El Ejército determinó la revisión de sus protocolos y procedimientos de evaluación sicológica del personal en todo el país, tras la balacera que se produjo el sábado reciente, en la Escuela de Caballería Blindada de Iquique, y que significó el fallecimiento de tres funcionarios: un sargento, un cabo y un conscripto.
Este último, Marco Velásquez, de 18 años, fue quien, a las 17.30 horas de ese día, entró a la sala de guardia y disparó contra los otros dos uniformados, para luego quitarse la vida. Según su familia, estaba en tratamiento sicológico producto de un episodio de autoagresión en diciembre.
Hoy, el comandante en jefe (S) del Ejército, general Schafik Nazal, tras asistir al funeral del conscripto, subrayó que la institución le ha brindado apoyo a las tres familias por igual. "La muerte de Marco nos consterna, tanto como la de los dos suboficiales", dijo.
En un comunicado del Ejército difundido el domingo se informó que en diciembre de 2018 Velásquez "habría manifestado actitudes que podrían afectar su integridad física, ante lo cual se tomaron las medidas correspondientes para resguardar su seguridad, procediendo a ser evaluado por profesionales y médicos especialistas, tanto de la institución como pertenecientes a la Unidad Psiquiátrica del Hospital Regional de Iquique, siendo dado de alta el día 24 de diciembre de 2018".
Sobre este tema, el comandante en jefe (S) reiteró que tras ser dado de alta por el Servicio de Siquiatría no se entregaron recomendaciones ni sugerencias de medicamentos. "Cuando los especialistas en psiquiatría nos dijeron que estaba dado de alta sin ninguna restricción, quizás nosotros no tuvimos la previsión de tomar otras medidas", aseguró.
Por ello, Nazal confirmó que se están adoptando una serie de acciones. Una de las más inmediatas es la revisión de los exámenes psicológicos que se les aplican a los soldados cuando ingresan al Ejército. "Este es un examen escrito; vamos a revisar si tiene la profundidad que nos pueda alertar de potenciales situaciones como esta. Todos los años recibimos más de 11 mil conscriptos en todo el país y debemos estar muy atentos a lo que pasa. Esperamos que también la investigación que se desarrolla nos arroje más antecedentes. Le pedí a la familia de Marcos que declaren en ella, ya que ellos pueden tener indicios más claros de qué pasó".
Hoy también comenzaron a circular por internet tres videos de peleas de boxeo entre uniformados, en los baños de la Escuela de Caballería Blindada de Iquique. En uno de ellos aparece Velásquez. Anoche, el general Nazal comentó que "se va investigar. De lo que vi en los videos, Marco no es objeto de bullying, sino que está a gusto en actividades con compañeros. De todas formas, las medidas correctivas y disciplinarias se tomarán. Esto no es normal dentro de un regimiento, pero hay que considerar que no es una cárcel, que los soldados tienen tiempo libre y, por lo tanto, hay tiempos que quedan sin un control adecuado".
La Tercera también se contactó con la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) para conocer las directrices que existen sobre los antecedentes de la salud mental de quienes ingresan al Servicio Militar, y a qué institución le corresponde velar por que las medidas de seguridad se cumplan.
La entidad respondió que cada rama de la Defensa se rige por las normas establecidas por la SAFAs en su reglamento sobre acuartelamiento, y ellos efectúan el proceso respectivo.
En ese proceso se efectúan los controles relacionados con salud mental, pero cada institución tiene sus protocolos particulares.
También se señaló que el incidente de Iquique es un lamentable hecho aislado, que si bien podría afectar la imagen del Servicio Militar, no así a la inscripción, porque esto es una convocatoria por ley.
Salud mental
El tema de la madurez y calificación personal para tener el acceso a armas de fuego entró de lleno al debate. Respecto del caso específico de Iquique, Elisa Ansoleaga, directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales (UDP), sostuvo que "no es fácil pronunciarse en términos generales y sin conocer el expediente médico, pero la prudencia obliga, en circunstancias como la descrita, a aplicar medidas de cuidado que se extiendan en el tiempo, para garantizar la recuperación del afectado por el cuadro".
Respecto de las personas con acceso a armas deben tener controles frecuentes de su estado psicológico, la especialista sostuvo que "absolutamente, el acceso a armas –en mi opinión- debe estar muy restringido. Hemos sido testigos de un conjunto de matanzas en el mundo llevadas a cabo por personas que luego sabemos presentan cuadros de patología severa no tratada. Esto nos lleva a preguntarnos por el acceso a la atención en salud mental de la población. La respuesta no es sólo restringir el uso de armas sino preguntarnos si las personas que requieren tratamiento lo están recibiendo o no".
Agregó que "la salud mental sigue siendo una salud de segunda categoría en Chile a pesar de que presentamos alarmantes indicadores en la materia. En este marco, tenemos el deber ético de preguntarnos si acaso el modelo de sociedad en que vivimos permite o no el desarrollo humano, si acaso ofrece posibilidades diversas para llevar adelante proyectos de vida propios y no estandarizados. Si acaso ofrece cobijo y soporte a las naturales derivas y problemas que se enfrentan en el ciclo de la vida".