"Hay un crecimiento significativo en la comprensión de la importancia de la vocación laical", plantea Ernesto Reyes Plaza, delegado de Misión Marista para Chile, poniendo el punto en una discusión que crece: la importancia del laicado.
Así lo analiza este profesor de Historia, casado, doctor en Educación y el primer laico a cargo de la misión en Chile, ratificado además hasta 2021. Todo un tema para esta congregación, golpeada en 2017 por denuncias de abusos y que acaba de cerrar su comunidad en Rancagua.
¿Qué importancia le atribuye al cierre de la comunidad de Rancagua?
Es algo dolorosamente normal, ha ocurrido muchas veces en los más de 100 años de presencia marista en Chile. La expresión más correcta no es "cerrar", sino "trasladar". Son adecuaciones necesarias, de carácter administrativo, relacionadas con el número de hermanos (religiosos) que residen en una casa comunitaria, muchos de los cuales, además, son de edad avanzada. Por eso se les traslada a otra comunidad. Esta decisión del Provincial Marista en nada afectará el normal funcionamiento y desarrollo de Instituto O'Higgins. Y los hermanos continuarán haciéndose presentes en las diferentes instancias educativas.
¿Puede ocurrir lo mismo en otras comunidades?
Sí, es probable que en el futuro haya que hacer algunas adecuaciones similares. Tenemos 12 colegios a nuestro cargo, con presencia en seis regiones. Es una tarea muy demandante. Además, los maristas, a diferencia de otras congregaciones, solo estamos focalizados en educación. Y para cumplir con excelencia esa misión, y hacerlo con una orientación católica, se requieren no solo religiosos, sino también laicos comprometidos con la misión. Es lo que ha ocurrido en las dos últimas décadas en todas nuestras obras.
¿Cuántos miembros tienen hoy?
Hay unos 40 hermanos en Chile, y la mayoría de ellos son mayores. Su promedio de edad es de 74 años, y residen en casas en que pueden ser atendidos de acuerdo a su edad y estado de salud. Los otros están distribuidos en comunidades cercanas a alguna obra educativa, en Tarapacá, Coquimbo, Valparaíso, Santiago, O´Higgins y el Maule.
¿Ha bajado mucho esta cifra respecto de décadas anteriores?
Naturalmente, fueron pocos los primeros religiosos que llegaron. Luego, al establecer las primeras obras educativas en diferentes ciudades de Chile, especialmente donde había necesidad de entregar educación y evangelizar, fueron llegando más desde Europa (...) En 1965 había cerca de 200 religiosos, que ha sido el mayor número. Después del Concilio Vaticano II, a mediados de los 60, su número ha ido disminuyendo, no solo en el país y la Congregación Marista, sino en todas las congregaciones y órdenes del mundo.
¿Cómo evalúa este año de crisis de la Iglesia Católica chilena?
No me corresponde evaluar a la Iglesia. Son hechos lamentables que afectan y duelen. Sin embargo, como católicos tenemos fe y esperanza en que con la orientación del Papa Francisco podremos transformar este dolor en aprendizaje y volver a caminar por la senda del evangelio. También es una llamada para nosotros, los laicos (...) El Instituto Marista ha venido reflexionando sobre este asunto con significativos documentos, se ha visto la importancia de extender y compartir con los laicos el carisma y se ha planteado buscar, en cada obra, la forma de potenciar este camino.
¿De qué manera la crisis interna que vivieron los maristas afectó a sus postulantes religiosos?
Las vocaciones han venido disminuyendo en todo el ámbito católico. Hasta antes de estos hechos, la postulación y el noviciado de chilenos ha sido escaso en nuestro país, pero mucho más fértil en los otros países que integran nuestra provincia (...) Pero, como lo señalaba, hoy la obra marista en Chile está animada por muchos laicos comprometidos. Es una tendencia muy fuerte y apoyada con decisión por las autoridades institucionales. Del 100% de todos nuestros directivos, 98% son laicos. Esta es la gran herencia de los Hermanos Maristas, que no centraron la misión en ellos, sino en la sustentabilidad del carisma.
Y en los colegios, ¿han aumentado o disminuido las matrículas?
Las matrículas, en general, han mantenido la tasa de crecimiento que venían teniendo en los últimos años, que es significativa. Se copan las vacantes ofrecidas, que lamentablemente son pocas (...) En general, la fidelidad de cada comunidad con su colegio es muy alta y la agradecemos infinitamente. El número de estudiantes entre 2017 y 2018 aumentó casi en 500 estudiantes en nuestros 12 colegios. La información oficial de matrículas para 2019 la tendremos en marzo y podremos verificar cuál fue el efecto que tuvieron estos dolorosos hechos.
¿Es posible plantearse un escenario en el futuro de colegios maristas, inspirados por valores maristas, sin religiosos maristas?
No, eso es difícil. La mirada de futuro visualiza una institución integrada por laicos y laicas, pero también por hermanos que comparten, enseñan y van marcando y acompañando el carisma.
En la congregación se anunciaron a principios de año varias instancias de análisis interno. ¿En qué están esas iniciativas?
Efectivamente, se han impulsado varias iniciativas, como el fortalecimiento del Comité de Protección, con sus delegados de protección en cada colegio, y la Mesa del Nunca Más, integrada por representantes de toda la comunidad colegial. Ambas instancias, con acentos diferentes, están focalizadas en perfeccionar la política de prevención y protección institucional que se aplica en todos los colegios maristas. Externamente, además, se propuso crear una comisión especial, independiente y autónoma, para que recopilara antecedentes significativos y útiles para entender los contextos y factores que permitieron, en décadas pasadas, que estos hechos sucedieran. Actualmente, estamos a la espera de una reunión con la fiscalía y esperamos ponerla en funcionamiento en 2019.