Duelo en la Macrozona Sur: bitácora del asesinato de Segundo Catril Neculqueo, séptima víctima fatal en La Araucanía en 2022

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Segundo Catril tenía una esposa y cuatro hijos. Sus funerales serán este miércoles en Tirúa.

El trabajador mapuche de la empresa Santos Reinao Millahual SpA -que prestaba servicios para Forestal Mininco, de propiedad de la CMPC- recibió un disparo en su cráneo mientras se trasladaba desde su hogar a faenas de reforestación. Sobrevivientes del ataque recuerdan que viajaban como todos los días, desde Tirúa a Lumaco, cuando en el sector de Relún comenzaron a recibir disparos de desconocidos. Dos operarios recibieron perdigones en su cuerpo, pero la peor parte se la llevó "don Segundo" -como le decían sus compañeros-, quien cayó abatido frente a su hijo. Pese a los esfuerzos médicos, falleció a las 16.08 horas de este martes 24. La Fiscalía de La Araucanía indaga el homicidio en el contexto de ataques por violencia rural y efectúa peritajes a municiones de varios calibres encontradas en el lugar del incidente, entre ellas dos cartuchos 7.62, pertenecientes a un fusil de guerra.


Segundo Armando Catril Neculqueo (66) estaba contratado desde hace cuatro años para una empresa que presta servicios a la Forestal Mininco, ligada a la CMPC. Era bueno para madrugar y, según quienes lo conocieron, nunca faltó un día a la faena. Junto a otros 25 trabajadores, entre ellos su hijo Héctor, viajaba en un bus y estaba a punto de llegar al campamento San Óscar, comuna de Lumaco, en la Región de La Araucanía, cuando a eso de las 8.52 AM varios se agacharon y tiraron al suelo cuando sintieron disparos. Era una emboscada. Después de varios minutos y cuando el ataque amainó se percataron de que “don Segundo” tenía un disparo en su cabeza. A las 16.08, siete horas después de la balacera, pese a los intentos del personal médico del Hospital de Temuco, donde fue trasladado en un helicóptero de Carabineros, se registró su fallecimiento.

Apenas se supo del ataque, el propio fiscal regional de La Araucanía se trasladó hasta el recinto asistencial. Hasta ese lugar también habían sido derivados otros dos trabajadores que tenían heridas leves, de perdigones. Se dictaron las primeras diligencias a la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) de Angol y al Laboratorio de Criminalística de la PDI. Hasta el cierre de esta edición las pesquisas para hallar a los responsables no tenían resultados, aunque en el sitio del incidente se encontraron municiones de varios calibres, entre ellas dos cartuchos 7.62 para un fusil de guerra, 7 de 9 mm y 16 de calibre 12.

Los blancos de las comunidades a las que pertenecían los trabajadores, en tanto, apuntaban a grupos radicalizados que actúan en la zona donde limitan las regiones de La Araucanía y el Biobío, en plena “zona roja” de ataques en el contexto de violencia rural.

Otro trabajador mapuche asesinado

Con el asesinato de Catril, no pocos recordaron lo ocurrido el 6 de mayo pasado con Manuel Huenupil Antileo, otro trabajador mapuche abatido en la Macrozona Sur. En esa oportunidad la víctima regresaba de su trabajo junto a otros comuneros y pasaban por un predio cercano al sector de “Casa Piedra”, entre Tirúa y Carahue, cuando recibió un disparo por la espalda que le quitó la vida. En esa oportunidad, sus familiares y amigos apuntaron a que tras el ataque estaba la Weichan Auka Mapu (WAM), agrupación considerada como “terrorista” por las policías. “No es primera vez que este grupo armado se entromete de manera violenta en las recuperaciones de comunidades, actuando como pandilla que se traslada de un lugar a otro según la cantidad de las plantaciones forestales para extraer y hacer sus negocios”, sostuvieron en esa oportunidad cercanos a Huenupil a través de un comunicado.

No por nada, dicen cercanos a Segundo Catril, la empresa en que trabajaba -que pertenece a Santos Reinao, un mapuche que ha sido amenazado por realizar servicios a forestales- ya había tomado resguardos. El chofer del bus en que viajaban los comuneros comentó a la policía que justo este martes habían tomado una “ruta segura”. Esto, porque ya antes habían sido hostigados, pero nunca pensaron que serían el objetivo de “un ataque a mansalva” como el que ocurrió esta jornada.

Reinao tras enterarse de la muerte de “don Segundo” cuestionó a las autoridades. “No puede nuestro Estado seguir esperando más muertes. ¿Quieren que sigan muriendo mapuches? Hoy día estuvieron a punto de morir tres peñis, y si hubiera sido peor hubieran muerto 25, eso ya es una masacre. Aquí se hizo una masacre a las comunidades mapuches del territorio Lleu Lleu, una más”. Junto con esto, el empresario recordó que hace tres años “mataron a una señora en su casa, la señora Gloria Aguayo, y hoy día matan a Segundo Catril, quien acaba de morir. Por eso le hacemos un llamado al Presidente de que con la más prontitud posible se vean formas de cómo darle seguridad en la vía pública a nuestra gente”.

