Desde el 18 de octubre, cuando estalló la crisis social, las labores policiales de Carabineros se han debido enfocar en tareas estratégicas: orden público en manifestaciones y, en tiempos de pandemia, fiscalizar a quienes rompen cuarentenas y cordones sanitarios. Esta sería la explicación de que otro tipo de controles, como los de tránsito, han pasado a un segundo plano.

Así dan cuenta las cifras sobre partes por excesos de velocidad cursados por Carabineros entre enero de 2019 y junio del 2020, en la Región Metropolitana. Según estos antecedentes, se ha registrado una baja en estas infracciones desde octubre del año pasado, con un leve repunte entre enero y marzo de este año, hasta alcanzar sus números más bajos en junio de este año.

Entre enero y septiembre de 2019, el promedio mensual de partes por exceso de velocidad fue de 4.376. En tanto, entre octubre de 2019 y junio de este año, el promedio mensual fue de 1.539 infracciones, evidenciando así la caída del registro de estas faltas.

Para Carabineros, la explicación pasa por dos factores: crisis social y la pandemia. El teniente coronel de la Prefectura de Tránsito, Tulio Benavides, sostuvo que “desde el 15 de mayo comenzó el confinamiento total en la Región Metropolitana, donde Carabineros tuvo que abocarse como prioridad a la pandemia, pero esto ya venía a la baja a raíz del problema social de octubre del año pasado”.

Benavides explicó que “no solo las multas por exceso de velocidad han bajado, sino que todas las asociadas al tránsito, porque ahora estamos abocados al tema sanitario y la prioridad es esa. No estamos abocados como primera necesidad en la velocidad de los vehículos, sino en la movilidad de las personas para evitar contagios”.

Sobre el impacto de la crisis social en estos controles, Benavides descartó que sea por derivar policías de tránsito a control de orden público, sino debido a que “se hizo más complejo fiscalizar, porque había sectores denominados como críticos y aumentó la violencia de las personas, tenemos casos de intentos de atropello, incluso. Pero también nuestra labor cuando había manifestaciones era de aislamiento de lugares específicos, como por ejemplo, La Moneda o Plaza Italia, donde además debíamos abocarnos en mayor medida a labores de desvíos de tránsito. Se fueron dando prioridades distintas a años anteriores, pero de ninguna manera abandonamos nuestra labor en el control”.

Desde la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) explican que existe la necesidad de incorporar una fiscalización automatizada para complementar las labores de fiscalización de Carabineros, dada la multiplicidad de labores que cumple la policía uniformada.

En ese sentido, la secretaria ejecutiva de Conaset, Johanna Vollrath, aseguró que “nuestro foco es crear conciencia y lograr la reducción de los siniestros asociados a la velocidad imprudente. Estamos trabajando por complementar el trabajo de fiscalización que realiza Carabineros y reforzarlo en forma sustancial, a través de un sistema automatizado de control, que consiste en detectores debidamente señalizados e informados en zonas de alta siniestralidad. Con la mayor cobertura que no permitirán estos dispositivos buscamos generar un cambio cultural que fortalezca el respeto por los límites de velocidad”.

Por su parte, Axel Rimbaud, dirigente del Movimiento contra el Exceso de Velocidad Letal, indicó que “la reducción de fiscalización por parte de Carabineros durante el estallido social y la crisis sanitaria ha creado un sentimiento de impunidad al conducir y puede explicar el aumento de la mortalidad en el tránsito que hemos podido observar antes de la pandemia. Muchos conductores se han aprovechado de las calles vacías para ir a exceso develocidad”.