Es actriz, mamá, feminista y vocera de la Red de Actrices Chilenas, RACH. Así comienza la biografía de Mariana Loyola en su cuenta de Twitter, red que utiliza, en gran medida, para difundir contenidos sobre la igualdad de derechos y la reivindicación de las mujeres.
Corre gran parte del día para alcanzar a cumplir todas las labores que demanda los roles que cumple en su descripción inicial. Tal como la gran mayoría de sus pares. Aún así, se dio el tiempo de entregar para La Tercera su visión respecto de la avanzada de la ola feminista que el año pasado alcanzó su peak, y que hoy cobra más presencia por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Mariana Loyola destaca la visibilización que se ha logrado. Asegura que el hecho de que la gente aprenda, ayuda a potenciar el concepto de feminismo, y que con esto "dejen de llamarnos feminazis". "Yo creo que la gente está aprendiendo y aprehendiendo lo que es el concepto del feminismo, y eso se nota, sobre todo, en las generaciones más jóvenes que nacieron con el chip cambiado". Aunque añade, que las generaciones pasadas también "han pavimentado la cancha".
"Hubo un tiempo, yo creo que entre el 40 y tantos y el 80 o 90, incluso el 2000, que no se habló mucho de feminismo en Chile. Se empezó a hablar ahora a raíz del Me Too (movimiento creado en 2006 para ayudar a las víctimas de violencia sexual). Yo creo que se han abierto las grandes alamedas, se empezó a hablar sin tanto prejuicio".
¿Se ha avanzado?
Se han conquistado batallas, dice, sobre todo a nivel universitario donde incluso se han removido profesores acusados de abuso. "Lo que pasó con Herval Abreu y Nicolás López también es parte del movimiento", reflexiona.
Pese a esto, agrega que todavía falta mucho: "Veo que van once femicidios y me vuelve a doler la guata. Digo 'chuta, no hemos avanzado nada'. Da la impresión de que avanzamos veinte paso y retrocedemos quince". Pero las transformaciones son lentas -señala- para enfatizar en que "tenemos que seguir aleteando, pataleando y haciendo huelgas en las calles, porque o sino, no nos pesca nadie, sino esto sigue igual. Si no pataleamos ¿qué hacemos?".
"Juntas se puede, porque solas todavía nos matan, nos violan y nos abusan", manifiesta.
Además, dice estar segura de que cada día son más las feministas. "Lo malo es que hay gente que aún se ofusca, se enoja y que cree que perdemos el tiempo, que somos feminazis y que estamos llenas de odio. Por algo nos siguen matando, nos siguen violando".
Y frente a esto, su mayor crítica es al Estado que "falta que se ponga a la altura". "Si el Estado sigue planteado una educación sexista, si sigue permitiendo que las instituciones tengan la objeción de conciencia, hay que ponerse firme". Esto en relación a la Ley de Aborto en tres causales que se aprobó en 2017 y la objeción de conciencia que han buscado instituciones sanitarias: "Si se hace una ley de aborto, se respeta ¡carajo!".