Marcho por mis hijas, nietas y sobrinas", decía el modesto cartel, en cartulina celeste y pintado con plumón, que se armó Alba, de 66 años, y que portaba brazos en alto, como si se le fuera la vida en ello.
Feliz. Apretujada. Cansada. Perseverante. Así iba ella. Tal como otras 190 mil personas -según calculó Carabineros-, casi todas mujeres, que caminaron pacíficamente por la Alameda, a través de los 3,9 km que hay entre Plaza Italia y Echaurren. Eran pasadas las 19 horas y la misma escena masiva se repetía en diferentes ciudades del país y en el mundo.
Hasta el miércoles se habían confirmado manifestaciones en más de 50. En Santiago había bailes, batucadas, globos, payasos y pancartas, pero, por sobre todo, ellas. Grandes y chicas. Como una sola voz.
En el Día Internacional de la Mujer que se conmemoró este viernes, también difundido como el 8M, se efectuaron diferentes actos durante toda la jornada, en la cual estaba convocada la huelga general feminista denominada "Contra la Precarización de la Vida". El cierre fueron las marchas.
Los 190 mil asistentes que contabilizó la policía, convirtieron a la citación en una de las más masivas de los últimos años. Muy similar a la marcha del 16 de mayo de 2018, que hasta este viernes era considerada como la mayor convocatoria de un encuentro feminista.
Evelyn Cariqueo (25), una de las asistentes, comentó que "soy mitad mapuche, traje a mis dos hijos a la marcha desde que empezó, Maximiliano y Gustavo, para enseñarles que desde chicos tienen que respetar a las personas y no hacer diferencias".
Lucía Alegre, otra asistente, destacó la presencia de carabineras. "Ellas ayudaron a cuidar a la gente, transmitían buena onda".
Vagones y bloques
La jornada completa fue ajetreada. Por la mañana, a las 10.30, el Presidente Sebastián Piñera efectuaba en La Moneda el acto oficial del gobierno por el Día de la Mujer. Allí también anunció un proyecto contra el acoso cibernético y destacó a Michelle Bachelet como mujer pionera en la historia de Chile.
También hubo hitos violentos. Dos femicidios. Uno cometido el jueves, en Quintero, y el otro este viernes, en Recoleta. Las manifestaciones espontáneas igualmente se tomaron la capital. Varias decenas de monumentos amanecieron con pañuelos verdes y morados al cuello, los símbolos del movimiento feminista. Frente a la Catedral Metropolitana hubo carteles y consignas alusivas a los abusos en la Iglesia.
"Déjennos, por un día, ser nosotras las protagonistas (...) los hombres que quieran apoyar, que ojalá apañen a las mujeres desde la casa, desde el trabajo", pidió la diputada (PC) Camila Vallejo.
Pasadas las 18.00 horas el Metro casi colapsó, producto de la muchedumbre que quería llegar hasta Plaza Italia. Hubo ratos en que la gente no podía salir.
La marcha se dividió por bloques, que expresaban las distintas posturas del movimiento. Adelante, la Coordinadora Feminista 8M que convocó a la movilización. Luego, otros espacios solo ocupados por mujeres. Las llamadas "separatistas". Tras ellas, los bloques "mixtos". Mucha consigna de DD.HH. El machismo nunca fue tan apabullado. El día fue de ellas. Histórico.