Directora del Servicio Nacional de Menores: "Salir de esta crisis del sistema no es un tema de gobierno, sino de Estado"
El extinto Cread Playa Ancha fue reemplazado por cuatro hogares familiares, todos parte del nuevo modelo de protección a la infancia.
La directora nacional del Sename, Susana Tonda, conversó con La Tercera sobre su primer año a cargo del servicio y los tres meses que lleva implementado el nuevo modelo de residencias familiares, encargado de reemplazar a los cuestionados Cread. Esta etapa comenzó con el cierre de la residencia de Playa Ancha, en Valparaíso. "Los primeros meses son los más complejos y los evalúo con dificultad, pero también superando etapas en la implementación", indicó.
¿Cómo ha sido su experiencia de este primer año en el cargo?
Fue un año donde al principio una se siente bastante perdida. Llegamos con un diagnóstico impactante de la crisis, con mucha inseguridad interna, sin conocer a nadie, con muchas dificultades para poder avanzar. Entonces, si me preguntas a un año de estar acá, tengo varios sentimientos. Me siento mucho más en casa, siento que mucha más gente es parte ahora de un equipo muchísimo más grande. Al principio me sentía bastante sola. Y también siento que estamos avanzando, aunque sea poco a poco, estamos avanzando. Estamos claramente en una etapa de transición, con muchísimos problemas. Pero yo diría que llegamos con un diagnóstico de crisis impresionante y empezamos a diseñar estos grandes cambios. Al principio eran sólo un diseño, sólo ideas, sueños, y hoy día ya estamos a la mitad de esta tarea, de esta importante etapa.
¿Cuatro años son suficientes para un cambio como el que se necesita?
Yo creo que no es suficiente para hacer el cambio completo, pero sí para marcar ciertos temas y ciertas pautas de cambios. Yo siempre dije que salir de esta crisis no es un tema de un gobierno, es un tema de Estado. Y soy una convencida de que los apoyos transversales que hemos tenido van a permitir que los distintos gobiernos que vengan hacia adelante van a continuar con los cambios que iniciamos. Yo creo que en esto hay un acuerdo transversal.
¿Cómo evalúa los primeros meses del sistema de residencia familiar?
Cualquier cambio tiene dificultades, y por lo tanto las hemos ido resolviendo en su mayoría sobre la marcha, algunas todavía nos faltan. De hecho, cuando uno se cambia de casa va viendo las cosas que tiene que arreglar como familia, imagínate acá. Por otro lado, los funcionarios también tienen períodos de adaptación. Los mismos modelos de intervención tienen que ir mejorando en forma paulatina. La residencia de Cerro Alegre, que es la primera, ya está más adaptada. Las residencias de varones que fueron las dos últimas, Villa Alemana y Viña del Mar, están un poquito más atrás en todo este proceso. Pero yo diría que estamos en etapa de adaptación y avance, cada día mejor, cada semana mejor que la anterior.
¿Cuáles han sido los principales obstáculos que han tenido en esta etapa?
Yo diría que en algunos casos son derechamente temas de infraestructura. También hemos tenido algunos problemas puntuales con algunos colegios, pero están casi todos los niños escolarizados. Además, hubo dificultades en lograr tener la atención necesaria, tanto en salud como en Senda, en cada una de las residencias de acuerdo a las dificultades de los niños. Los jóvenes, al cambiarse, tienen ciertas inestabilidades que requieren mayor apoyo. Y para los funcionarios también ha significado cambiar en la manera de actuar.
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