Al menos una persona muerta y otras dos desaparecidas han dejado como saldo, hasta esta noche, las dos jornadas en las que el "invierno boliviano" se dejó caer con particular fuerza en el norte del país.

El fenómeno arrasó en pocas horas de la madrugada del viernes un campamento en Arica. Más al sur, en la Región de Antofagasta, el agua cubrió varias calles en Calama mientras se registraba una amenazadora crecida del río Loa.

Hasta esta noche, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) reportaba alrededor de 640 personas evacuadas desde los sectores de riesgo en Arica.

Mientras autoridades encabezadas por el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla -quien se trasladó hoy temprano al norte por instrucciones del titular de la cartera, Andrés Chadwick- analizaban medidas para enfrentar la emergencia, surgieron duros cuestionamientos a nivel local en Arica, centrados en la situación ocurrida en el campamento Coraceros. Gran parte de ese populoso sector fue arrasado por la crecida del cercano río Acha y veinte familias debieron ser evacuadas.

"Perdí todo. Llegué hace cuatro años de vuelta a Arica y me instalé en este campamento porque no tenía dónde vivir", relató Valdemar Garrido, quien solo alcanzó a salvar a su mascota, una perrita, mientras observaba la laguna que ocupaba el centro de la población y en cuyo centro todavía asomaba, flameando, una bandera chilena.

El terreno anegado era ocupado por personas que permanecían allí desde diciembre pasado. En esa fecha, 203 familias que originalmente habitaban el campamento recibieron soluciones habitacionales en el conjunto Ribera Sur y dejaron el terreno disponible.

En tanto, afectados denunciaron que el anegamiento se habría producido debido a obras realizadas por un particular en el cauce del Acha. "Hice una denuncia en la Dirección de Obras Hidráulicas", afirmó Alberto Bello, exdirigente de los pobladores. "Temíamos que esto se inundara y ahora ocurrió ".

En tanto, el senador José Durana (UDI) presentó una denuncia ante la fiscalía por las citadas obras, que formaban un "miniembalse" aguas abajo del lugar anegado.

Proyecto abortado

El campamento Coraceros surgió de una toma de terrenos realizada hace casi una década en la salida sur de Arica. Entre los habitantes actuales se cuentan, además de chilenos, migrantes bolivianos, colombianos y peruanos.

Bajo la administración de Michelle Bachelet, el Serviu había adquirido 24,7 hectáreas del sector del campamento Coraceros para construir 1.500 viviendas sociales, en un proyecto que incluía un parque arqueológico. La iniciativa fue descartada el año pasado por el actual gobierno.

Hoy, el secretario regional ministerial de Vivienda, Giancarlo Baltolu, justificó la decisión de no construir viviendas sociales en el área. "Esto demuestra la irresponsabilidad con la que se actuó en la administración pasada, al comprar un terreno donde no estaban dadas las condiciones para construir. Fue una inversión de $ 4 mil millones y ya vemos cómo quedó", dijo.

Ubilla, en tanto, ratificó que no se volverá a edificar en ese sector. "No se puede volver a ocupar este terreno", advirtió, y adelantó que los afectados tendrán acceso a soluciones habitacionales en otros lugares.

El incidente reabrió la polémica en torno a la ocupación de áreas sometidas a riesgos naturales comolas inundaciones. Para el arquitecto y especialista en desarrollo urbano Iván Poduje, hay doble responsabilidad en lo ocurrido en Coraceros: "de las personas que vuelven al terreno, y de la autoridad que deja queregresen".

Como soluciones, Poduje plantea "aprovechar la coyuntura y urbanizar las quebradas, relocalizar a las familias y cercar los terrenos, para controlar que no vuelvan a ser ocupados".

Problemas en turismo

En San Pedro de Atacama, en tanto, desde el miércoles tanto sus habitantes como los turistas que se trasladan a esa ciudad en temporada veraniega enfrentaron un extenso corte de energía eléctrica.

Un total de 20 puntos de interés turístico quedaron inhabilitados y se registraron cancelaciones de reservas hoteleras.