El déficit de psiquiatras en Chile: agendas copadas en clínicas y solo 1.098 especialistas en el sistema público
Los expertos advierten que cada vez son más las personas que requieren atención de salud mental, y lo atribuyen a que estas son las consecuencias que aún quedan de la pandemia. El problema es que Chile enfrenta un déficit crítico de este tipo de profesionales.
El diagnóstico es claro: Chile tiene pocos psiquiatras, tanto en el sistema público como en el privado.
Al revisar las agendas de estos especialistas en clínicas y centros privados de la Región Metropolitana se puede observar que las horas presenciales están copadas hasta fin de año, lo que deja como alternativa la limitada posibilidad de que se libere alguna hora reservada, cosa que ocurre esporádicamente.
Por ejemplo, en la Clínica Alemana la agenda de noviembre ya está cerrada y hay solo tres cupos disponibles para diciembre. En el caso de Clínica Santa María no hay consultas disponibles hasta febrero, mientras en Clínica Dávila no se puede reservar porque la agenda de la mayoría de los profesionales está completa.
Juan Pablo Undurraga, jefe de la Unidad de Siquiatría de Clínica Alemana, afirma que esta alza en la demanda por consultas de especialidad “no es un fenómeno nacional, sino que es uno global”. Además, explica que las razones que sustentan esta tendencia son variadas, pero que principalmente se debe a que aún hay consecuencias del encierro que provocó la pandemia del Covid-19.
“Todos experimentamos dificultades de salud mental en la pandemia, algunas más graves que otras. Pero también se registraron varios problemas de insomnio, ansiedad, incertidumbre y disminución del contacto social o de las actividades que nos ayudan a gestionar el estrés y la ansiedad. Yo creo que eso tuvo una consecuencia muy clara en toda la población, la que aún presenciamos”, añade el especialista.
Nathali Ángel Pereira, psiquiatra de Clínica Indisa, confirma que “desde hace mucho tiempo hay una alta demanda por psiquiatría, y a eso se le suma que hay pocos especialistas”. También coincide en que el panorama actual es resultado de la crisis sanitaria: “Las patologías que más vemos son la depresión o la ansiedad, y a veces ambas juntas. Y, efectivamente, la pandemia provocó un quiebre terrible en la salud mental. Y ahora que las personas retornaron a su rutina previa, últimamente, varios pacientes llegan con mucho estrés laboral, sobrecarga e incluso acoso”.
Pero en el sector público la situación tampoco es diferente. Según datos de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, al 30 de septiembre habían 23.669 personas en lista de espera para una consulta psiquiátrica adulto y 14.018 para una infantil o de adolescentes.
Eso sí, Claudia Chartier, prosecretaria nacional del Colegio Médico, explica que estas listas de espera reflejan a aquellos pacientes cuyos problemas no pudieron ser resueltos en las instancias previas, y requieren atención especializada.
“A nivel de salud pública esto está mucho más regulado, normado y estandarizado. Existe por una parte la atención primaria, y por otra parte los dispositivos de salud mental de nivel secundario. A nivel primario se resuelve cerca del 80% de la patología siquiátrica. Y solo cuando esta patología es más grave o se descompensa y requiere la evaluación de psiquiatra, pasa a nivel secundario y ahí hay diferentes instancias, como los centros comunitarios de salud mental”, detalla.
El tema es que tampoco hay suficiente oferta para atender la alta demanda de los casos que sí requieren atención avanzada.
En el sistema público hay 789 siquiatras adultos disponibles y 309 especialistas que atienden a la población infantil, sumando 1.098 profesionales. Eso, pese a que en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de Salud hay 2.240 siquiatras registrados y 484 de ellos especializados en la atención de niños y adolescentes. Es decir, hay gente en el registro que no está atendiendo.
Las cifras son, al menos, deficitarias, muy en línea con un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) publicado en 2022 con cifras de 2016: en Chile hay siete psiquiatras por cada 100 mil habitantes, casi 10 puntos por debajo del promedio de la entidad, que alcanza a 16,9.
A sabiendas de esta realidad, para intentar hacerse cargo de esta problemática, el pasado 18 de julio el Gobierno presentó el proyecto de Ley Integral de Salud Mental, el cual busca mejorar la calidad y oportunidad de atención en la red de salud, además de promover la inclusión social y reforzar el reconocimiento del respeto a la dignidad y derechos humanos de las personas.
Así, el proyecto establece deberes intersectoriales que promuevan condiciones adecuadas para la salud mental, y destaca la inclusión social y el abordaje integral de las necesidades de las personas con enfermedades o trastornos mentales.
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