Después de un miércoles amargo, en el que el fuego triplicó la superficie consumida, llegando a las 1.100 hectáreas, ayer las mejores condiciones meteorológicas permitieron que al fin las aeronaves dispuestas para combatir el incendio forestal que afecta a la comuna de Timaukel, en la austral Tierra del Fuego, pudieran despegar. Hasta el cierre de esta edición eran 1.235, según información de Conaf.
Los fuertes vientos que soplan en la zona desde hace una semana -y que han superado los 100 kilómetros por hora- han sido el principal problema para los brigadistas que luchan por controlar el fuego, pues son el factor que más ha incidido en la propagación de las llamas, impidiendo, además, que los aviones y helicópteros puedan volar para descargar el agua sobre los focos del siniestro.
“Hoy (ayer) hemos tenido un viento de 25 kilómetros por hora, lo que permitió que las aeronaves trabajen en el combate del fuego, algo que era muy necesario. Además, esto ha evitado que el fuego se propague y, aunque no está controlado, sí está limitado”, explica Aída Baldini, gerenta de Prevención de Incendios Forestales de la Conaf.
El miércoles, la irradación de las llamas se tornó tan incontrolable, que varias de las cuadrillas que trabajan en la zona debieron replegarse para no poner en riesgo su vida. Tanto así, que incluso los cortafuegos de 35 metros de ancho se vieron superados por el fuego, debiendo ayer ser engrosados a más de 70 metros.
“Han sido días muy complejos. El miércoles, el humo llegó a la Villa (Cameron), haciendo bien difícil respirar y preocupando a los habitantes, pero hoy (jueves) esto está más controlado”, dice Luis Barría, alcalde de Timaukel.
Según el último censo, la comuna cuenta solo con 405 habitantes, por lo que con el arribo de personal de Conaf y distintas cuadrillas privadas y cuerpos de bomberos, la normalidad de la remota población se ha visto también alterada.
“Muchos vecinos están ayudando a las personas que combaten el fuego, preparándoles comida o ayudando de distintas formas. Tenemos cuatro albergues donde estamos hospedando a los bomberos; ellos salen temprano en la mañana y llegan a la medianoche a cenar, para continuar al otro día con las labores”, detalla el jefe comunal.
Hasta el jueves, combatían el incendio en la zona ocho técnicos, cuatro brigadas, tres bulldozer, un cargador frontal, una retroexcavadora, dos camiones aljibe, dos skidder, dos excavadoras, un helicóptero, un avión cisterna, una avión fire boss, un avión pesado (LAT C-130) y un helicóptero Super Puma.
Además, 22 efectivos de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales del Ejército (Brife), dos carros y seis voluntarios de la Compañía de Bomberos de Porvenir también se encontraban trabajando, junto con 10 brigadistas de CMPC.
Potencial desastre ecológico
El incendio ha consumido las hectáreas pertenecientes a la forestal Russfin, donde se inició el fuego. Sin embargo, aquel lugar colinda con el Parque Natural Karukinka, que concentra cerca de 130.000 hectáreas de bosque nativo de lengas, ñirres y coigües, además de 80.000 hectáreas de turberas, que representan el 80% de estos humedales en la isla.
Estos ecosistemas son el hogar de animales y aves patagónicas, como el guanaco, el zorro culpeo, el carpintero negro y cachañas (el loro más austral del mundo), y aunque están bajo amenaza, no se ha reportado el hallazgo de animales muertos en la zona, según cuentan desde Conaf.
Desde la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés), que administra el parque, advierten, además, que en las turberas existe un reservorio de toneladas de carbono que se ha acumulado por miles de años y que podrían ser liberados a la atmósfera, generando un escenario que tendría repercusiones no solo para Chile, sino que a nivel global.
“Además de la desbordante riqueza ecológica de este parque austral y remoto de 300.000 hectáreas (cuatro veces el tamaño del Gran Santiago), registros de WCS Chile señalan que sus bosques y turberas almacenan, en conjunto, unos 418 millones de toneladas de CO2 que, en palabras sencillas representan un reservorio de carbono equivalente a tres años de emisiones de Gases de Efecto Invernadero de Chile, según datos obtenidos del Informe del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero de Chile 1990-2018″, señalaron en un comunicado.
120 incendios forestales en todo el país
Pero el desastre en Tierra del Fuego no es el único que destruye bosques en Chile. Según informan desde Conaf, en total el país registraba hasta este jueves 120 incendios forestales, destacando 54 en La Araucania, 46 en Biobío y 10 en El Maule.
“El incendio más importante en lo que va de la temporada corresponde a Pidihuinco, que se inició en la comuna de Chimbarongo, el día 19 de enero. Se espera dar por controlado al finalizar el día (miércoles), con una afectación de 2.874,5 hectáreas”, cuenta Aída Baldini.
“También se informa del incendio ocurrido el día de ayer (miércoles) en el Camino Viejo Melosilla, en Valparaíso, para el cual se decretó Alerta Roja y alcanzó una superficie de 19,4 hectáreas, que después de un arduo combate aéreo y terrestre, que involucró el trabajo de 10 helicópteros y cinco aviones cisterna, junto a 19 brigadas, consiguió ser controlado”, profundizó la gerenta de Prevención de Incendios Forestales de la Conaf.