La abrupta demanda asistencial que causó el Covid-19 en consultas y hospitalizaciones obligó a los centros de salud a concentrar los esfuerzos en la atención de los pacientes contagiados y paralizar lo que no fuera urgente. Y si bien en gran parte de los recintos, especialmente en la capital, ya han logrado normalizar sus labores, la suspensión de los procedimientos electivos se extendió durante casi cuatro meses.
Ahora, con la primera gran ola de la pandemia en remisión, el Ministerio de Salud cuenta con un diagnóstico de sus efectos en la productividad de los hospitales. A nivel nacional, en el primer semestre de este año se hicieron 2.662.192 consultas médicas, es decir, un 43% menos comparado a las 4.660.145 realizadas en igual período de 2019. Algo similar ocurrió con las cirugías: entre enero y junio de 2019 se practicaron 251.584, cifra que bajó un 44% este año, totalizando 141.017 operaciones en el primer semestre.
Una situación compleja registran también las prestaciones del plan Auge/GES que, por su relevancia sanitaria, tienen plazos legales máximos para ser resueltas. Ello, pues mientras en marzo existían 10.406 atenciones pendientes, a julio se habían acumulado un total de 57.685, cifra inédita para el reservorio.
Mayor tiempo de espera
Desde la Subsecretaría de Redes Asistenciales explican que el principal impacto de la caída en la productividad no es el abultamiento de la lista de pacientes -pues al no haber consulta electiva los nuevos diagnósticos fueron muy pocos-, sino en la antigüedad del reservorio. Así, el tiempo de espera de quienes requieren una cirugía no Auge/GES creció en 107 días, al pasar de 348 (11,4 meses) a un total de 455 días (15 meses). El plazo para ser atendido por un médico especialista, en tanto, aumentó en tres meses, pasando de 379 días a 463, lo que equivale a un año y cuatro meses.
Por eso, lo que viene ahora, afirma el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, es un despliegue de la red para retomar las cirugías pendientes, reducir el reservorio y disminuir los tiempos de espera. Todo, considerando el contexto epidemiológico de cada zona, por lo que el plan considera flexibilidad para ir aumentando y disminuyendo la actividad, según la pandemia lo permita.
"Cada servicio de salud tiene la facultad para iniciar las cirugías que requieran cama UCI. Así se ha coordinado con cada hospital base, a medida que va ocurriendo la descongestión por Covid-19″, dijo Zúñiga, quien destacó que hay casos, por ejemplo el Hospital Regional de Temuco, donde el 80% de la capacidad de sus pabellones está operativa.
El subsecretario explicó que los pabellones son las primeras unidades que se desocupan cuando se reduce la carga de pacientes críticos por Covid-19, lo que permite retomar su actividad. Luego, según estipula el plan de recuperación, cada grupo quirúrgico recibirá un grupo de casos de la lista de espera, priorizando los casos más antiguos, GES y no GES, así como las intervenciones de mayor riesgo para las personas: “Las pediátricas y oncológicas, por ejemplo, y tipos de cirugías que mientras antes uno las haga, es mejor el pronóstico”, dice Zúñiga.
A la par se han reactivado los comités de eficiencia hospitalaria, instancias que vigilan el máximo rendimiento de los pabellones y boxes para realizar cirugías y consultas.
Pero el plan ha encontrado un desafío adicional: la negativa de los pacientes. “Estamos llamando a las personas que han esperando meses y un 30% no quiere acudir al hospital por temor a contagiarse de coronavirus”. Por eso, dice Zúñiga, “estamos haciendo campañas con pacientes que han sido atendidos con todas las medidas de seguridad”.
El plan de los recintos
En febrero, la lista de espera GES del Hospital Barros Luco tenía 863 casos pendientes. Durante la pandemia la lista creció a 1.583 y con la normalización de las actividades, a fines de agosto bajaron a 1.372. También han logrado resolver cirugías pendientes, que disminuyeron de 6.378 a 5.527.
En este recinto se está impulsando un modelo de atención en red con la atención primaria, para la entrega a domicilio de fármacos e insumos, como órtesis y lentes ópticos. Asimismo, se dispusieron test rápidos y PCR en los hogares, como requisito para las intervenciones, las que se priorizan según la evolución clínica del paciente. Así, si la persona resulta positiva al Covid-19, el consultorio se ocupa de su seguimiento, mientras que si es negativo, el hospital realiza la cirugía. “Nuestra estrategia considera una atención progresiva, optimizar la oferta hacia el usuario y el desarrollo de la telesalud”, dice Gisella Castiglione, directora del Hospital Barros Luco, quien destaca que el recinto, con los lineamientos de priorización, entre enero y junio logró el 70% de la producción habitual.
En el Hospital El Carmen de Maipú, el 30% de las camas está ocupado por pacientes por coronavirus. Por ello, “retomar las atenciones suspendidas por la pandemia es un desafío importante”, dice su director, Juan Kehr, quien detalla que hace un mes se retomaron las cirugías electivas -se han hecho 400- y que se trabaja en recuperar las atenciones ambulatorias que debieron suspenderse por la pandemia, las que ascienden a 12 mil.
Para ello, Kehr comenta que han implementado el Programa Asistencial de Recuperación de Atencio nes, que contempla la extensión del horario de las consultas presenciales de especialidades hasta las 20 horas, hasta fin de año. A ello se suma la atención que se habilitará los días sábado.
Mientras, en el Hospital San Borja Arriarán explican que la atención de pacientes se amplió en horario vespertino y que se impulsó la estrategia “el especialista en tu consultorio”, donde los médicos acuden a los centros de salud para ir resolviendo la lista de espera. Se trata de un plan que comenzó este mes y que cubre especialidades como otorrinolaringología y oftalmología, a la vez que se espera sumar especialistas de traumatología y cardiología en las próximas semanas. “Queremos que el hospital salga a las comunas y que las dificultades del traslado o el temor de un posible contagio no sean causa de demorar más una atención”, dice el director del hospital, Jorge Wilhelm.