Consuelo Contreras, directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, estuvo este jueves en Arica para monitorear el masivo desplazamiento de migrantes venezolanos. La situación es "crítica", afirma.

¿Es posible para ellos cumplir con las exigencias del gobierno para entrar al país?

Esa gente viene sin pasaporte, porque es prácticamente imposible sacarlo hoy en Venezuela. Les cobran 1.500 dólares y solo una vez a la semana pueden sacar papel de antecedentes. La mayoría está con cédula y no tienen cómo pedir la visa de responsabilidad democrática. Son condiciones imposibles.

¿El INDH considera que Chile está negando solicitudes de refugio arbitrariamente?

No se están recibiendo las cartas de refugio. O si se reciben, en la misma frontera se toma la decisión si la persona puede o no ingresar al país. Las normas internacionales suscritas por Chile dicen que si una persona solicita refugio se le debe aceptar la solicitud, ingresarlos al país. No se puede negar el ingreso a alguien que pide refugio porque corre riesgo su vida.

¿Por qué corren riesgo?

En la frontera hay personas que han sido funcionarios de gobierno o miembros de la Guardia Civil de Venezuela que han desertado y que no pueden volver a su país.

Las autoridades han dicho que es necesario ordenar la llegada de inmigrantes...

Creo que la migración debe ser segura y ordenada. Sin embargo, en este minuto hay una crisis en Venezuela muy grave. Hay una suerte de desplazamiento forzado.

El gobierno ha reconocido al presidente encargado, Juan Guaidó, ¿cómo se explica el cierre de fronteras para estos venezolanos?

Ahí una contradicción y una falta de consecuencia del gobierno. Hay que ayudar a Venezuela, y una forma de hacerlo es ayudar a la población que está en desplazamiento.