El grito ahogado tras el homicidio de Ámbar
ANUARIO 2020: RABIA
La adolescente de 16 años, residente de Villa Alemana, desapareció el 29 de julio y fue encontrada el 6 de agosto, muerta y enterrada bajo una casa. Su caso remeció a todo el país y dejó al descubierto el historial de abandono de la cual había sido víctima.
El viernes 2 de septiembre la ciudad de Villa Alemana se movilizó casi por completo. Globos morados y blancos, una caravana de motoqueras, lienzos, gritos y aplausos fueron parte de la despedida final para Ámbar Cornejo, la adolescente de 16 años que estuvo perdida ocho días y cuya desaparición generó un intenso operativo de búsqueda. La joven fue encontrada sin vida por la PDI, enterrada bajo la residencia de la pareja de su madre. Este hombre, Hugo Bustamante, está formalizado como el presunto autor del homicidio. La madre, Denisse Llanos, es sindicada por la fiscalía también como partícipe del crimen.
Ese día del funeral solo hubo tristeza en Villa Alemana. Más allá de la pena, los mensajes de los carteles y las consignas de los gritos mostraban otra sensación: indignación. La breve historia de vida de Ámbar estuvo marcada por el abandono y la vulneración de sus derechos.
El homicidio
Cerca del mediodía del 6 de agosto, la PDI inició un procedimiento en la casa de Bustamante. Pocos minutos después la policía y la fiscal del caso, María José Bowen, dieron la noticia de que la búsqueda de la joven había terminado.
Ese día se confirmó, gracias a una larga y detallada declaración de Llanos, que Ámbar estaba muerta, había sido asesinada y luego enterrada en el suelo dentro de unos coolers. Bustamante quedó detenido, fue formalizado por los delitos de violación con femicidio e inhumación ilegal y ese mismo día quedó en prisión preventiva.
El hecho de que se estableciera que Bustamante era el eventual autor también encendió la indignación en Villa Alemana. El hombre había sido condenado en 2005 a 27 años de prisión por el homicidio de su pareja y el hijo de esta, a quienes metió en un tambor con agua y cal. En 2016 una comisión de jueces de Valparaíso le otorgó la libertad condicional, lo que generó todo un debate en torno a este beneficio.
En paralelo, el diputado RN Andrés Longton juntó las firmas para acusar constitucionalmente a la ministra de la Corte de Valparaíso Silvana Donoso, que presidió esa comisión. El libelo fue aprobado en la Cámara, pero se rechazó en el Senado.
Dos meses después de la detención de Bustamante, el caso dio un vuelco: Llanos omitió hechos relevantes en su declaración ya que las pruebas muestran que participó concertadamente tanto en la planificación como en la ejecución del asesinato e incluso ayudó a Bustamante a ocultar los restos comprando las tablas y la cera. El Ministerio Público detuvo a Llanos, la formalizó por el delito de parricidio y quedó en prisión preventiva.
Un sistema que no la protegió
Si hay alguien que necesitaba del sistema, era Ámbar Cornejo. En 2013 el Tribunal Oral en Lo Penal de Viña del Mar condenó a una expareja de su madre por abusar sexualmente de ella cuando tenía ocho años. Luego, años después, la adolescente pidió ayuda a gritos. “Quiero dejar un reclamo sobre Hugo Bustamante. Se prohíbe su entrada, porque es un asesino psicópata y puede causar daños a mi familia, y mi mamá no quiere entender, por eso escribo esta nota como un reclamo y para que él no pase nunca más por el departamento”, escribió en enero de este año, en el libro de reclamos del edificio de su madre en Limache.
Tardíamente el sistema se activó para intentar protegerla. El 4 de agosto el Tribunal de Familia de Villa Alemana decretó una orden de alejamiento en contra de Bustamante. La medida llegó tarde. A esa fecha, la joven ya había fallecido.
La cautelar también se dictó en contra de Manuel García Queirolo, otra expareja de su madre. En agosto la PDI lo detuvo y la fiscal Bowen lo formalizó por los delitos de almacenamiento y producción de material pornográfico infantil vinculado a la joven. La policía encontró en su celular más de 400 fotos de la adolescente de “carácter sexual”. Meses después García fue reformalizado y se agregó una imputación por abuso sexual.
A cinco meses desde que se iniciara la investigación, la fiscal Bowen asegura a La Tercera que aún hay diligencias en curso para acreditar los hechos imputados. “Un equipo multidisciplinario ha permitido avanzar en los hechos que afectaron a la víctima, además de acreditar otros delitos en los que ha tenido participación la pareja. Estamos confiados en que el trabajo que estamos realizando nos permitirán acusar el próximo año a ambos imputados e iniciar el juicio en su contra”, dice la persecutora jefe de Villa Alemana.
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