"No puede ser que el 1% de la población concentre el 30% de la riqueza; eso es violento"; "no hay oportunidades de surgir" o bien "las familias llegan a campamentos... Todo se podría solucionar con una vivienda digna, en donde los papeleos del Serviu no sean tan burocráticos". Estas son algunas de las frases de personas de sectores vulnerables que participaron en los denominados Círculos Territoriales, asambleas organizadas por el Hogar de Cristo, Techo y el Fondo Esperanza, instituciones que buscaron ahondar sobre cómo han vivido las familias más pobres el periodo del estallido social, desde el pasado 18 de octubre en adelante.
En total participaron 9.852 personas a nivel nacional, que conformaron 672 Círculos Territoriales, de los que son parte personas que integran programas sociales ligados al microemprendimiento, adultos mayores, campamentos y viviendas sociales, población en situación de calle, programas de reinserción educativa y de consumo problemático, entre otros.
A través de reuniones realizadas entre el 4 de noviembre y el 10 de diciembre, entregaron sus opiniones a través de formularios. Un 74% de quienes participaron fueron mujeres.
Ante la pregunta sobre cómo se sienten con lo que está ocurriendo en el país, por mayoría, los consultados dijeron sentir "esperanza", "rabia" y una tercera emoción identificada fue "miedo". Más atrás quedaron la "tristeza", "frustración" y el "rechazo".
Pablo Egenau, director social del Hogar de Cristo, sostiene que son "múltiples" los sentimientos que se presentaron tras el estallido. "Creo que predomina la esperanza, debido a que más del 68% de quienes fueron parte del estudio corresponden a microemprendedoras", precisa el profesional. "Ellas, en su trayectoria hacia la inclusión, parten con una actitud de esperanza", agrega.
También añade que existe un diagnóstico transversal sobre las causas que explican la crisis, las que se relacionan con la "injusticia" y "desigualdad", que reciben la mayor parte de las menciones. Apunta que la raíz del descontento está en las pensiones y la salud.
Acceso a vivienda
Sebastián Bowen, director ejecutivo de Techo-Chile, afirma que el sentimiento de desigualdad se aprecia de manera clara en relación al acceso a la vivienda. Describe que ha habido "abandono del Estado, porque en muchos barrios no hay equipamiento ni infraestructura como en los sectores más acomodados. Son zonas donde hay inseguridad y ni siquiera entran ambulancias. Esto lleva a que las personas muestren un profundo descontento".
Agrega que en el informe también se percibió "abusos", lo que en el materia habitacional -según describe Bowen- se puede palpar, por ejemplo, en el aumento de los precios de las viviendas, lo que expulsa a los más pobres "a la periferia de las ciudades o bien hacia campamentos, los que han ido en aumento en el país en los últimos años".
Francisco Meza, carpintero de oficio y uno de los participantes en las asambleas, comenta que "hay muchas personas que están en la calle porque han subido mucho los arriendos, son imposibles de pagar".
Otros miembros de estas comunidades también señalaron las acciones que se pueden llevar adelante para alcanzar un acuerdo social. La primera mención la obtuvo "asistir a votar", además de "informarse" sobre la contingencia y también "manifestarse". Sobre este último punto, Egenau sostiene que "es un derecho de las personas, cada vez que están siendo objeto de injusticia o de olvido".
Participantes
A los Círculos Territoriales también asistieron vecinos de los blocks de esos sectores, como los de la Villa El Bosque, de La Pintana. La dirigenta social Stephany Hurtado señala que es relevante "poder dar a conocer lo que pensamos, que seamos escuchados, pues hemos tenido históricos problemas que nos han hecho sentir excluidos".
Cuenta que, por ejemplo, uno de los problemas identificados por los vecinos como causantes del malestar que llevó a la crisis es la mala atención de salud. "Eso ha llevado a que muchas personas hayan tenido enfermedades como cáncer sin un tratamiento oportuno, como el que tienen las personas que poseen más recursos".
Hurtado añade que, además, los vecinos sienten que diferentes autoridades en el tiempo, de diferentes gobiernos, no han dado solución a algunos déficits que tienen, como calles sin pavimentar, techos de asbesto, niveles de hacinamiento y problemas en alcantarillas.
Mario Pavón, gerente general del Fondo Esperanza, señala que otro tema mencionado en el estudio corresponde a la desigualdad económica. La institución que encabeza se dedica a entregar créditos a personas que no pueden acceder al sistema financiero debido a sus bajos ingresos.
La encuesta muestra que especialmente las mujeres piensan que el factor "ingresos" es relevante a la hora de explicar las causas de la crisis. "Vemos que hay personas mayores, con bajas pensiones, que deben seguir trabajando para subsistir", añade Pavón, lo que acentúa el sentimiento de disconformidad. Por ello, dice, se requieren ayudas focalizadas para ese sector.
"Siento una gran frustración, porque fui obrero de la construcción por más de 40 años y ahora tengo una pensión de $ 150 mil", indica el albañil Delfín Acosta, adulto mayor que cree que debe haber una mejora general en las pensiones.
Norma Ramírez, adulta mayor de Puente Alto, coincide en que debería haber una mejor distribución de los ingresos para mejorar la calidad de vida: "Debe disminuir el precio del pasaje, de los medicamentos y aumentar las pensiones".
Los resultados de este informe serán entregados al gobierno en los próximos meses. Durante enero se harán nuevas asambleas.
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