El 13 de junio, tres días antes de que venciera el plazo, Estados Unidos envió a Cancillería su solicitud de extradición en contra de Carlos Cardoen. El trámite corresponde a la última etapa del proceso que inició el gobierno norteamericano -representado en Chile por los abogados Alfredo Etcheberry y René García- el 22 de marzo, cuando presentó una orden de detención con fines de extradición en contra del empresario colchagüino.
Según fuentes de la causa, la cual se encuentra en la Corte Suprema a cargo del ministro Carlos Aránguiz, en la solicitud de extradición se imputan delitos equivalentes a ilícitos aduaneros, declaraciones falsas y tráfico de armas.
En el escrito, que aún no ha ingresado a la Suprema, se hace referencia a una serie de hechos que darían cuenta de que Cardoen falseó permisos y declaraciones para exportar circonio desde EE.UU. hacia Chile.
El metal corresponde a una sustancia estratégica para la fabricación de bombas de racimo. Según el gobierno estadounidense, el empresario habría declarado que exportaba circonio con fines mineros, cuando en realidad lo hacía para fabricar bombas de racimo en Chile, las cuales posteriormente eran vendidas a Irak en tiempos del mandato de Saddam Hussein.
Según las mismas fuentes, los hechos imputados por Washington ocurrieron durante la guerra entre Irak e Irán, entre los años 1980 y 1988, pero también incluye ilícitos cometidos con posterioridad a la década de los 90.
En la solicitud de extradición, EE.UU. adjuntó una serie de antecedentes, entre ellos la acusación de 42 páginas que realizó el 26 de mayo de 1993 la Corte Federal de Florida en contra del empresario. En ese "indictment", el exfiscal Eduardo Palmer le imputó a Cardoen -junto a otras cuatro personas y cuatro empresas- falsificar solicitudes de licencia de control de exportaciones de circonio.
En esa acusación se logró, por ejemplo, condenar al empresario Edward Johnson por haber utilizado este mecanismo y fabricar bombas de racimo con la intención de desviarlas a Irak.
En la acusación de Palmer se da cuenta de que a través de este sistema se habrían fabricado más de 24 mil bombas de racimo y que "el valor total de los contratos relacionados con la venta de las bombas de racimo y otros artículos de municiones superó" los $ 60 mil millones.
Juicio de extradición
Con la solicitud ya ingresada, Aránguiz deberá dar inicio al juicio de extradición. El procedimiento se está llevando bajo el sistema penal antiguo y en base al tratado de extradición de 1900. El supremo deberá establecer si los delitos imputados están incluidos en el tratado y determinar la eventual prescripción de los ilícitos.
Cardoen se encuentra bajo arresto domiciliario total desde el 16 de abril en su fundo El Boldal, de Santa Cruz. Su defensa está integrada por la penalista Joanna Heskia y por los abogados Juan Pablo Olmedo y Alejandro Espinoza.
Pese a estar ad portas de enfrentar una extradición, Cardoen ha dicho que se encuentra tranquilo y confiado en que podrá desestimar todos los cargos que ha levantado EE.UU. "Llevo más de 25 años esperando este día. Llevo todo ese tiempo siendo atacado sin poder defenderme. Llegó el momento de dar la pelea", dijo el empresario en marzo a La Tercera.