobierno.

La iniciativa, que fue anunciada por el Presidente Sebastián Piñera junto al ministro de Defensa, Alberto Espina, contempla dos ejes principales: la extensión de la carrera militar, y cambios a los beneficios previsionales. "El proyecto de ley apunta a extender la carrera militar de forma tal que ese límite máximo no provoque pérdidas innecesarias", dijo el Mandatario.

La iniciativa contempla extender de 38 a 41 años la carrera de oficiales y de 35 a 40 la de suboficiales. También se informó que bajo este nuevo esquema, se pretende que sean los miembros de los escalafones más altos quienes vean aumentada la cantidad de años que podrán permanecer dentro de la carrera militar.

En relación con las modificaciones del sistema previsional, los principales anuncios tienen que ver con el aumento de los años para la obtención de pensiones completa y mínima, también conocidas como "salidas", de 30 a 35 años y de 20 a 23, respectivamente. Además, establece que el personal civil de las FF.AA. deba cotizar en las AFP y no en Capredena, donde la mayoría lo hace actualmente.

Críticas preliminares

El proyecto ingresaría a fines de esta semana, con urgencia simple, a la Comisión de Defensa de la Cámara. A pesar de que los parlamentarios de dicha instancia aún no conocen el detalle de la propuesta, ya asoman las primeras críticas, y la mayoría apunta a que los años de aumento de la carrera militar son muy bajos.

El diputado Manuel Matta (DC), presidente de la Comisión, cree que la cantidad de años en que se aumenta la carrera debería ser mayor: "Con las expectativas de vida, obviamente el compromiso activo debería ser algo más, de acuerdo a los propios antecedentes que se disponen hoy día sobre la demografía en Chile". Jorge Brito (RD) afirma que "el proyecto es completamente insuficiente, porque no enfrenta el problema. En primer lugar, hay una asimetría entre la población civil y los uniformados en cuanto a sus pensiones, pero lo otro tiene que ver con que las personas a los 60 años siguen completamente activas y con todas las capacidades para poder continuar trabajando".

El diputado oficialista Osvaldo Urrutia (UDI) también coincide en el punto y asegura que "en algunos casos, como por ejemplo especialistas en ingeniería naval o aeroespacial, deberían permanecer un tiempo mayor para que realmente puedan devolver a su institución y al país el aporte que el Estado realizó para su formación".

El ahorro para el Estado

En los 10 primeros años de implementación se espera que el ahorro sea nulo, ya que lo que se deje de gastar en previsión será compensado por el aumento en el gasto en remuneraciones. El subsecretario para las FF.AA., Juan Francisco Galli, explicó que el "mayor gasto en remuneraciones se ve compensado por el menor gasto en pensiones que esas personas hubieran recibido si es que hubieran sido llamadas a retiro".

Según cálculos realizados por Defensa, el ahorro comenzará a notarse al año 11 de entrada en vigencia de la ley. De esta forma, el aumento de la carrera militar provocará que en 30 años el Estado ahorre más de $ 340 mil millones. Estos recursos no quedarán en las arcas de las FF.AA., sino que se devolverán al Fisco. Gran parte del dinero que se logre ahorrar será gracias a los cambios en el sistema previsional para los funcionarios civiles.