Este viernes se dieron a conocer los nombres de los finalistas de la séptima edición del Global Teacher Prize Chile, premio que busca relevar la labor docente y reconocer a profesores por su destacado rol profesional e impacto social.

El premio es reconocido a nivel mundial como el “Nobel de la Enseñanza” y en Chile, es organizado por la agrupación Elige Educar, donde a través de la campaña “¡Gracias, Profe!”, se buscó que la ciudadanía nominara a aquellos docentes que consideraban merecedores del reconocimiento.

Es así como esta mañana, en un evento encabezado por el director ejecutivo de Elige Educar, Joaquín Walker, asistieron los ocho profesores finalistas, quienes provienen de distintos contextos educativos y comunas del país.

En la instancia, participaron también la subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa y Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para LAC y representante para Chile de UNESCO. Además, asistieron estudiantes de la carrera de Pedagogía, jóvenes interesados en la carrera y autoridades, con quienes compartieron parte de sus experiencias y reflexiones.

La subsecretaria Figueroa se refirió a la “vocación” al estudiar pedagogía, aclarando que esta “no nace en el momento en que uno se inscribe o entra a la carrera, sino que mucho antes”. Asimismo, destacó el reconocimiento de los docentes, explicando que “es muy importante que hoy día estas y estos estudiantes de pedagogía puedan ver que hay referentes, que en circunstancias muy complejas como la pandemia, han logrado destacarse entre sus pares”.

Por su parte, el director de Elige Educar, explicó que la agrupación busca que el premio “ponga en la palestra pública el rol fundamental que tienen los profesores, no solamente en la mejora de los aprendizajes y desarrollo integral de los estudiantes, sino que también en la construcción de un mejor país”.

En detalle, son cinco profesoras destacadas en la categoría “General” y tres docentes en la especialidad de “Música”. El premio, en tanto, será otorgado en noviembre, donde se dará a conocer a los respectivos ganadores del concurso.

Alejandra Meza tiene 51 años, se tituló como profesora de Artes, sin embargo su enseñanza derivó paulatinamente a la robótica. Luego de 13 años de labor profesional en el Colegio Institución Teresiana de Las Condes, hoy se desempeña en el Instituto Hebreo (Lo Barnechea, Región Metropolitana), donde desarrolla su labor educativa desde primero básico a segundo medio. “Teniendo siempre en mente integrar a los más pequeños -pero especialmente a las niñas- en el ámbito de las carreras STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas)”, señalan desde el concurso.

Carolina Rojas tiene 38 años, es profesora de educación física con mención en acondicionamiento físico. Se ha desempeñado principalmente en Pedagogía Hospitalaria y ha liderado diversos proyectos deportivo-inclusivos.

Una vez titulada, en el año 2009, inició sus labores en la Escuela Hospitalaria Corpameg, para “planificar, implementar y evaluar” el proceso psicoeducativo (presencial y remoto) de alumnos paciente en situación de enfermedad crónica con necesidades especiales (discapacidad, enfermedades socioemocionales, médicas y/o educacionales, entre otros) cubriendo desde nivel preescolar hasta la educación media.

Francisca Villegas tiene 33 años, dejó la ciudad de Santiago para desarrollar su labor docente en espacios alejados de grandes centros urbanos. Su idea, era enseñar en lugares donde esta labor significara “un desafío con otras características”.

Luego de postular a una convocatoria de una ONG educativa, recaló en la comuna de Calle Larga, en la Región de Valparaíso, para ser parte del grupo de profesores del Instituto Agrícola Pascual Baburizza, fundado en octubre de 1941, “donde intenta día a día otorgar a sus alumnos una conversación democrática e inclusiva”.

Francisca Elgueta tiene 33 años, es profesora de historia y reinserción escolar. Trabajó en la red de colegios SIP (Sociedad de Instrucción Primaria) por cinco años, donde buscó acercarse a contextos de alta vulnerabilidad. Comenzó a ejercer su profesión en la Red Ignaciana, dónde fue coordinadora de innovación escolar en la “Fundación Loyola”, allí cumplía el rol de capacitación a profesores y equipos directivos en ABP. Al mismo tiempo, asumió un rol de consultoría en el Mineduc, en el que desempeñó sus funciones en la elaboración de un nuevo currículum para EPJA (Educación de Personas Jóvenes y Adultas). Más tarde, decidió unirse a la Fundación “Súmate” del Hogar de Cristo, en la cual lleva tres años. Allí, la reinserción escolar fue su motivación hasta la actualidad.

Valentina Rojas tiene 27 años, es profesora de enseñanza básica con mención en matemáticas. Tras titularse en la universidad en diciembre del 2018, en marzo del 2019 comenzó su labor profesional en el Colegio CREE de Cerro Navia, Santiago. Allí desarrolla su labor educativa desde tercero a cuarto básico en sus cuatro asignaturas troncales. Fue nominada gracias a su proyecto de innovación en las aulas de clases, mezclando los contenidos académicos, la música y el desarrollo de las competencias emocionales.

Manuel Puebla tiene 34 años, es profesor en el Colegio CREE de Cerro Navia, donde destaca por enseñar música e interpretación a través de un modelo conocido como “escuela activa”, es decir, de manera diversificada, para que cada estudiante, de acuerdo a sus potencialidades pueda adquirir el conocimiento y habilidad de la forma que más le acomode. La neurociencia y la tecnología juegan un papel fundamental en su proyecto educativo, que también incluye un fuerte componente inclusivo.

Guillermo Vilches tiene 54 años, lleva 21 ejerciendo como docente y hace 7 años trabaja en la Escuela “Níder Orrego Quevedo”. “No muchos están dispuestos a entregarte tu oficio y mi anhelo era entregar a otros esto que tanto me apasiona y dejar un legado”, explicó.

Durante su trayectoria, ha recibido diversos reconocimientos, que van desde la alcaldía de Parral, hasta el mismo Colegio de Profesores, entre otros, que dan cuenta de su vocación, donde destaca por impartir clases mediante un modelo con foco en lo socio-emocional.

Patricia Araya tiene 31 años, es concertacionista en clarinete y si bien llegó a la docencia por serendipia a la Escuela Aysén, su labor le ha permitido gestionar los recursos, tanto financieros como humanos, para poder generar una red de 11 orquestas escolares en Aysén, con el objetivo de romper el paradigma con el que ella misma creció, un entorno donde acceder a este tipo de aprendizaje era complejo.

“Siempre se consideró el ramo de música como decorativo dentro del programa escolar, y, sobre todo en Pandemia, quedó de manifiesto que es importante, para el desarrollo integral de los niños, contar con un espacio para desarrollar sus talentos, y el sistema educacional debería contemplarlo”, mencionó en el concurso.