El retorno de “el halcón”: Emiliano Arias vuelve a la Fiscalía tras estar suspendido de su cargo por más de mil días
Un desayuno con funcionarios, abrazos y reuniones para ponerse al tanto con las investigaciones penales vigentes marcaron la primera jornada del jefe del Ministerio Público de la Región de O'Higgins, quien el martes fue nuevamente absuelto por la justicia. Había sido acusado, por su par de Magallanes, de violar el secreto de una causa de drogas, pero probó su inocencia. Después de tres años de disputa judicial, en la que estuvo alejado de la institución, retornó a sus labores, según sus cercanos, con más fuerza que las propias aves rapaces que, como hobby, entrena desde hace ya varios años.
Fue absolutamente puntual. Desde hace tres años esperaba este día. A las 9:00 horas de este miércoles 8 de junio, el fiscal regional Emiliano Arias Madariaga (49) pisó la sede del Ministerio Público de O’Higgins, ubicada en la ciudad de Rancagua. En el frontis del edificio, aguardaban su esperado arribo. Y es que había sido alejado de sus funciones desde hace más de mil días. Habían pasado ya tres años, 1 mes y 2 días desde que el fiscal nacional Jorge Abbott lo suspendió luego de una grave denuncia realizada por su entonces brazo derecho, el investigador de Alta Complejidad Sergio Moya. Más tarde vendría una fallida solicitud de remoción en la Corte Suprema y dos juicios orales: en ambos resultó absuelto por la justicia. Quien es llamado al interior del Ministerio Público como “el halcón” -por su afición a entrenar esta ave- volvía en gloria y majestad.
Al interior del Ministerio Público los dos triunfos consecutivos de Arias son interpretados como una dura derrota para la máxima autoridad del Ministerio Público. Con todo, saben que sólo le restan cuatro meses a Abbott como fiscal nacional, ya que el 1 de octubre cumple 75 años el máximo que fija la actual Constitución para desempeñarse en ese cargo. Al jefe regional de O’Higgins, en tanto, su periodo de ocho años concluirá en mayo de 2024. Antes de que la justicia nuevamente sostuviera su inocencia ante las acusaciones de violación de secreto, por haber revisado una causa de tráfico de drogas y entregar dicha información a su hermana, algunos dudaban de la permanencia del investigador en el ente perseguidor penal. Pero en su círculo más cercano, sabían que esta batalla ganada le da pie para quedarse, con la frente en alto, como siempre lo deseó.
Una vez dentro del edificio ubicado en calle O’Higgins 710, varios funcionarios se le acercaron para abrazarlo. Le habían preparado un desayuno. Estaban todos los fiscales jefe de la región. No pocos comentaban la “injusticia” por la que había pasado y destacaban la perseverancia que tuvo él y su pareja, la exfiscal Marisa Navarrete, quien encabezó su defensa. “Otros hubieran renunciado”, comentó una persona cercana al investigador que lleva casi 20 años al interior del Ministerio Público, casi la misma antigüedad de la propia institución y que llegó a tramitar los casos más importantes del país, como lo fue la investigación a SQM, Corpesca y Caval, entre otros.
En el encuentro de la mañana de ayer, se le vio emocionado, entusiasmado y con muchos sentimientos contenidos. Lo mismo compartían los presentes, quienes se vieron envueltos en la “guerra” que se desató en Rancagua entre Arias y Moya cuando -en abril de 2019- se quebraron las relaciones de confianza y este último hizo una serie de acusaciones en contra de su entonces jefe. Ninguna fue comprobada.
Cazador y presa
Emiliano Arias no sólo es llamado por sus amigos como “el halcón”, debido a su pasatiempo de entrenar este tipo de aves. En la intimidad el fiscal también se identifica con esta especie, ya que, según comenta, es un animal rapaz que puede ser algunas veces un cazador, como lo es él en su rol de investigador de delitos, y también puede ser presa, como le sucedió -cuenta a sus cercanos- cuando fue acusado y llevado a juicio por sus propios compañeros de institución.
Había planificado hace varias semanas su retorno. Familiares cercanos al fiscal Arias sostienen que una de las primeras cosas que tuvo que ver fue su ropa. Como estuvo sin ir a la oficina durante tres años, los trajes, camisas y corbatas estaban casi en la bodega de su hogar. De hecho, durante este tiempo se dejó crecer el pelo, leyó sobre música y aprendió a tocar trompeta, junto con estudiar un diplomado en medio ambiente y seguir constantemente el proceso constituyente.
Una vez absuelto, llamó a su chofer y le pidió que lo pasara a buscar a las 7:30 horas en su casa de Santiago. Se puso camisa celeste, corbata azul, chaqueta azul, pantalón gris y unos zapatos oscuros que dicen son “para la suerte”.
Quienes pudieron compartir con él previamente, describen que se encontraba ansioso, pero, por sobre todo, muy feliz de haber logrado su objetivo inicial: “limpiar su nombre”. Tenía que retornar y ponerse al día. ¿Qué se estará investigando hoy por hoy en esa zona? Cuando se fue, un caso impactaba el corazón de Rancagua: tres jueces acusados de corrupción, dos de ellos expulsados del tribunal, el tercero se suicidó en medio del proceso. Apenas terminó el desayuno con sus funcionarios, llegó hasta su despacho para repasar carpetas, ponerse al día. Agendó reuniones con los jefes de las policías locales, para poder coordinar el itinerario de trabajo entre los entes preventivos y la institución persecutora. Estaba feliz.
¿Demandar al Estado?
El pasado martes 7 de junio se conoció el veredicto absolutorio de Emiliano Arias, sin embargo, aún no es comunicada la sentencia. Consultada por La Tercera, su abogada, Marisa Navarrete, sostiene que está satisfecha con el resultado, ya que ratifica lo que siempre sostuvieron: “La pretensión del Ministerio Público era absolutamente infundada, sumamente desproporcionada en torno a los hechos. El objetivo era apartar a Emiliano de sus funciones, por lo tanto, lo que viene a hacer esta segunda absolución es ratificar nuevamente que no cometió ningún delito al haber extraído este papel del sistema de la Fiscalía, toda vez que esto se utilizó para denunciar a su propio sobrino”.
Durante todo el proceso judicial, el fiscal Arias junto a su defensa presentaron más de una querella en contra del fiscal Sergio Moya, además de otras acciones legales, “denunciando situaciones gravísimas que pudimos observar en el transcurso de la investigación, donde estaba involucrado también el fiscal nacional”, señala la abogada. Junto con esperar que esas causas avancen, la defensa también asegura que están evaluando “la posibilidad de interponer acciones para perseguir la responsabilidad civil del Estado, porque cuando el fiscal nacional actúa en contra de un funcionario de la forma que lo hizo (...) evidentemente hay una responsabilidad civil que nosotros vamos a evaluar en contra del Estado, porque él cuando actúa lo hace a nombre del Estado”. Medidas con la cual buscan “obtener la reparación de los perjuicios ocasionados con lo que sucedió”.
Pero eso no es todo, Navarrete asegura que también se encuentran evaluando acciones judiciales internacionales, las que tendrían por objeto “limpiar el nombre de don Emiliano Arias, el que fue objeto de persecución administrativa interna absolutamente injustificada”, asegura.
El próximo mes, en la ciudad de Concepción, tendrá lugar el Consejo General del Ministerio Público. Instancia en la que se reunirán todos los fiscales regionales. Será el primer cara a cara de Arias y Abbott, y quizás también el último.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.