Durante la jornada, otro de los grupos radicalizados de la zona se desligó tajantemente del ataque. A través de un comunicado la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), encabezada por Héctor Llaitul, aseguró que “la CAM realiza sabotajes a faenas forestales, maquinarias e insumos del gran capital. La CAM no ataca a trabajadores y menos a mapuche”, agregó. Su líder ha estado en el centro de la polémica en los últimos días ya que luego que el Presidente Gabriel Boric decretara estado de excepción constitucional para las rutas de la zona, Llaitul llamó a la “resistencia armada”. Pese a sus dichos, que configurarían un ilícito descrito en la Ley de Seguridad del Estado (LSE), el propio Mandatario aseguró que no se querellaría en contra del comunero.

Segundo Catril estaba casado y tenía cuatro hijos. El trabajador mapuche se convirtió en la séptima víctima fatal en lo que va del año, solo en la Región de La Araucanía.

Faenas de reforestación

Segundo Catril, su hijo y los otros 24 trabajadores que iban al interior del bus pertenecen a comunidades mapuches que habitan en zonas aledañas al lago Lleu-Lleu, en Tirúa. Lo que hacen para la empresa Santos Reinao Millahual SpA -que a su vez es subcontratada por Forestal Mininco- es realizar labores de restauración. Es decir, recuperan tierras erosionadas o descuidadas y en esos lugares plantan vegetación y árboles nativos que cultivan en sus propios viveros comunitarios. No tienen relación alguna con la faena forestal productiva que, por ejemplo, desarrolla CMPC, ya que pertenece a labores de “reivindicación” de terrenos en el marco de acuerdos con las mencionadas empresas. Esas eran las labores que tenían para este martes 24, cuando un ataque intempestivo cambió radicalmente su rutina.

En medio del atentado también resultaron heridos dos compañeros de labores. Se trata de Tránsito Nicolás Mariñan Carinao, de 34 años, quien recibió un impacto de perdigón en la cabeza. La tercera víctima fue identificada como José Rodomiro Carril Antilao, quien tiene 25 años y recibió un golpe en su ceja. Ambos con heridas leves. El resto de los trabajadores, si bien no presentó lesiones, actualmente gran parte de ellos refieren estar afectados sicológicamente por lo vivido.

El fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, calificó el hecho como de “especial gravedad por la afectación de la integridad física de tres trabajadores”. Además, aseguró que el vehículo en que viajaban los empleados forestales “fue atacado por un número indeterminado de personas, quienes efectuaron disparos en contra del minibus”. Se designó a la Unidad de Alta Complejidad para que dicte todas las pesquisas tendientes a dar con los autores del ataque y el Ministerio del Interior, que descartó invocar la LSE, anunció que presentaría una querella por homicidio.

Por su parte, el comisario Carlos Candia señaló que “a la hora, personal de la Bipe Angol se encuentra desarrollando las labores investigativas de empadronamiento, declaraciones y realizando los peritajes de rigor”.

Una de las pericias claves para esclarecer estos hechos será periciar la bala extraída del cuerpo de la víctima fatal, la que permitirá determinar el calibre del arma que finalmente terminó con su vida.

Ataque a campamento policial

En paralelo, a las 10 horas y 98 kilómetros al norte del ataque a los trabajadores de la forestal, un grupo de 70 personas encapuchadas atacó con armas de fuego una base del personal de Control del Orden Público (COP) de Carabineros en la Ruta P-40 del km 19 en la comuna de Arauco, en la Región del Biobío.

En ese lugar personal policial cumplía labores de resguardo en ese predio agrícola perteneciente al fundo Quidico, de Forestal Arauco, debido a una orden judicial emanada tras el robo de madera que había afectado a la firma. Producto de estos hechos, y en vista que desconocidos cortaron la ruta, personal policial hizo uso de elementos disuasivos para repeler el ataque.

El general Juan Pablo Caneo aseguró que “desde la instalación de esa medida de protección ha habido una serie de atentados, ataques, cortes de rutas, amenazas, etc.”. El oficial aseguró que aquello los “lleva a pensar que la presencia policial no es bienvenida, porque estamos fiscalizando y presentes en el lugar, donde a lo mejor se cometían otra serie de delitos, como robo de madera u otros”.

Los sujetos implicados en el hecho habrían logrado ingresar al lugar, momento en el que habrían mantenido un diálogo con el personal policial. El general Caneo, tras el encuentro, confirmó que luego de hablar con los individuos hicieron abandono voluntario del predio.

Ante la amenaza que habrían realizado los comuneros que atacaron el lugar, el Ministerio Público, según consignó Radio Cooperativa, le informó vía telefónica a Carabineros que la medida de protección sobre el fundo Quidico se había levantado, por lo que ordenó su retiro. Los uniformados previamente habían enviado un oficio a fiscalía para indicar la falta de seguridad que tenía el personal en el lugar.

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