El pediatra y toxicólogo Enrique Paris dirigió este mediodía la primera vocería como Ministro de Salud. No fue lo único nuevo. El cambio en la estrategia, al menos en materia comunicacional, fue evidente: un semicírculo de los tres personeros de la cartera, sentados, y acompañados por dos caras nuevas en la Moneda: el jefe de Epidemiología del Minsal, Rafael Araos y el presidente de la Sociedad de Medicina Intensiva, Tomás Regueira.
Ambos nombres fueron propuestos por Paris. Pero no serán los últimos: el nuevo estilo incluye una rotación diaria de representantes de la sociedad civil, en la que mañana debutarán dos alcaldes. Así, serán estas las primeras modificaciones del plan que tiene por objetivo reducir los casos y muertes por Coronavirus y que, según postula la nueva autoridad, prolongaría la cuarentena en Santiago, al menos por todo el mes, manteniendo la suspensión de clases hasta mitad de agosto.
Considerando la situación sanitaria, que está entre las peores que ha enfrentado el país, ¿Por qué aceptó el cargo?
Acepté porque creo que es un desafío muy hermoso, muy importante. Creo que para cualquier médico, para cualquier personal sanitario, llegar a ser ministro es la culminación de la carrera.
¿Siente que tiene las competencias?
Yo saqué más el carácter de mi mamá, un poco más estricto, apegado a las normas y al trabajo científico. He recorrido prácticamente todo el sistema, y empecé en un hospital muy pequeño, en Achao, con apenas 30 camas. Pasé al Calvo Mackenna, hice mi beca y después me fui a Bélgica. Volví a la Católica, fui jefe de servicio del Hospital Sótero del Río, intensivo, y después del servicio de pediatría de la Católica, por muchos años.
Su estilo es diferente al del Ministro Mañalich. ¿Usted cree que es lo que se necesita en estos momentos?
Yo creo que cada uno tiene su estilo y cada uno tiene sus luces y sus sombras. A lo mejor, yo tengo algunas sombras también, pero para el momento que vivió Chile, Jaime Mañalich lo hizo muy bien. Tenemos todos la esperanza de que podamos controlar el virus. Y, a lo mejor, era también el momento de que el ministro descansara.
Usted ha estado siguiendo la pandemia, pero ahora ya está instalado en el Ministerio. ¿Ha logrado identificar debilidades y fortalezas?
Yo creo que estamos muy bien en el tema de exámenes, aunque hay que seguir aumentando, Chile ha hecho casi 70 mil exámenes por millón de habitantes. Pero hay que mejorar el tema de la trazabilidad y el aislamiento o tratamiento. Hay también que acelerar la entrega de los exámenes, no se pueden demorar tanto. En eso vamos a seguir insistiendo.
¿Y cómo lo va a hacer?
Estamos haciendo un trabajo con los laboratorios, y el mismo ministerio tiene un programa, similar al de las clínicas, para sacar su examen por teléfono y no tener que ir al laboratorio. Insistir en que cuando se tenga el diagnóstico, se haga la notificación. Además quiero también reforzar el tema de las IRA (Salas de Infecciones Respiratorias Agudas de los consultorios) donde los kinesiólogos manejaban a todos los niños, y adultos también, con insuficiencia respiratoria. Hay que reforzarlo porque a nivel de consultorio podemos hacer mucho para evitar que el paciente se agrave
Los consultorios tendrán un mayor rol, entonces...
Hay que encontrar al paciente que tiene el examen positivo y aislarlo. Las residencias sanitarias no están ocupándose en su totalidad, hay gente que no puede quedarse en su casa y no puede hacer una buena cuarentena tiene que irse a la residencia sanitaria. Vamos a tratar de que sea mixto, y que los consultorios puedan dar licencia médica. Pero eso no se puede prometer de la noche a la mañana. Yo espero que esta semana podamos dar esta señal, por eso tengo reunión con Fonasa el lunes.
¿Cuál es su diagnóstico de por qué siguen los contagios?
Viendo la cantidad de permisos que la gente pide, es gigantesco. Si la gente sigue saliendo a la calle sin una razón justificada, va a seguir diseminándose el virus. La positividad ha aumentado enormemente.
¿En cuánto está?
Más de 40% de los exámenes están saliendo positivo. Para que tú logres controlar la enfermedad, lo ideal es que esté en un 5%.
Estamos muy lejos de eso...
Hay que hacerle entender a la gente eso. Una persona enferma contagia a 2,8 personas. Y los hipercontagiantes contagian casi a 70 personas. El hecho de salir, es un peligro enorme. Y salir sin protección, o salir estando en cuarentena, es un peligro enorme para el prójimo.
