Eloísa Díaz: del desaire a la reivindicación
La Casa de Bello acaba de anunciar que nombrará su Campus Norte con el nombre de primera médica cirujana del país y Latinoamérica. No obstante, cuando la reconocida médica murió en 1950, la universidad negó la posibilidad de velar sus restos en el Salón de Honor.
Eloísa Díaz, una de las mujeres más notables de la historia de Chile, fue la primera que se tituló de médica cirujana en el país a fines del siglo XIX. Actualmente ha vuelto a hacer noticia cuando la Universidad de Chile hizo oficial que rebautizará a su Campus Norte. Desde ahora llevará su nombre.
No obstante, existe una historia desconocida que revela el desaire que la Casa de Bello realizó a su destacada exalumna. Sucedió en 1950, cuando el rector de la época negó que sus restos fueran velados en el Salón de Honor de esa casa de estudios.
La historia del desaire
Este desconocido pasaje en la relación entre la médica y su casa académica fue descubierta durante una investigación realizada por Cecilia Morán, doctoranda del programa de Doctorado en Historia de la Universidad San Sebastián. Según la historiadora, cuando Díaz falleció, a la edad de 85 años, el 1 de noviembre de 1950, intervino la primera dama de la época, Rosa Markmann. Era la esposa del entonces presidente Gabriel González Videla. Ella escribió al rector de la Universidad de Chile, Juvenal Hernández, para solicitar que los restos de la profesional fueran velados en la Casa de Bello.
En aquella misiva se pueden leer los argumentos que Markmann empleó para sustentar la solicitud. "La Universidad de Chile no sólo haría un acto de justicia a la que fue un profesional de excepción, sino que impartiría una lección ejemplarizadora al incluirla en el número de ilustres que allí recibieron homenaje póstumo", señaló
Según Morán, la respuesta del rector, también en una carta, fue negativa. "No es posible honrar los restos de la Dra. Eloísa Díaz en el Salón del Consejo Universitario, porque la tradición dispone este honor únicamente para los exrectores y decanos o para los grandes próceres de la cultura nacional".
Asimismo, habría recomendado que sus restos fueran velados en el Servicio de Educación Primaria de ese entonces.
Morán conoció este episodio gracias a las cartas que intercambiaron Markmann y Eloísa Díaz. "Ellas se hicieron muy cercanas cuando ya la médica estaba retirada de su profesión", revela. Al mismo tiempo, Markmann habría tenido alguna cercanía con el rector Hernández, con quien también realizaba intercambio epistolar. "Estas cartas se encuentran en el Archivo Nacional sobre el expresidente Gabriel González Videla", añade la investigadora.
La reivindicación póstuma
Casi 70 años después, y con un tuit del actual rector, Ennio Vivaldi, se hizo oficial el cambio de nombre del campus. "Es un gran orgullo anunciar oficialmente que el Campus Norte, donde se ubican las facultades de Medicina, Odontología, Química y Farmacia y el Hospital Clínico, llevará el nombre de la primera médica de Chile y Latinoamérica, Dra. Eloísa Díaz #UnCampusParaEloísa", escribió.
"Esta iniciativa es respaldada por las facultades y la U. de Chile en su conjunto, destacando el rol de la Dra. Eloísa Díaz en la enseñanza de la medicina y el desarrollo de las ciencias de la salud", añadió la autoridad.
Tradición patriarcal en la U
La historiadora y directora del Archivo Central de la Universidad de Chile, Alejandra Araya, cuenta que la idea de rebautizar el Campus Norte "nació el año pasado, cuando se conmemoró los 130 años de la titulación de esta destaca médica. Y este año por iniciativa del rector, se confirma este homenaje de nombrar un campus con su nombre. Es un lugar que se relaciona con el área en la que ella hizo una gran contribución", asevera.
"Esto va de la mano con el compromiso de la comunidad educativa respecto de la lucha por la igualdad y el reconocimiento histórico de las mujeres", agrega.
Sobre la historia de la negativa del rector Hernández de velar los restos de Eloísa Díaz en el Salón de Honor, Araya asegura no conocer las cartas que menciona la historiadora. No obstante, aclara, "no existe un protocolo establecido para definir qué personajes públicos pueden tener un funeral en la Casa Central de la Universidad. De hecho, el único funeral público que se ha realizado en la historia de la universidad ha sido el de Gabriela Mistral, en 1957".
Asimismo, reflexiona que "sin conocer los motivos que llevaron al rector Hernández a dar una respuesta negativa a esta solicitud, creo que se enmarca en un contexto de la tradición patriarcal que hasta el día de hoy permanece, y por el cual las mujeres no han sido reconocidas en su rol público".
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