La pesadilla tras el megaincendio de Viña del Mar del pasado 2 de febrero aún sigue latente para Iris Mena (68). La tarde de ese viernes, la dirigenta comunal vio como su casa -en la que vivió por más de 35 años junto a su familia- en el sector de El Olivar se consumió hasta los cimientos. Pero no fue la única: 864 viviendas fueron destruidas por la intensidad del siniestro, dejando a cientos de familias a la deriva.

Este fue uno de los sectores residenciales más afectados de la Región de Valparaíso, donde además murieron 37 personas. A nivel regional, 137 fallecieron en el incendio que tiene detenidos y acusados de ser sus autores a tres bomberos y tres funcionarios de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

Pero a casi 11 meses de la catástrofe y ad portas de un nuevo verano y lo que ello implica para la temporada de incendios, pareciera que poco se ha avanzado en el lugar. “Acá no se ha construido ninguna vivienda. A la fecha se siguen utilizando casas transitorias de emergencia. Y quienes han levantado sus hogares ha sido con dinero de su bolsillo, esfuerzo propio”, comenta Mena a La Tercera.

Eso, pese a que en la zona se encuentra vigente un proyecto piloto de reconstrucción a cargo de la Municipalidad de Viña del Mar anunciado el pasado 24 de marzo por la alcaldesa Macarena Ripamonti (FA). Se trata del proyecto “Pequeños condominios”, consistente en un edificio de viviendas industrializadas que beneficiaría a familias damnificadas por el incendio -de 80 m2 cada una-, y cuyo diseño estuvo a cargo del arquitecto y ganador del premio Pritzker 2016, Alejandro Aravera, director de la firma Elemental.

Pero la iniciativa despertó críticas por parte de la comunidad, no solo por ser reacia a este tipo de construcciones, sino que también porque se ha desarrollado un proceso, a su juicio, confuso, tanto en la selección de las cuatro familias beneficiadas como en el financiamiento de la obra.

Según explican desde el municipio a este medio, el proyecto se encuentra en desarrollo tras obtener el permiso de edificación por parte de la Dirección de Obras Municipales (DOM). Aunque, de todos modos, precisan que el proceso de reconstrucción de El Olivar se encuentra en manos del Estado a través de los ministerios correspondientes.

“Mientras tanto no contamos con viviendas dignas. La mayoría de las familias ha tenido que salir del sector, irse de allegadas a otras casas o arrendar una vivienda en otra zona porque el sector no está habitable. (Ellos) no tenían conexión a agua potable, y en el invierno se llovían”, sostiene Amanda Guerra, vecina del sector Independencia y presidenta de la ONG Sobrevivientes que monitorea el estado de los vecindarios más afectados por el megaincendio. Uno de ellos, El Olivar.

En los últimos meses, dice, ha sido testigo de familias viviendo en carpas en la zona, con niños y bebés, debido a que el sueldo no les alcanza para un arriendo, y tampoco han visto sus viviendas terminadas. Esto, pese a contar con el bono de acogida entregado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, que consiste en un aporte económico de 10 UF ($ 384.043) que entrega el Estado a las familias propietarias que perdieron su vivienda debido a los incendios. El bono estaba pensado para arrendar una vivienda transitoriamente o como complemento en caso de que ser acogidos en casas de familiares o amigos.

Acerca de la reconstrucción de las viviendas afectadas por el incendio, el director regional del Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), Rodrigo Uribe, se extiende e indica que “durante los primeros 10 meses se ha hecho un exhaustivo trabajo uno a uno, con los casi 1.100 vecinos y vecinas afectadas por el incendio, además de un trabajo con delegados y dirigentes de la población, forjando procesos de trabajo colaborativo entre Serviu y la comunidad. Además, se han realizado múltiples reuniones vecinales, en las cuales se han socializado las propuestas habitacionales de reconstrucción, de las cuales sus obras comenzarán en el primer semestre del 2025″.

Sector El Olivar, este jueves 26 de septiembre. En primera fila, las viviendas que se salvaron del fuego. En medio, las viviendas que quedaron en pie tras los incendios del 2 de febrero de 2024 y que resisten hasta la fecha. Más al fondo, las ruinas de las que fueron alcanzadas por las llamas.

¿Las razones de la demora?: “La mayoría de las viviendas afectadas de El Olivar están sujetas a la copropiedad, con miniblocks de cuatro unidades. Aquello requiere que los cuatro copropietarios tengan saneadas sus unidades para que se les otorguen los subsidios”, dice Uribe, añadiendo que adicionalmente se han dado inhabilidades cuando las personas tienen más de una propiedad, “lo cual es más evidente en este sector respecto de otros, lo que ha impedido avanzar con mayor rapidez”.

Pavimentación y prevención

Si bien las viviendas son la principal preocupación para los vecinos, desde la comunidad manifiestan que la pavimentación del sector -así como mejoras y preparación para una próxima temporada de incendios- ha sido deficiente.

Esto ya que, según sostiene Iris Mena, hay calles que faltan por pavimentarse, no existen grifos de agua, sumado a que la presión de ésta para combatir una emergencia no existe. “El agua apenas nos alcanza para lavarnos las manos o llenar una olla. En este sector y en Villa Independencia hay cortes casi todas las semanas”, recalca.

Aunque desde Serviu de Valparaíso refutan esa mirada, y sostienen que respecto de la condición en que se encuentran las vialidades de sector El Olivar dicha población está regularizada, sus calles ya están pavimentadas.

No obstante, mencionan que el equipo de reconstrucción de El Olivar está trabajando junto al Departamento de Reconstrucción Urbana en la actualización de las vías -conservación o nuevas iniciativas-, la mejora de las condiciones de contención urbana y la implementación de medidas para optimizar la conectividad y seguridad del barrio.

Por lo mismo, Amanda Guerra asevera que derechamente no están preparados para una próxima temporada de incendios, la que ya se encuentra a la vuelta de la esquina. “No contamos con vías de evacuación, la zona está llena de maleza que puede funcionar perfectamente como combustible durante un incendio. Acá se pidieron cuatro grifos de agua y a la fecha no se han instalado. A la municipalidad se le ha pedido limpieza, pero no llega. Estamos cansados de tocar puertas y que no nos atiendan”.

Desde Viña del Mar señalan que cuentan con sus planes comunales de prevención actualizados, sumado a su Plan de Reducción de Riesgo de Desastres, que tienen la recomendación técnica de Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) y la aprobación del Comité para la Gestión del Riesgo de Desastres (Cogrid) comunal, disponible para enfrentar una emergencia.

“Este proceso fue el resultado de un esfuerzo colaborativo que involucró a diversos actores, incluyendo Bomberos, Carabineros, organizaciones comunitarias, organismos de la sociedad civil y expertos técnicos, quienes aportaron su conocimiento y experiencia para garantizar un enfoque integral y adaptado a las necesidades locales”, detallan.