El Ministerio de Desarrollo Social y Familia, encabezado por el ministro de la cartera, Giorgio Jackson, presentó esta tarde los principales resultados de la Encuesta Nacional de Discapacidad y Dependencia (Endide) del 2022, la cual revela que el 17,6% de la población adulta en Chile cuenta con algún grado de discapacidad.

De acuerdo al sondeo, en el país hay 2.703.893 personas mayores de edad en esta situación, de las cuales el 11,4% presenta una discapacidad severa.

Uno de los principales hallazgos de la Endide es que el grupo de personas con 60 o más años, es el que más número de individuos tiene con necesidades especiales. En este sector el 32,6% se encuentra en esta condición, mientras que si se analiza el segmento de entre 18 y 29 años, el porcentaje baja a 9,9%.

Esta encuesta también evidenció que los quintiles socioeconómicos más bajos presentan más personas con discapacidad, con un 21,9%. En los grupos más acomodados, en tanto, es un 13,5% los que se encuentran en esa situación.

Un indicador que trasciende al grupo socioeconómico y etario, en todo caso, es el género, ya que las mujeres presentan un mayor número de discapacidad que los hombres, representando un 21,9% y 13,1%, respectivamente.

Dependencia y cuidados

Si bien la gran mayoría de las personas con discapacidad son autovalentes (77,8%), en total, un 9,8% de las personas adultas presentan la necesidad de cuidados especiales.

Cerca de un millón y medio de personas hoy dependen de otro para poder realizar sus actividades básicas. Este es un dato súper importante, porque implica que solo contando a los mayores de 18 años, 1.500.000 de personas ayudan a otras para desarrollarse”, contó el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson.

Un dato revelador, además, es que apesar de la cantidad de personas que requieren cuidados, un 41,3% de ellas no cuenta con un cuidador, mientras que un 41,5% sí lo tiene, aunque es alguien que vive en su hogar y generalmente son familiares.

Inclusión

La Encuesta Nacional de Discapacidad y Dependencia 2022 también evidenció luces y sombras respecto de los índices de inclusión.

Por un lado, se evidencia una clara diferencia en la escolaridad entre las personas que cuentan con una discapacidad y quienes no. Más de la mitad de las personas que tienen necesidades especiales no ha terminado su educación media completa. Además, el promedio de escolaridad este segmento de la población es de 10 años.

Aquí hay un desafío de inclusión del sistema educativo, también hay un factor relacionado con la edad, pero a pesar de eso igual existe una brecha, y lo sabemos porque las escuelas presentan dificultades para las personas con discapacidad y después pasar a la educación superior es un desafío gigantesco para ellas. Tenemos que encontrar las políticas para tratar de erradicar esta brecha”, afirmó el ministro Jackson.

Sin embargo, hay avances importantes en la inclusión laboral. Las tasas de ocupación de las personas con y sin discapacidad son bastante símiles, siendo de 91,0% para las PcD y 91,% para la población que no cuenta con discapacidad.

Un dato que marca una diferencia, eso sí, es la cantidad de personas económicamente activas. Se evidencia un 24,1% de diferencia entre estos sectores de la población, favoreciendo a las personas que no cuentan con discapacidad.