Para Roxana Pey, académica de la Universidad de Chile, la ola feminista ha logrado "varias cosas" que la sociedad, los hombres y las autoridades no habían podido resolver de manera eficaz.

A pesar de que hay avances, Pey señala a La Tercera que todavía existe una deuda, un arrastre del problema y un techo donde no se han podido zanjar ciertos asuntos. "Esos problemas son diversos, la violencia, la violencia extrema, pero también la violencia en toda su gama de intensidades", comenta.

La violencia, dice Pey, también ocurre en el trabajo: "Hay brechas inaceptables que no tienen ninguna justificación".

"La nueva ola feminista, como se ha venido a llamar, es simplemente una pérdida de paciencia de situaciones que no se pueden sostener por más tiempo. En todas las instituciones que uno mire, estos problemas están, y se hace vista gorda, o se chutea. Las mujeres no tenemos por qué seguir subvencionando y aguantando esta situación", manifiesta la coordinadora académica de la Cátedra Amanda Labarca de la U. de Chile. 

Las jóvenes, asegura, han tomado la posta de una historia larga de mujeres que han contribuido, sacado la voz y reflexionado intelectualmente en torno al tema. "Hay una larga trayectoria de chilenas que han hecho sus aportes y están invisibilizadas". 

Pero recalca que aún la brecha sigue instalada. Hay pocas mujeres en directivas, pocas mujeres en cargos políticos y en jerarquías académicas, plantea. "Es larga la lista de deficiencias donde se muestra, ya habiéndose demostrado que las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres. Las mujeres siempre están sometidas a los cargos de menores ingresos", indica.