La llegada de la pandemia trastocó en todos los niveles la vida y la cotidianeidad conocida hasta ese minuto. Los encierros y las cuarentenas, a ratos tediosas, incidieron indefectiblemente en el día a día de la sociedad. Y en salud mental, las consecuencias se vieron reflejadas inmediatamente: de acuerdo al los datos de la Superintendencia de Seguridad Social (Suceso), entre 2020 y 2021 las licencias médicas relacionadas a trastornos mentales aumentaron un 44,51%, pues entre un año y otro los permisos pasaron de 1.730.263 a 2.500.323.
Y de acuerdo al último análisis realizado por la institución con datos de 2022, la tendencia se ha mantenido e incluso hasta aumentó levemente, pues el año pasado se emitieron 2.857.771 permisos relacionados con patologías mentales, tanto en Fonasa como en isapres. Esto, a su vez, corresponde al 30% del total de las licencias médicas otorgadas.
Las mediciones del último tiempo también han demostrado lo que las cifras advierten. Así lo reveló el último Termómetro de la Salud Mental en Chile, investigación desarrollada por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, que profundiza en una de las mayores preocupaciones de los chilenos: la salud mental.
El análisis reveló que el 17,5% de los encuestados sospecha la presencia de problemas de salud mental. Si bien esta proporción sigue siendo menor en 15 y 17 puntos respecto de lo exhibido en julio de 2020 y abril de 2021, actualmente se registra un alza del 1,8%, la que se explica por una tendencia dispar: un aumento en los problemas de salud mental de las mujeres del 5,8% junto con una caída del 2,3% en los problemas registrados por los hombres.
Miguel Prieto, siquiatra y jefe del servicio de Salud Mental de la Clínica Universidad de los Andes, señala que con la pandemia también llegaron modalidades como la telemedicina, lo que permitió a los pacientes tener más acceso: “Las personas tuvieron menos barreras para consultar a sicólogos o siquiatras por temas de salud mental. Entonces, probablemente hay un porcentaje de ese aumento de las licencias médicas que tiene que ver con que las personas están consultando más. Eso sí, se espera que esta tendencia siga por mucho más”.
El especialista detalla que su análisis se refrenda en la dificultad para pillar una consulta: “En ninguna parte es fácil encontrar una hora con siquiatra y eso es por la cantidad de personas que consultan y, segundo, la cantidad de personas que están con alguna enfermedad de salud mental ha sido mucho mayor, ahora, pospandemia. A eso hay que sumarle la baja cantidad de profesionales disponibles”.
Según el informe de Ocde publicado el año pasado, en Chile hay siete siquiatras por cada 100 mil habitantes, casi 10 puntos por debajo del promedio de la entidad, que alcanza a 16,9.
Licencias fraudulentas
Desde hace años que la salud mental es la primera causa para otorgar licencias médicas, pero no siempre en buena lid. En ese sentido, el especialista de la Clínica de la Universidad de los Andes explica que este aumento de los permisos laborales también “tiene que ver con el mal uso de las licencias médicas y que desgraciadamente se utilizan las causas de salud mental, porque son licencias que son más fáciles para hacer fraude”.
De acuerdo a los datos de la Compin (Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez), en 2022 se identificaron 603 profesionales considerados grandes emisores, los que representan el 1,3% de los profesionales que han emitido permisos durante este año. Algunos de ellos han otorgado hasta 134 licencias por día, es decir, una cada cuatro minutos, considerando nueve horas diarias de trabajo.
Esta estrategia, anunciada en febrero de este año, tiene por objetivo abordar a los médicos que están exhibiendo un comportamiento fraudulento o sospechoso respecto de la emisión de licencias médicas mediante el rediseño y modernización del proceso de fiscalización.
Así, tras seis meses de implementado este plan, el director de la Compin, Javier Errázuriz, destacó hace algunas semanas que llevan “cerca de 400 médicos fiscalizados y de esos 400, 342 han sido suspendidos en su facultad de emitir licencias médicas”.
Con todo, Elisa Ansoleaga, directora de Investigación Facultad de Psicología de la UDP, afirma que los permisos son fundamentales para el proceso de recuperación: “La licencia médica es una indicación de los médicos, una herramienta terapéutica, pues implica la separación de las personas de aquellos factores que provocaron la enfermedad, y en el caso de la de salud mental implica generar espacios para la recuperación o el descanso. Asimismo, muchos de los cuadros relacionados con el trabajo se deben al estrés laboral, por eso sacar a la persona del trabajo es necesario para la recuperación”.