A tres meses de su renuncia -y dos días después de que se presentara una acusación constitucional en su contra-, el exministro de Salud, Jaime Mañalich, reapareció en público. Fue en una instancia académica vía Zoom -el “Taller de coyuntura sobre el coronavirus”, organizado por la Fundación Jaime Guzmán- donde el nefrólogo realizó la primera defensa a su gestión como encargado de la pandemia y se refirió al proceso que enfrentará de cara al Parlamento: “Estaba seguro de que se iba a presentar. Me llama la atención que se hubiesen arriesgado al último día. Les costó conseguir la décima firma”.
En su análisis, el exjefe de la cartera sanitaria vinculó el desarrollo de la pandemia con el momento político del país, tras el estallido social de octubre. Y así lo manifestó al ser consultado por la efectividad de las cuarentenas, momento en que mostró su postura ante la renovación del estado de excepción.
“Piensen en el 18 de octubre y hoy. Estamos con toque de queda, en la segunda renovación (del estado de catástrofe), vamos para los nueve meses de un estado de excepción que es prácticamente idéntico a un estado de sitio, sin pronunciamiento del Parlamento sobre la materia, con acuerdo ciudadano completo, con la posibilidad de que te pidan los documentos, te lleven preso, te pasen multas. Nosotros en Chile hoy día estamos viviendo en una dictadura sanitaria”, enfatizó.
Mañalich sostuvo, además, que en otros países las medidas restrictivas a propósito de la pandemia se están utilizando con fines políticos: “Venezuela, Cuba, China, Bielorrusia, Rusia. Lugares donde las limitaciones de libertades son tomadas por gobiernos para el control político. Les tengo pánico a estas medidas, que son completamente raras, y una vez que se instalan, es muy difícil quitarlas”.
En la cita, que duró poco más de una hora, Mañalich abordó aspectos que podrían integrar su defensa frente a la Cámara de Diputados, a raíz del libelo acusatorio presentado el domingo, justo cuando vencía el plazo. En ese contexto, ya han surgido voces en su defensa.
Su sucesor, el ministro Enrique Paris, lo destacó como un “visionario” en la planificación de la pandemia. “Nunca faltó un ventilador, nunca faltó una cama de intensivo, somos el país de Latinoamérica que tenemos más test por millón de habitantes, pero por lejos, y esos fueron dos pilares de su programa de salud”, sostuvo. Incluso, el expresidente Ricardo Lagos señaló que la estrategia sanitaria no es materia de acusación constitucional.
Defensor de su gestión
El exministro acompañó su taller con fotografías, documentos y gráficos sobre la pandemia en el país. Y abordó lo que fue su gestión.
“Teníamos que lograr que el brote de esta enfermedad no hiciera colapsar la capacidad hospitalaria. Aplanar la curva de los casos, demorarla en el tiempo y hacer crecer la capacidad de hospitalizar y tratar a los enfermos, cosa que en realidad todo el mundo reconoce que en Chile se hizo extraordinariamente bien, y que no ocurrió lo que pasó en Italia, España, donde hubo este dilema de la última cama”, planteó.
Ante las preguntas de quienes siguieron la transmisión, Mañalich aseguró que Chile fue “el primer país del mundo que dijo que era prudente usar mascarilla en toda la población”.
Asimismo, destacó el reporte de fallecidos que lleva el país: “Tenemos un registro bastante más confiable que el de otros países (…). Si alguien pudiera decirme a mí cuál es la situación en Argentina en este momento, yo me sacaría el sombrero, porque no tenemos información de lo que está pasando allá”.
Sobre el registro, advirtió que en el país se están contabilizando decesos por y con coronavirus - entre ellos pacientes que padecían cáncer, por ejemplo-, metodología que evalúa como positiva desde la epidemiología, pero que acarrera “efectos adversos”, como cuando los seguros de salud niegan el pago porque “la letra chica dice que no cubre en caso de pandemia o epidemia”.
El otrora ministro de Salud rememoró la reunión que tuvo en La Moneda a inicios de enero para planificar la estrategia sanitaria junto al Presidente Sebastian Piñera. “Chile se enfrentaba en ese momento a una situación compleja, que cualquier cosa que nosotros hiciéramos significaba una violación de derechos constitucionales de las personas. Toda la oposición, incluidos los alcaldes, se nos vinieron a la yugular. 'Esto es un fraude que el gobierno está armando para controlar el estallido social, que todavía estaba vivo, y prever lo que iba a ocurrir en marzo cuando la ciudadanía descontenta saliera a la calle”, indicó, añadiendo que cuando como ministerio acudieron a la atención primaria “no había interés en colaborar, menos los alcaldes”.
“Generales después de la batalla”
Una de las oyentes preguntó al nefrólogo qué habría hecho distinto. Y así respondió: “Cualquiera es general después de la batalla (…). La única cosa que pudimos haber hecho más radical es haber cerrado absolutamente las fronteras. No llega nadie a Chile durante el próximo mes (...). Pero el conflicto que esa medida, cuando la insinuamos, generó fue de tal magnitud que en realidad era muy difícil. En ese minuto la confianza en el Estado estaba completamente quebrada. Y ojo, sigue quebrada. Entonces hay que entender el contexto en el cual se habla”, cerró.
Acusación constitucional
El exjefe del Minsal se refirió a la acusación constitucional en su contra. Y explicó que no cree que sea contra su persona en particular, sino que buscaría dañar al gobierno.
“Nosotros hoy día tenemos un vacío político gigantesco, responsabilidad de la oposición, del oficialismo, hay un desprestigio del diálogo político enorme. Tenemos que reconocer que hemos pasado a un sistema semipresidencial o parlamentario de facto (…) Dentro de esto hay un esfuerzo enorme de lucha por el poder, cómo arruinamos la figura de Carabineros, del Presidente, suma y sigue”, afirmó.
En esa línea, aludió a la demora en la presentación de esta acción: “La razón no es que quisieran o no acusarme, sino que es menos atractivo acusarme a mí que acusar a otros que están en el gabinete”. Y agregó: “Los parlamentarios tienen esta atribución, la van a usar, por supuesto. No puedo predecir el resultado”.
Suspensión de clases
Otra materia abordada por Mañalich fue el cierre de los colegios. Al respecto subrayó que el daño de que los alumnos no tengan clases presenciales es “enorme” y que nunca hubo consenso en cerrar todos los recintos educacionales.
“Los niños que no tengan clases durante este periodo, probablemente van a perder el año escolar completo, no es gratuito. Para los más vulnerables produce un daño enorme. Nunca llegamos a acuerdo, pese a que el comité de expertos del ministerio lo señaló de esa manera. Si en un momento, por semanas y meses, no tenemos un caso en Aysén, ¿por qué no tienen que ir a clases?”, admitió.
Entre sus preocupaciones, señaló la alimentación de los niños que reciben raciones de comida de la Junaeb o abusos domésticos intrafamiliares en menores vulnerables. “Al final la escuela es un lugar de protección, no es un lugar de daño, es un lugar de cuidado: donde almuerzan, se relacionan con sus pares”, afirmó.
En esa línea dijo ser partidario de que, en lugares donde hay poca enfermedad, los niños vuelvan a la escuela “lo antes posible”.