Distanciamiento social: la medida sanitaria que muestra la mayor pérdida de adhesión en la RM

Las restricciones sociales que se han hecho obligatorias a causa de la pandemia ya cumplieron un año y medio instaladas en el país. Ese desgaste, sumado a la puesta en marcha de la campaña de vacunación estaría empujando una falsa sensación de seguridad que ya comienza a hacerse plausible, señalan los expertos, con el aumento de los contagios reportados en los últimos días.

¿En qué se traduciría esto? Específicamente, en una fuerte caída en la adhesión a las medidas sanitarias que persiguen evitar contagios de Covid-19, mediante conductas preventivas como el lavado de manos, el uso de mascarilla y el distanciamiento social.

Así lo plantea la encuesta de Cumplimientos de Medidas de Autocuidado en Covid-19, realizada a 500 residentes de la capital por el Programa Centro de Salud Pública y el Departamento de Matemáticas de la Universidad de Santiago, que visualizaron cómo están cambiando los hábitos en este segundo año de pandemia.

Los datos levantados durante agosto y septiembre mostraron una disminución generalizada en las acciones destinadas a prevenir contagios en la Región Metropolitana. Así, mientras en 2020 el 71% de los encuestados declaraba que siempre lavaban sus manos o utilizaban alcohol gel, esta cifra cayó al 57,6% este año. Lo mismo ocurrió con la mascarilla: el 82,6% de los consultados dijo que en 2020 la utilizaba en forma permanente, pero en este año esta adhesión disminuyó al 77,4%.

Mientras, el distanciamiento social aparece como la medida sanitaria que más ha perdido fuerza. Y así lo admiten los consultados: el 49,8% declaró cumplirla el año pasado, mientras que este año solo el 18,6% la mantiene.

“El hecho de que el uso de mascarilla sea la medida que menos disminuyó su uso frecuente, se puede deber a que es una acción que puede ser fácilmente vigilada (control social) e impone menores costos de aplicación”, plantea el análisis.

Claudio Castillo, investigador del Programa Centro de Salud Pública, afirma que “hay una fatiga pandémica en la población, han sido muchos meses de restricciones, de estar encerrado. Eso, sumado a la poca percepción de riesgo por la amplia cobertura de la vacunación, ha hecho que la gente hoy se pueda sentir menos susceptible de un contagio”.

El aumento en los casos de contagio que se han registrado durante las últimas semanas estaría explicado en gran parte por este relajo en la prevención. Y Castillo añade otras razones: “El fin del toque de queda y el aumento del aforo en los restaurantes y pubs han influido mucho en el comportamiento de los ciudadanos, que ahora se muestran más tranquilos y confiados en que no contraerán el virus”.

Además, la encuesta indica que son las mujeres las que se muestran más dispuestas a respetar las medidas de prevención, mientras que es en la población menor a 25 años donde más decaen las conductas de autocuidado. “Esa es una cifra superdelicada, porque demuestra cómo los jóvenes están viviendo la pandemia hoy”, explica Felipe Elorrieta, académico del Departamento de Matemáticas de la Usach y uno de los investigadores del estudio.

En ese rango etario, la adherencia en el lavado de manos disminuyó de un 69,4% en 2020 a un 49,7% este año. Mientras, el cumplimiento del distanciamiento social decayó de un 47% a un 12%, en igual período.

“El tema de los jóvenes responde mucho a su forma de entender la pandemia. Ellos se sienten más fuertes, creen que no les pasará nada, pero hay una cifra importante de pacientes con comorbilidades de ese rango etario que han requerido camas UCI”, subraya Elorrieta.