Estudio Ipsuss: el 60% de los registros en lista de espera corresponde a mujeres
Un estudio del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián da cuenta que las mujeres son las que más esperan en las listas por cirugías (58,9%), consultas de especialista (59,1%) y garantías GES (61,6%).
Mucho se ha hablado sobre las listas de espera en el sistema de salud. Las cifras actuales, de hecho, son de las más abultadas desde que hay registro. De acuerdo al último informe, que da cuenta de los datos entre julio y septiembre, se registraron 72.820 garantías GES retrasadas, mientras que en el caso de las intervenciones quirúrgicas se contabilizaron 320.457 y en las consultas de especialidad se anotaron 2.326.980.
En medio de estos números y de la promesa del gobierno de reducir al menos el tiempo que espera cada paciente por una atención, el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián (Ipsuss) efectuó un análisis donde se da cuenta que hombres y las mujeres no esperan lo mismo, con una diferencia significativa entre ambos.
En tal sentido, el informe da cuenta que en todos los servicios de salud del país son más mujeres las que esperan. De hecho, seis de 10 atenciones o procedimientos en espera corresponden a mujeres, en el entendido de que los informes entregan registros en espera y no pacientes, porque una persona puede necesitar más de una prestación.
“A pesar de que las mujeres y los hombres somos 50 y 50, las mujeres esperan más en todas las listas de espera que existen: las cirugías, las consultas y las garantías GES. Y es así en todos los servicios de salud. Entonces tenemos un problema de acceso que tal vez no estamos viendo”, afirma Raúl Aguilar, investigador senior del Ipsuss.
Luis Castillo, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma, refuerza esta idea y explica que esto tiene una razón biológica: “Hay muchas más enfermedades asociadas al género femenino que al género masculino, muchas más. Como por ejemplo, el hipodiroidismo o la hipertensión. Así como también patologías que requieren cirugías, como las cataratas, que afectan mucho a las mujeres”.
En cifras generales, de las 72.820 garantías GES retrasadas, 44.901 (61,6%) corresponden a pacientes mujeres, y 27.893, a hombres. Las 26 garantías restantes son indeterminadas. Por otro lado, la mayoría -46.227- pertenece a afiliados del grupo B de Fonasa.
Asimismo, 987.275 hombres esperan una consulta de especialista, mientras que en las mujeres este número asciende a 1.429.603 (59,1%). Y gran parte de estos registros -1.273.075- corresponde a pacientes entre 15 y 64 años.
Finalmente, en cuanto a intervenciones quirúrgicas, 188.470 (58,9%) de los registros de espera pertenecen a mujeres, y 131.481, a hombres.
El detalle de las esperas
De acuerdo al análisis del Ipsuss, las garantías de oportunidad GES retrasadas relacionadas con cáncer fueron un 27% sobre el total. En ese contexto, las patologías oncológicas que afectan exclusivamente a las mujeres corresponden al 11% del total de retrasos GES y al 41% respecto a las relacionadas con cáncer.
En detalle, el cáncer con más garantías retrasadas corresponde al de mamas, con 4.110 registros, seguido del cáncer cervicouterino, con 3.616. En ese contexto, desde el Ipsuss Aguilar sostiene que el primero espera, en promedio, 80 días y el segundo espera 101 días. “Las mujeres están teniendo un problema de acceso. Tal vez no se están dando cuenta, pero lo están teniendo”, asegura.
Para solucionar este problema, Aguilar propone dos medidas apuntadas a la política pública: “Primero, hay que salir a buscar el cáncer, porque la garantía de oportunidad es un tratamiento oportuno. Si se espera en exceso, los tratamientos serán más caros. Y en el largo plazo, se pueden implementar mejoras que aumenten la oferta”.
Por otro lado, Marcela Puentes, directora de la Escuela de Obstetricia y Neonatología de la Universidad Diego Portales, explica que esta brecha tiene varias consecuencias: “Esto afecta directamente la salud de las mujeres, vamos a tener mujeres que van ser diagnosticadas tardíamente con un cáncer, porque no tuvieron acceso a una pesquisa precoz. Por esa misma razón llegarán en etapas más avanzadas y obviamente va a haber una mayor mortalidad asociada”.
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