A pesar de que durante distintos gobiernos se ha aplicado la entrega de subsidios para soluciones habitacionales y relocalizaciones, la existencia de campamentos sigue siendo una dura realidad en el país. Y uno de los problemas que preocupan a la autoridad es la ubicación de estos lugares dentro de las comunas. Por ello, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo hizo un catastro a nivel nacional sobre los asentamientos situados en áreas de riesgo.
Según el análisis, que cruzó la actual localización de estos sitios con los instrumentos de planificación territorial vigentes, en Chile existen 802 campamentos. Y, tras la revisión de 246 planes reguladores y 17 planes intercomunales, se determinó que 214 de ellos (26,6%) están emplazados en zonas de riesgo, es decir, sectores donde existen distintas amenazas, entre las que se encuentran remociones en masa (exposición a aluviones, avalanchas y desprendimientos), inundaciones (por ubicarse en el borde de cauces o en áreas costeras), incendios y pendientes, entre otras situaciones potencialmente graves.
Se definió que la población que reside en campamentos en estas áreas alcanza a las 34.752 personas, equivalentes a un 31% de los habitantes de campamentos a nivel nacional, que son 111.167 personas.
En la zona central del país se concentra la mayor cantidad de campamentos situados en sectores de riesgo. Están entre las regiones de Coquimbo y del Biobío, los que llegan a 126, donde residen 18.205 personas (ver infografía).
En tanto, la Región del Biobío presenta el mayor número de asentamientos en áreas de peligro, con 63 campamentos. Le siguen las regiones de Antofagasta (53) y Metropolitana (22).
En cuanto a la cantidad de habitantes que viven en lugares expuestos a amenazas, la Región de Antofagasta posee la mayor cantidad, con 12.856 personas; es decir, un 37% del total nacional. Luego, figuran las regiones del Biobío, con 9.722 personas, y Metropolitana, que tiene 5.041. Hay regiones que no presentan este problema, lo que se asocia a la falta de información en los planes reguladores.
De acuerdo al mismo informe del Minvu, un total de 85 campamentos están expuestos al peligro de remoción en masa; 64 en sectores de inundación y 21 se ubican en pendientes. Además, dos campamentos están situados en áreas con peligro de inundación costera; otros dos, en sectores susceptibles a que haya incendios forestales, mientras que 33 tienen amenazas combinadas.
El informe identifica que hay otros cinco campamentos en áreas con “riesgo antrópico”, donde podrían ocurrir incendios o derrames de sustancias peligrosas.
Estrategias
Respecto de los resultados del estudio, el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward, explicó que “hemos centrado nuestros esfuerzos en trabajar de manera urgente con estos asentamientos, priorizando los que se encuentran en riesgo inminente y los de mayor antigüedad”.
Añadió que como primera medida “de relocalización, hemos entregado soluciones temporales a través de barrios transitorios relocalizados o la entrega de subsidios de arriendo”.
El secretario de Estado agregó que, de los 214 campamentos en zonas de riesgo identificados en el estudio, 43 ya están en etapa de cierre, lo que implica que las familias tienen un subsidio habitacional. Otros 95 están en inicio de trabajos (obras de mitigación) y los 76 restantes están en fase de diagnóstico para definir su estrategia de inicio de trabajos.
En los campamentos que aún no han sido relocalizados se está implementando el “Plan Campamento Preparado”, que considera medidas de prevención de riesgo, como la instalación de muros de contención, piscinas decantadoras y movimientos de tierra, entre otros, lo que permite mitigar algunos riesgos presentes.
Realidad local
Javier Cifuentes, director de Techo-Chile en la Región de Antofagasta, sostuvo que además de la ubicación de estos lugares, “la precariedad de las viviendas lleva a que, por ejemplo, sus tendidos eléctricos no sean de calidad, con un alto riesgo de incendios”.
Planteó que Techo ha realizado un trabajo con los campamentos en la región, con el fin de informar los riesgos para que cuando se presente un evento de peligro, la comunidad sepa cuál es el sector más vulnerable del lugar, qué vías de evacuación tienen y a qué servicios pueden llamar.
“Es importante que los datos sobre zonas de riesgos sean compartidos con los campamentos, para que estén preparados”, aclaró, advirtiendo que hay especial preocupación por los asentamientos en Antofagasta, donde cerca de mil hogares están en las laderas de cerros.
Sergio Baeriswyl, presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, señaló que los planes de relocalización de las familias deben ser bajo principios de “integración social, en terrenos bien ubicados y conectados a servicios básicos, para no aumentar la segregación de las ciudades”.
En esa línea, dijo que el Estado “dispone de terrenos que se pueden usar en esta emergencia”. También destacó que el consejo ha realizado propuestas sobre los asentamientos en zonas de riesgo, como la creación de un banco de suelo para compra de terrenos bien ubicados, inmobiliarias sin fines de lucro, que exista una oferta pública de viviendas en arriendo, potenciar el subsidio y, frente a la crisis, asegurar el acceso a agua potable para los residentes.