A inicios de esta semana, un reporte de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile adelantaba que en el Gran Valparaíso preocupa el “crecimiento exponencial de casos” (van 1.429 activos en toda la región), situación que podría agudizarse por la cantidad de población bajo hacinamiento.

Esta arista es la que aborda el informe de la Fundación Piensa, centro de estudios radicado en la región. Así, en base a cruce de datos y análisis internacionales, identificaron variables que pueden potenciar el virus en esta zona, relacionadas con la pobreza, segregación espacial y acceso a servicios básicos.

El estudio, a cargo del investigador Ignacio Aravena, máster en planificación urbana de la New York University, plantea como un dato relevante que Valparaíso tiene más de 2.500 viviendas en campamentos, lo que representa cerca de un 24% de los asentamientos informales. La situación es superada por Viña del Mar, con más de 7 mil de estos hogares.

Al cruzar datos -como el 40% de la población más vulnerable, la prevelancia de adultos mayores en ciertas zonas y el hacinamiento en las viviendas informales- se han identificado cuatro zonas en Viña del Mar y Valparaíso: sector Forestal y Miraflores Alto en Viña del Mar, y los cerros Playa Ancha y Cordillera en el puerto.

Aravena concluye que estos factores “se ven incrementados por la informalidad laboral y la baja trazabilidad del virus”.

Para el médico titular de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Mauricio Canals, preocupa la similitud del momento epidemiológico de Valparaíso con la capital antes de que se desatara el alza de los casos. “Valparaíso tiene todos estos condicionantes sociales ya mencionados. Y cobra relevancia que el índice reproductivo (R0) del virus está sobre 1, eso es alto. Además en este momento tiene una alta carga de infectados activos. Al día de hoy, se ven números similares a los de Santiago de fines de abril”.