El testimonio entregado por quien fuera el ayudante del exdirector de la PDI Héctor Espinosa es una de las piezas claves para el Ministerio Público en la investigación por malversación que llevan contra el exjefe policial. El detective dio cuenta de cómo retiraba los gastos reservados asignados a la institución y cómo los hacía llegar a la cuenta corriente personal de Espinosa y su esposa.
Eduardo Villablanca, el ayudante de Espinosa, sin embargo, ha declarado más de una vez ante los investigadores para ir configurando la ruta de los dineros que por ley deben ser asignados para la persecución de narcotráfico y crimen organizado, pero que para el fiscal Eugenio Campos y el CDE también fueron usados para fines personales por el exdirector de la PDI.
En uno de sus testimonios, Villablanca expuso que los dineros, además, eran entregados a las direcciones que supervisaban operaciones vinculadas con la investigación de crimen organizado. Es por eso que para verificar si estos montos coincidían o no con los gastos rendidos a la Contraloría, el equipo investigativo decidió llamar a declarar a cuatro hombres claves: Manuel Leiva Castillo, exjefe de Inteligencia; Cristián González Silva, exjefe nacional de Antinarcóticos y Crimen Organizado; Darío Ortega Moreno, exsubdirector Operativo, y al subdirector de la PDI, Carlos Yáñez.
Todos llegaron entre el miércoles y el viernes hasta donde trabaja el equipo liderado por el fiscal Campos y el OS-7 de Carabineros, en calidad de testigos. Allí relataron cómo se manejaban los gastos reservados en la institución y cuáles era sus fines operativos.
A estos cuatro exjefes policiales que trabajaron con Espinosa, durante su periodo de director de la PDI, también se sumó su antecesor, Marcos Vásquez. El policía ocupó la testera de la policía de civil entre 2009 y 2015, por lo que su relato sumó antecedentes que decían relación cómo el máximo representante administrativo manejaba estos gastos reservados y cuáles eran sus fines, apuntando, principalmente, al combate contra el narcotráfico.
Con estas cinco declaraciones, la fiscalía ahora prepara una nueva citación y así darle forma a lo que será la formalización de Espinosa, el próximo 13 de octubre. Se trata de una “invitación” al actual director general de la PDI, Sergio Muñoz, para que declare en la causa, en calidad de testigo.
Muñoz asumió el 21 de junio como jefe de la PDI, relevando así en el cargo a Espinosa. Este último nunca ha declarado ante el Ministerio Público, tanto como cuando era director de la policía en ejercicio, como cuando ya había dejado el mando, el 29 de junio. Esa vez utilizó su derecho a guardar silencio y desde entonces no ha vuelto a comparecer ante el persecutor.
Por ahora, en tanto, los investigadores siguen trabajando en establecer la ruta de dinero supuestamente malversado por Espinosa, por lo que también se ha requerido información al gobierno sobre los viáticos y los gastos de representación que le fueron asignados al exdirector de la PDI.
Hasta el momento, según los antecedentes del caso, a Espinosa se le imputa la malversación de cerca de $ 140 millones.