En las dependencias del Museo Nacional de Historia Natural, se exhibió la mañana del sábado “El Guardián de Los Andes”, una coproducción chileno-peruana que entrega nueva información sobre el cuerpo liofilizado del Niño del Cerro El Plomo, como fue bautizado tras su hallazgo en 1954.
El buen estado de conservación del cadáver ha posibilitado que se realicen estudios con tecnología que no existía al momento de su hallazgo. Entre los estudios se encuentra un análisis genético facilitado por la empresa de biotecnología Illumina y estudios tomográficos en la Clínica Alemana.
Los análisis científicos exhibidos en el documental, revelan que el niño de ocho años -que fue ofrendado al dios Inti de la cultura Inca hace casi 500 años- tiene afinidades con el centro sur de Perú y su verdadera causa de muerte.
Hasta ahora, la hipótesis que se manejaba era que el infante había muerto por hipotermia, pero el trabajo científico permitió establecer que su fallecimiento se debe a un traumatismo craneal que recibió durante el ritual capacocha.
Otra de las novedades que tiene el documental, es que la historia es narrada desde la perspectiva del niño ofrendado.
“Queríamos contar la historia del niño inca del cerro El Plomo para acercar el conocimiento científico a las audiencias. Como comunicadores, nuestro objetivo era encontrar la mejor manera de narrar la historia del niño, su elección, su peregrinación y su ofrenda, de manera que el público pudiera comprender mejor su vida. Esto permitiría darle sentido y contexto a los hallazgos científicos que se han ido desarrollando”, sostuvo el productor general del documental y profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica, José Antonio Soto.
El trabajo fue desarrollado por un equipo dirigido por Fernando Garabedián, con información del Museo Nacional de Historia Natural, visitas a la región de Puno y entrevistas a historiadores locales y antropólogos. Por otra parte, también participaron las comunidades quechua y aymara de Cusco, además del Centro Indígena CONACIN de Santiago, que ha participado de la celebración del Inti Raymi en el MNHN desde 2009.
La directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo, destacó que la pieza audiovisual “revela nuevos detalles sobre las prácticas culturales de los pueblos andinos que nos preceden en el habitar de los territorios” y a su vez reconoció a “la asociación pública, privada e internacional que hizo posible este documental”.
El hallazgo del niño ofrenda
El cuerpo del niño fue encontrado en 1954 por los buscadores de minas y tesoros Guillermo Chacón, Luis Gerardo Ríos y su sobrino Jaime Ríos, en el sector llamado “Piedra Numerada” del cerro El Plomo, a 5.400 metros de altura en la cordillera frente a Santiago.
El hallazgo es recordado por ser el primer descubrimiento de esta naturaleza en Chile y la calidad de su conservación, que permite hasta apreciar los rasgos del niño, así como por la modalidad de su enterratorio.
Grete Mostny, entonces Jefa de la Sección de Antropología y luego directora del MNHN, instó por entonces a las autoridades del museo a que adquirieran el cuerpo, por su invaluable importancia cultural y científica.
“Debemos agradecer la visión de Grete Mostny que logró adquirir al niño del cerro El Plomo, pues en aquella época la legislación no protegía estos bienes patrimoniales, situación que cambió en los años ´70 y hoy todo el patrimonio de pueblos originarios es protegido por la Ley de Monumentos Nacionales”, destacó el director del Museo Nacional de Historia Natural, Mario Castro.
Actualmente, el niño se encuentra resguardado al interior del museo por razones de conservación y en atención a las recomendaciones de la UNESCO que sugieren no exponer restos humanos. Para el público, hay una réplica de tamaño real del cuerpo del niño.