¿Y eso cómo lo va a cambiar?
Hay que insistir mucho en el apoyo que dan los medios de comunicación. Vamos a tratar de hacer mensajes cortos en ese sentido y reforzar el plan comunicacional a la población. No para causar miedo, sino para crear conciencia de la importancia del aislamiento físico, uso de mascarillas, lavado de manos.
¿Cómo lograr que las personas no salgan de sus casas?
Hay que controlar más los permisos de salida de la gente, ponerse más estricto en el control de los permisos, de las cuarentenas, del toque de queda.
¿Se van a limitar o prohibir?
Prohibir no, pero trataremos de buscar una fórmula. Yo siempre pienso que es mejor convencer primero, hacerlo por la razón y ver si eso da resultados. Es una cosa idiosincrática de la población, y además, tiene que ver con la capacidad económica de las familias. Si el padre de familia no tiene sueldo, no tiene plata, tiene que salir a trabajar. Entonces las medidas económicas se necesitan. Por eso estoy tan contento de que se haya llegado a un acuerdo anoche. Es una buena señal para la gente, el reparto de las cajas de alimentos también ha sido bien evaluado por la población.
Una cosa en la que hay coincidencia entre expertos y académicos, es que el manejo comunicacional ha sido errático...
Hoy día cambiamos totalmente la forma de comunicarnos. Evaluamos que no sacamos nada con hablar tanto de cifras, de muertos, de ventiladores. Vamos a llevar siempre a dos personas ajenas al manejo diario. Por ejemplo, el lunes quiero llevar a dos alcaldes, que contribuyan a socializar el mensaje, que vean que no es una cosa solo técnica, porque a lo mejor lo estábamos transmitiendo muy técnico, muy basado en los números, en los ventiladores, en los muertos y los recuperados. Vamos a tratar de hacer un esfuerzo que la gente lo vea como una reunión amigable, o como una forma más efectiva.
A horas de asumir el cargo, ¿a qué le tiene miedo? ¿Qué le preocupa?
Me preocupa que no logremos obtener los resultados que deberíamos obtener, bajar la tasa de contagios, disminuir la cantidad de pacientes que llegan al hospital, tratar de contener eso antes, hacer más manejo pre-hospitalario; por eso también estamos pensando quizás en establecer un sistema de hospitalización domiciliaria, controlada obviamente, reforzar la atención primaria. Yo no le tengo miedo a morir. Y no quiero que la gente se sienta decepcionada, quiero que se sienta apoyada, y eso se ha logrado en las comunas donde el tratamiento de la cuarentena ha sido exitoso. En Temuco decían que habían recuperado la confianza en el sistema público, eso es lo que yo quiero. Lo que me da miedo es al revés, que la gente pierda la confianza en el sistema de salud.
¿Influyó el estallido social en todo esto? ¿O es idiosincrático?
Me da la impresión que algunas personas habían seguido en el “modo protesta”, y el modo protesta no contribuye a contener la expansión del virus, entonces, tenemos que tomar conciencia que en este momento, habiendo todas las diferencias existentes, sobre todo la diferencia sociales y económicas han explotado más por el coronavirus. Tenemos que trabajar en paz, concordia y unidad, y después comenzar a ver quienes hicieron las cosas mal o quienes hicieron las cosas bien. Y si hay que criticar en ese momento critiquemos, está la Contraloría y todos los procedimientos legales para hacer el control de este tipo de procesos.
Se ha planteado adelantar el toque de queda, ¿usted es partidario?
Eso no me compete a mí, tiene que verlo el ministro del Interior, en conjunto con Orden y Seguridad, pero puede ser una buena medida también, siempre que se cumpla, porque tú tampoco puedes estar controlando las calles de todo Santiago. Eso significa que la gente tiene que tener consciencia primero.
¿Cuánto tiempo más podría estar la RM en cuarentena?
Estamos a 14 junio. Queda todavía todo junio. En junio viene lo peor, yo creo. O muy malo. Los primeros 15 días de julio creo que vamos a mantener cifras altas. Creo que recién en agosto, si Dios quiere, vamos a ver recompensados los esfuerzos de la cuarentena, si la gente los cumple
¿Significa todo junio y julio en cuarentena?
Por lo menos todo junio.
Entonces es factible volver a clases antes de agosto?
Antes de agosto, no. De ninguna manera. Creo que habría que aprovechar las dos primera semanas de agosto incluso para dar vacaciones y quizás de ahí en adelante pensar la vuelta. Pero no me atrevo a decir una fecha, necesitamos modelos matemáticos que nos puedan dar con cierta seguridad un pronóstico, por los menos a dos semanas.
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