En medio de una emergencia mundial que todavía no acaba, los escolares chilenos llevan ocho meses estudiando en sus casas o asistiendo a clases de forma remota, tiempo que ya les permite hacer una evaluación de este sistema, que lo más probable continuará en 2021.
El Centro Iberoamericano de Derechos del Niño (Cideni), junto a Derechos Digitales, entrevistó individual y grupalmente a escolares de La Pintana, Renca, Maipú, Ñuñoa y Las Condes, quienes muestran que todavía no se adaptan bien al “aula virtual”, por las brechas que existen.
La falta de espacio en la casa para estar en clases sigue siendo uno de los problemas. “Es imposible que no haya ruido, porque hay un bebé que está gritando, que los monos (del televisor), que mis primas, que mi tía hablando por teléfono. Es imposible estar 100% metida en la clase”, dijo una alumna de un colegio particular subvencionado.
Además, los escolares dicen que continúan desmotivados. Una alumna de un colegio particular pagado explicó que está “súper desmotivada con todo, no tengo ganas de estudiar (…). Como que me ha costado mucho más y me imagino como que hay compañeras que están mil veces peor”.
Uno de los grandes temores de los alumnos, según el estudio, es sufrir bullying al encender su cámara en clases, como lo exigen varios profesores. “Me siento más incómoda mostrando mi cara frente a mis compañeros”, dijo una de las niñas consultadas.
Otro joven explicó que este temor se debe a que “a esta edad más que nunca hay inseguridades en nosotros… que el pelo, que esto, que lo otro, es una inseguridad de nosotros mismos el no activar las cámaras, por una cosa de sentirnos feos o inseguros”.
Ester Valenzuela, directora ejecutiva de Cideni, cree que muchos colegios, al reconvertirse rápidamente a la enseñanza online, no se preocuparon de algunos aspectos, como el temor de los adolescentes a mostrarse en cámara.
“Algunos colegios hicieron protocolos, prohibiendo que se tomen fotografías cuando las imágenes se congelen, para que los niños no sean motivos de ciberbullying, pero eso no ocurrió en todos los colegios. Y a veces a los niños les da vergüenza mostrar en donde viven, o les da pudor su privacidad, por lo que la cámara tiene consecuencias”, dice.
Para el próximo año, Valenzuela dice que los colegios “deben considerar la opinión de los escolares sobre las clases online, porque el derecho a la participación de los niños está consagrado, y es importante aprender las lecciones que nos deja este año”.
Carolina Pesce, experta de la Fundación Educacional Seminarium, cree que el riesgo del ciberbullying es parte de la cultura de una escuela o curso, más que un problema de la tecnología que se use en clases.