Mucha gente y menos violencia. Durante y después de la marcha en el centro de Santiago. Con hechos delictuales, eso sí, algunos severos, pero más aislados que en jornadas anteriores.

Miles de personas salieron ayer a las calles capitalinas, en la sexta jornada de protestas desde que comenzó el estallido social. Y aquel detalle, de masividad y focalización de situaciones ligadas a saqueos y barricadas, pareciera levantarse ya como una tendencia que crece y se expande.

En la capital, cientos -luego miles- de personas se reunieron en Plaza Italia desde las 11 horas, momento en que comenzaba la caminata citada por diferentes organizaciones sociales, mediante la cual la ciudadanía expresó su postura ante las medidas anunciadas por el gobierno la noche anterior.

La jornada dejó como postal para Santiago una de las mayores marchas desde el retorno a la democracia.

La gente llegó desde el poniente, en columnas desde Av. República, y por el oriente, arribando por Av. Providencia. Al mediodía la protesta parecía ser la única actividad que movía a la ciudad: hubo 22 cuadras llenas de manifestantes, en los tres kilómetros que hay entre Lord Cochrane y Salvador. Y en 1,7 kilómetros de ese tramo, la gente ocupaba ambas calzadas de la Alameda.

El gobierno anticipó este escenario. Por la mañana, el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, informó que habían visto "un incremento de marchas a lo largo del país, con un significativo aumento de personas", y "disminución en hechos de violencia". La autoridad apuntaba a que el martes hubo 54 protestas en Chile, en las que participaron más de 220 mil personas.

Pese a la protesta pacífica, hubo muchas rencillas entre policías y manifestantes, principalmente en la Alameda con Santa Rosa, donde el gas lacrimógeno hizo que el ambiente fuera irrespirable. Además, al cierre de la jornada encapuchados atacaron un hotel en el Parque Bustamante y un incendio en la estación Plaza de Maipú, del Metro, movilizó a bomberos. Con ello, aunque fue de forma breve, una estación del tren subterráneo volvía a arder tras los graves incidentes del fin de semana pasado. Asimismo, personas se subieron y caminaron por las vías elevadas.

La Moneda reforzó fuertemente su seguridad. Pasadas las 12.00, cerca de 150 policías cortaron el acceso a 15 calles cercanas al Palacio de Gobierno. Otros sectores de la ciudad funcionaron normalmente, con el comercio aún a "media máquina", pero con la protesta social como telón de fondo: en los cafés de Huérfanos se hablaba del toque de queda.

Santiago, en medio de cánticos y carteles, dejó en claro que continúa movilizado.

Viña del Mar con una pelota

En la ciudad de Valparaíso las marchas, también masivas, concluyeron pasadas las 15 horas. Entonces, algunos manifestantes comenzaron a provocar destrozos. "Muchos de ellos no habían participado de la convocatoria. Son grupos pequeños, de 100 personas, que se organizan y desafían a la autoridad", explicó el intendente Jorge Martínez.

Otro grupo de jóvenes marchó de forma pacífica desde la Intendencia -que por seguridad desalojó a sus funcionarios- hacia el Parque Italia. Con las manos en alto, cortaron parcialmente el tránsito en avenida Pedro Montt con Francia. Los incidentes fueron aislados, pero calificados como relevantes por la autoridad. "Valparaíso es la ciudad de la región, de las 36 comunas bajo estado de emergencia, que más recursos tiene asignados de Carabineros, por lo compleja que es", subrayó el intendente.

Los destrozos incluso llevaron al alcalde Jorge Sharp a decretar emergencia sanitaria. En Viña del Mar, en tanto, también hubo otra marcha que partió desde Barón. No hubo detenidos. Aquí fue donde las cámaras captaron a unos militares "chuteando" una pelota de playa con unos manifestantes, bajo aplausos. El clima era algo más distendido.

En Concepción las convocatorias también fueron masivas. Si el martes la manifestación terminó con música electrónica, ayer más de 40 mil personas cantaron el Himno Nacional en la Plaza de la Independencia, desde donde la muchedumbre caminó a la Intendencia. En el odeón se realizó un acto cultural que contó con discursos de organizaciones sociales. "Buscamos que nos escuchen", dijo Herminia López, pedicurista y residente de Talcahuano.

Se veían familias, profesionales de la salud, profesores y gente del municipio. "Fue una marcha pacífica, pero que igual terminó con algunos saqueos", relató otra asistente.

En paralelo, hasta el sábado se amplió la detención del conductor responsable del atropello múltiple la noche del martes en San Pedro de la Paz, donde murió un hombre de 35 años y un niño de 4. La decisión se tomó en el Juzgado de Garantía de San Pedro de la Paz, debido a la serie de diligencias pendientes.