Estudiantes inmigrantes en la educación superior crecen 13% y suman casi 16 mil
Ante el estancamiento de las matrículas, expertos creen que el sistema debe aprovechar la llegada de alumnos foráneos. Instituciones sin acreditación pierden estudiantes, lo que levanta la alarma sobre eventuales cierres de esos planteles.
El crecimiento de la matrícula de la educación superior se está estancando. Si en los últimos 15 años se masificó de manera explosiva, como en 2010, cuando los alumnos aumentaron 11%, este año la población estudiantil cayó levemente y llegó a 1.180.181 personas, 565 menos que en 2018, lo que evidencia una estabilización en el sector.
Pero no ocurre lo mismo con la población migrante. Según el último reporte de matrículas del Consejo Nacional de Educación (Cned), actualmente hay 15.740 alumnos inmigrantes en las casas de estudios chilenas, 13% más que el año pasado y 369% más que hace una década, al punto que equivalen a todos los estudiantes que tiene la U. Diego Portales.
Pese a eso, los alumnos extranjeros todavía no son un grupo masivo, pues representan solo 1,3% de la matrícula del sistema. No obstante, podrían aumentar si se considera que, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Chile hay 1,2 millones de inmigrantes, equivalentes a 6,6% de la población.
El director del Servicio Jesuita a Migrantes, José Tomás Vicuña, tiene buenas expectativas de este crecimiento. "En los colegios ya se ha visto que los estudiantes extranjeros ayudan a mejorar la convivencia", declara. Y al mismo tiempo, descarta que esa población tenga problemas de adaptabilidad, pues para ingresar a las universidades ya pasaron por el filtro de la PSU.
El director del Centro de Justicia Educacional, Andrés Bernasconi, cree que esta alza "es efecto del desplazamiento de los escolares migrantes, que se incorporan a la sociedad. Y al igual como ocurre en los colegios públicos, la matrícula de la educación superior se está estancando, por lo que la llegada de migrantes es una gran oportunidad para el sistema educacional".
Sin embargo, Bernasconi juzga que la política pública no está enfrentando bien el fenómeno.
"Debe haber un esfuerzo sistemático por atraer a estudiantes de pregrado y posgrado a la educación superior chilena. Ya sabemos que Chile se está convirtiendo en un destino interesante para estudiantes de países vecinos, por lo que está la madurez para 'exportar' nuestros servicios educacionales".
¿Qué estudian los inmigrantes en Chile? Según el reporte del Cned, un tercio cursa carreras de administración y comercio, 32% está en programas ligados a la tecnología y 14% figura en carreras de la salud. Además, una significativa proporción (42%) estudia en la modalidad vespertina.
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Riesgos de cierre
El Cned también entregó datos sobre la composición general de la educación superior. Por ejemplo, este año ingresaron 346.257 personas a estudiar, mientras que se registró la mayor matrícula en instituciones acreditadas, pues 93,6% de los jóvenes está en planteles con calidad certificada.
El análisis muestra una creciente concentración de estudiantes en cinco grupos educacionales: Laureate, Inacap, Duoc UC, el grupo Santo Tomás y Uniacc tienen 43% de los estudiantes, mientras que en 2011 alcanzaban a 38%.
También se observó una caída en la matrícula de primer año de las pedagogías, que bajó 19% respecto a 2018. Esto se explicaría por el aumento de requisitos aplicados a las carreras de pedagogía, derivado de la Carrera Docente, que buscan elevar la calidad de estos programas.
El Cned informó cuáles fueron los planteles que perdieron más alumnos. Entre ellos se cuentan la U. Inacap, que recientemente obtuvo una baja acreditación; el IP La Araucana, que está en proceso de cierre, y algunas instituciones sin acreditación. Este fenómeno anticipa un difícil escenario para estos planteles, pues se prevé que muchos cerrarán debido al aumento de exigencias en el sistema.
Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, plantea que algunos de estos casos "son instituciones que ya no son sustentables. Esta falta de recursos y la no acreditación, que será obligatoria a partir del próximo año, pueden explicar esta disminución. El rol de la nueva Superintendencia de Educación Superior aquí será clave para fiscalizar y poner el foco en estas instituciones que podrían estar en riesgo".
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