En un paso exprés por Chile de tres días, el director del seminario rabino latinoamericano, Ariel Stofenmacher se ha reunido con rabinos de distintas congregaciones, con la cúpula de la Iglesia de Santiago -el administrador apostólico Celestino Aós y los obispos auxiliares de la capital- y con el encargado de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (Onar), Javier Castro Arcos. Aquí, con La Tercera, la autoridad del judaísmo analiza varios temas ligados al ámbito religioso y espiritual de Chile.

-Usted está a cargo de la formación de muchas personas. A raíz de lo que ha pasado con los abusos en la Iglesia Católica, ¿han tenido que revisar su propia forma de enseñar o hacer ajustes a los procesos formativos?

-Por un lado, tengo confianza en que lo que se sabe que ha pasado en la Iglesia Católica son excepciones y no reglas. Y, como es de conocimiento público, su santidad el Papa Francisco ha tomado cartas en el asunto y seguramente a la brevedad ese tema estará atendido. Lamentando, por supuesto, que el pasado no puede volverse atrás. Respecto de la comunidad judía, el seminario tiene un procedimiento de admisión para la selección de estudiantes  y un seguimiento permanente, que entendemos minimiza la chance de desviaciones de todo tipo, incluyendo las psicológicas, con testeos adecuados.

-¿Ustedes no han tenido denuncias de abuso en América Latina?

-No hemos tenido denuncias de abuso de rabinos.

-En el tema de los abusos, ¿cree que pueda influir el celibato, que, por ejemplo, siguen los sacerdotes católicos?

-No soy experto ni me siento autorizado para hablar sobre la Iglesia Católica. Puedo hacer un comentario genérico. Entiendo que donde hay alguien que tiene un poder propio o delegado, y una persona que se siente bajo ese poder, se generan relaciones que algunas veces pueden resultar equivocadas. No me imagino por qué el celibato debiera cumplir un rol en esto, siendo que, lamentablemente en el mundo moderno lo hemos visto en políticos, en militares, en la sociedad civil. El abuso es una problemática mucho más extendida y de más alcance que el tema puramente confesional.

-La diversidad sexual es visto con más recelo desde otras religiones o ha sido más difícil adaptarse. ¿Cómo es visto desde el judaísmo?

-El judaísmo que se autodefine como pluralista, inclusivo y liberal, entiende que cada persona tiene una identidad personal, de género, sexual, y que es libre de ejercerla. Nosotros como comunidad los abrazamos y los invitamos a acercarse, a sentirse confortables en el seno de su tradición familiar.

-Recientemente acá en Chile un obispo nombrado por el Papa, Carlos Irarrázaval, que finalmente no alcanzó a asumir como tal, señaló que "la cultura judía es machista hasta hoy". Después ofreció disculpas públicas por sus dichos. ¿Qué le parece esa afirmación?

-La cultura judía no es machista. Sin embargo, si buceáramos en los milenios de la historia, seguramente nos encontraríamos con expresiones machistas en el seno de la historia judía que, gracias a Dios, hemos superado largamente y los entendemos como la expresión del momento, a coyunturas históricas. Siendo hoy día las coyunturas históricas diferentes y nuestra comprensión diferente, no existe ningún motivo ni ninguna justificación para machismos, de ninguna manera.