No existen registros de que alguna vez todas las universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales hayan paralizado sus actividades, como ocurrió este lunes en todo el país. No pasó en 2011, con las movilizaciones estudiantiles, ni en los años 80, lo que habla por sí mismo de la gravedad del actual estallido social.
"Tengo la impresión de que no ha ocurrido desde el 90 en adelante. Pero antes tampoco, en los 17 años de dictadura no pasó y tampoco lo recuerdo en época de la Unidad Popular", dice José Joaquín Brunner, exministro de Eduardo Frei, quien cree que "es primera vez que están todas las universidades con actividades suspendidas por razones externas a ellas".
Ayer, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, informó que el 100% de los planteles de educación superior no abrieron sus puertas, lo que equivale a 1,2 millones de estudiantes sin clases. Anoche, la mayoría de las instituciones informaba que la suspensión se mantendría al menos este martes.
Mientras que a nivel parvulario, dijo que "los jardines infantiles, los recintos Integra como Junji están abiertos a recibir a los niños" y entregarles alimentación.
En el ámbito escolar, la autoridad reportó que ayer, "de los 11.429 colegios que hay a nivel nacional, 5.684 estaban sin clases", concentrados la gran mayoría en las regiones Metropolitana, de Antofagasta, de O'Higgins y del Biobío. Muchas comunas mantendrán la suspensión este martes, entre ellas la de Santiago, donde no habrá clases al menos hasta el miércoles.
La ola de violencia provocó daños en algunas instituciones. La más afectada es la Universidad Mayor, cuya Facultad de Odontología, ubicada en pleno campo de batalla en la Alameda, fue vandalizada la noche del viernes.
El rector Rubén Covarrubias visitó el edificio ayer, para constatar los daños, e informó que quedaron inhabilitados el pabellón de clínicas que tienen 200 sillones odontológicos, el laboratorio de diagnóstico patológico y los recintos de atención a pacientes. "Eso signfica que es imposible retornar a las actividades normales durante esta semana", dice.
También hubo establecimientos escolares afectados: 20 colegios fueron dañados con piedras o intentos de saqueo y el Mineduc reportó dos colegios quemados, uno en Lo Espejo y otro en Catemu. Sin embargo, el alcalde de la primera comuna, Miguel Ángel Bruna, dijo a La Tercera que solo fue un intento de incendio, que sofocaron con la ayuda de vecinos y bomberos, y el edil de Catemu, Boris Luksic, afirmó que no tienen colegios dañados.
Más allá de los destrozos, la crisis golpeó profundamente a las universidades, las que ayer se pusieron a disposición de las autoridades para construir un nuevo "pacto social".
Ese fue el caso del Consejo de Rectores, que en una declaración afirmó que "los hechos y conductas observadas, tanto por su masividad y violencia, están dando señales inéditas de un severo deterioro de la legitimidad social y política que supone todo orden institucional eficaz. Se trata, por lo mismo, de una interpelación cívica y moral que las universidades no pueden ni deben ignorar"