Elisa Araya: “El tipo de estudiante que está llegando a la universidad, más allá de la PAES, tiene que ver con rezagos de pandemia”
La rectora de la UMCE desmenuza la reciente rendición de la Prueba de Acceso a la Educación Superior. Cree que ya se comienzan a ver los cambios -favorables según su entender- sobre quiénes terminan habilitados para postular a las casas de estudio, aunque advierte que el Covid sigue acompañando la caracterización de los estudiantes.
Durante la semana pasada se rindió la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES). La de este año se trató de la tercera versión regular de un instrumento que, hasta aquí, ha sido bien valorado de modo general por los entendidos, quienes poco a poco ven cómo va mutando el perfil de los alumnos habilitados para postular a la universidad con el nuevo examen.
Una de ellas es Elisa Araya, rectora de la estatal Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), quien asegura que esta prueba es una herramienta más justa. “cuando tienes una prueba sobre habilidades lo que haces es no ponerla en un contenido memorístico, sino en el desarrollo de esas habilidades”, analiza. Eso sí, advierte que independiente del paso adelante que cree significó la PAES, los efectos de los encierros producto del Covid-19 siguen haciendo mella.
¿Qué valoración tiene de la PAES?
Siempre las pruebas de admisión, que por naturaleza seleccionan a los estudiantes que tienen ciertas capacidades o habilidades para abordar estudios de nivel superior y que lo hagan con éxito, pueden ser perfectibles. Pero sin duda la PAES es un avance respecto a las anteriores, porque asumió una serie de cuestiones que estaban en déficit, como los sesgos, ser más contextualizada, incorporar elementos culturales propios de las nuevas generaciones. Eso ayuda a que las personas que se enfrentan a estas pruebas las puedan responder sin tanta distancia de contexto. Otro aspecto muy importante es que ha facilitado el acceso porque ha generado dos versiones -invierno y verano-, que hace que la angustia que tenían algunos jóvenes se vaya, hace que la prueba no sea tan definitoria.
¿La prueba se adapta mejor a quienes la rinden? ¿Es más universal?
Sin duda. De hecho, nosotros experimentamos un cambio del tipo de personas que se pudieron matricular en algunas carreras: más mujeres o de sectores más vulnerables. Indica que esta prueba está siendo más justa porque hay una cuestión que es importante: cuando preguntas por contenidos culturales del currículum, que son contenidos más puros, lo que haces con el joven es excluirlo, lo pones en la situación de que tiene que haber estado en una muy buena escuela y el profesor le tuvo que haber pasado todo el currículum para contestar bien. El currículum escolar es bien particular, porque puede ser tremendamente clásico, muy exigente, entonces hay ciertos sectores que están muy lejos de esa experiencia, porque culturalmente están muy lejos, pero tú puedes poner esos mismos contenidos en situaciones más cotidianas, y la PAES hace eso.
¿Dónde se puede mejorar la PAES?
Hay que ir mirando los resultados para ver si, por ejemplo, los temas de sesgo de género o de clase están disminuyendo. Hay inteligentes, capacidad y habilidad en todas partes. El tema es si las pruebas logran captar a esas personas y las logran hacer ingresar a la universidad.
¿Incorporaría pruebas más específicas en otras áreas, como ya lo tiene Matemática?
Hay un deseo muy antiguo, pero es muy caro, de que haya otro tipo de evaluaciones más cualitativas, como entrevistas personales o desarrollo de textos. Que un joven postule escribiendo un ensayo o una carta entre biográfica y de contenido, explicando por qué se siente preparado para estudiar tal carrera. Son más caros, pero discriminan mejor. Estas pruebas son siempre de lápiz y papel y evalúan habilidades que se puedan evaluar con lápiz y papel, pero hay personas que tienen gran capacidad de comunicación oral o gestual que en algunas carreras son muy requeridas.
¿La PAES ha cambiado el tipo de estudiante que ingresa a la universidad?
Efectivamente con la PAES el perfil de estudiante que ingresa ha cambiado. Los jóvenes que entran vía PAES traen esta experiencia de la pandemia. Hay algunos que tienen no solamente brechas de habilidades, también hay un cierto apoyo psicoemocional que hay que brindarles. El tipo de estudiante que está llegando a las universidades, más allá de la PAES, tiene que ver con un rezago y brecha de la pandemia, que van a estar mucho tiempo acompañando, pero también por una serie de otros factores, por ejemplo, los jóvenes leen menos que antes por el uso de las pantallas, incluso uno puede estar viendo algunos efectos del uso de chats y Twitter en la capacidad de redacción. Cada generación trae sus desafíos y brechas.
¿Pero son sólo fragilidades referidas a la pandemia o también a aprendizajes?
Sí, también en contenido, en aprendizaje. En general vas a ver en todas las universidades, al menos las del CRUCh, que en el primer semestre hay talleres o cursos de puesta al día. Pero insisto que no es solo la PAES. En los últimos años yo diría que hay una, no voy a decir disminución de capacidades, pero sí capacidades distintas. Las tecnologías y la manera instantánea en que se suele buscar información va a contrapelo de lo que es una formación universitaria, que es profunda, es larga.
Con una generación que pudo ensayarla más, ¿veremos mejores resultados que en la anterior PAES?
Uno esperaría que sí. Los aprendizajes profundos se realizan por repetición y son consecutivos. Estamos acostumbrados a todo rápido, pero cuando queremos cambios profundos y de calidad, es más lento y me imagino que el sistema completo va a ir aprendiendo cómo se trabaja este tipo de evaluaciones. La propia PAES también está aprendiendo cómo se comportaron los estudiantes y, por lo tanto, esperamos que los resultados sean mejores que la primera versión, pero no van a ser mejores que las próximas versiones porque el sistema va a seguir aprendiendo.
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