La educación sexual que se otorga en los colegios públicos tendría una serie de falencias. Así lo revela un documento emanado desde el Parlamento, que analizó los 10 años de vigencia de la legislación, que reconoce los derechos de las personas a acceder a información, orientación y prestación vinculadas a métodos anticonceptivos para regular la fertilidad, junto a la prevención del embarazo adolescente, enfermedades de transmisión sexual y la violencia sexual.
El documento, elaborado por el Departamento de Evaluación del Congreso, asegura que existe un "acceso limitado de adolescentes a la atención de salud, educación sexual débil, y en algunos casos inexistente, en colegios públicos".
El informe también establece que "existe una pugna de derechos entre la libertad de enseñanza y el acceso a la información", que explica cómo priman los valores de cada establecimiento, "relevando el proyecto educativo por sobre la entrega de educación en sexualidad".
El texto, además, asegura que existe una debilidad en limitar la educación sexual solo en ciclo de enseñanza media. "La ley mandata la realización de un programa de educación sexual enfocándose en estudiantes desde los 14 años en adelante. Esta disposición excluye del público objetivo de la norma a niños y preadolescentes, cuyas matrículas alcanzan el 72,2% del total de estudiantes inscritos en el sistema escolar", apunta el escrito.
El doctor en Psicología Daniel Reyes indicó que "en términos escolares, esto nunca tuvo un peso real. Un 40% logró tener el programa, pero de esto a la práctica hay un salto. Chile entrega completa autonomía a las escuelas, bajo la lógica de la libertad, pero eso aquí no funciona. Los países exitosos la política pública la hacen obligatoria".
Las conclusiones del informe dicen que es necesario ampliar el público destinatario de los programas de educación sexual, incorporando en la norma la educación primaria.