El miércoles, luego de casi ocho años de tramitación, se aprobó la Ley Nacional del Cáncer. Aunque el Ministerio de Salud ya cuenta con un Plan Nacional sobre esta patología, para una de las autoras del proyecto, la senadora DC Carolina Goic, los “planes siempre están sujetos a los vaivenes del gobierno de turno”. “Por ello -explica- era muy importante que el plan fuera una obligación del Estado, una ley, una política pública permanente”.

Al requerir de financiamiento por glosa presupuestaria, el gobierno debió patrocinar el proyecto de ley a fines de 2018, tal como se había comprometido Sebastián Piñera en la segunda vuelta presidencial, luego de que la entonces candidata Carolina Goic -que incluía este proyecto en su programa- quedara fuera de la carrera a La Moneda.

La ley, ya despachada desde el Senado para su promulgación, dispone a lo menos de seis puntos que institucionalizan la investigación de la enfermedad, la disponibilidad de mayores recursos humanos y de infraestructura para el tratamiento. Además de un registro que permitirá cuantificar la realidad país de la enfermedad, que se posiciona para convertirse en la primera causa de muerte.

El director del Foro Nacional de Cáncer, Jorge Jiménez, explica que “además de convertirse en una enfermedad de notificación obligatoria con la ley, se identificará al paciente diagnosticado -de manera anónima-, con su edad, lugar de residencia, nivel educacional y resultado de la biopsia. No necesariamente serán datos públicos, pero estarán disponibles para investigaciones si se requiere”.

Sobre la creación de una Red Oncológica Nacional, Jiménez dice que ya hay centros especializados en cáncer, tanto públicos como privados -el Instituto Nacional del Cáncer o la Fundación Arturo López Pérez-, pero en los años sucesivos debieran sumarse en todo el territorio nuevos recintos de alta, mediana o baja complejidad, que pueden ser anexos a los hospitales ya existentes y en los en construcción.

Al respecto, Goic agrega que la ley recién despachada incluye “$ 200 mil millones contemplados por ocho años para la construcción de centros oncológicos, pero sabemos que no es suficiente”.

En tanto, el presupuesto ya aprobado para lo que resta de este año sobre esta ley, estima otros $ 20 mil millones para la renovación de equipamiento oncológico, y otros $ 60 mil millones para tratamientos que no tienen cobertura en el Auge/GES, o en la Ley Ricarte Soto.

Eso sí, la legisladora precisa que la utilización de este fondo será siempre y cuando la patología tenga tratamiento, lo que será abordado caso a caso por la Comisión Nacional del Cáncer que crea esta ley, que también tendrá la labor de recomendar guías de práctica clínica, y la adquisición de equipos o inversiones relacionadas.

A eso se sumará el fomento de la formación de especialistas oncológicos e investigadores.

A propósito de la actual pandemia, para el director del Centro del Cáncer del Hospital UC, el doctor Bruno Nervi, la preocupación está en la caída en los diagnósticos oportunos durante este período, lo que será un desafío a afrontar en los próximos meses con esta ley ya en vigencia. “En la UC diagnosticamos 300 casos nuevos de cáncer cada mes en condiciones normales. Entre marzo y junio diagnosticamos menos de 100 casos cada mes. Esta reducción se debe a que los pacientes temen consultar. Hay más de 3.000 casos cada mes que no se han diagnosticado en pandemia”.