A 14 años del terremoto y tsunami que azotó al país el 27 de febrero de 2010, el ministro de Vivienda y Urbanismo a cargo de la reconstrucción durante el gobierno del expresidente Sebastián Piñera, Rodrigo Pérez Mackenna, rememora la estrategia empleada para levantar al país. “La devastación que vivimos en ese momento fue muy fuerte, el sexto terremoto más grande de la historia y el desafío más complejo que he asumido”, dice.
Asimismo, mira con buenos ojos la reconstrucción que lleva adelante la ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, tras los incendios que arrasaron con más de siete mil viviendas a la Región de Valparaíso, pero advierte que “hay que ser capaz de responder a la reconstrucción lo antes posible”, asegurando que ese trabajo “debe tener plazos que sean exigentes y un sistema de control de gestión que permita ir haciendo un seguimiento en las distintas etapas”.
¿Cómo se lleva a cabo una reconstrucción de la magnitud de un terremoto?
Cuesta dimensionar el tremendo esfuerzo que fue. Fueron seis regiones del país, un 75% de la población afectada, 40 hospitales, 220.000 viviendas, más de 4.000 escuelas, 2.000 puntos dañados de infraestructura pública. Un daño patrimonial importante, en la región donde yo fui intendente el primer año se cayeron prácticamente todas las casas de adobe. Había localidades completas destruidas.
¿Qué soluciones aplicaron en ese momento?
En el caso de reconstrucción en sitio propio, implementábamos varias alternativas simultáneas, como era una construcción de vivienda tipo, es decir, se aprobaban ciertos tipos de viviendas que las personas podían adquirir directamente de las empresas, o el subsidio de construcción o incluso la autoconstrucción asistida, con plata para una asistencia técnica. Lo más importante es que las personas pudieran participar, elegir, y estar de acuerdo con la solución que iban a recibir. Creíamos que era muy importante, que no fuera una cosa impuesta, sino que fuera un proceso participativo.
En el marco de los incendios que azotaron a la Región de Valparaíso, ¿cuáles cree que deben ser las principales prioridades?
Lo primero es tener una idea de la magnitud del desafío que se enfrenta, estamos hablando de 7 mil viviendas. Las prioridades apuntan a despejar el terreno en tres puntos neurálgicos de la Quinta Región donde se puedan recibir ayudas para atenderla en todo lo que va a ser el proceso de postulación a los subsidios y darle la tranquilidad y la certeza de que van a tener una solución habitacional. Mientras tanto, retomar lo de las aldeas de emergencia del 27F, hay que construir aldeas. Detectamos 21 sitios que tiene el Serviu en la región donde existe la posibilidad de construir estas aldeas de emergencia, con el subsidio ya entregado. La reconstrucción que vimos se distribuye en tres tipos: en sitio propio, que son viviendas donde había un propietario o un arrendatario. El otro 45% son campamentos, donde el 35% está en lugares que no son riesgosos que se pueden transformar en un barrio y hay que urbanizar. Después hay un 10% con problemas que hay que relocalizar porque están en lugares de riesgo.
El mayor problema que tienen los gobiernos de turno frente a las catástrofes son los plazos de reconstrucción. ¿Cree que se deberían plantear fechas para la entrega de viviendas definitivas o es arriesgado?
Siempre hay que comprometerse con fechas, hay que establecer metas y no solo fechas intermedias, hay que ir midiendo el grado de avance a lo largo del proceso. Siempre poner presión para que haya un buen sistema de control de gestión y un seguimiento. Lo que no se mide, no se hace, el plan de reconstrucción tiene que incluir compromisos con la ciudadanía, que es la única forma para que las cosas se hagan.
Frente a la serie de catástrofes que azotan todos los años al país, ¿está de acuerdo con que se elija a una persona a cargo de las reconstrucciones?
La primera tentación que uno tiene es nombrar a alguien a cargo de la reconstrucción, eso al final no funciona porque puedes hacer solamente lo que la ley permite, no puedes hacer cosas que no estén dentro del ordenamiento jurídico actual. Entonces, la responsabilidad recae en los ministerios responsables de distintos temas. En este caso, el que tiene que reconstruir vivienda es el Ministerio de Vivienda, que es el que tiene las herramientas para hacerlo, que es el que puede otorgar los subsidios, el que tiene la posibilidad de que el Serviu exprime como ejes, y que pueda licitar los conjuntos que se van a construir. En el caso del MOP, también tiene un rol muy importante que cumplir, en este caso, por ejemplo, acortando los plazos con las empresas sanitarias y eléctricas para extender el área de concesión, para construir los caminos que yo te mencionaba que era clave para mejorar la seguridad. Nosotros en el documento planteamos evitar la tentación de construir superestructuras que al final no tienen la potestad para actuar e implementar las soluciones. Sería algo equivocado crear estas instituciones como un rol de coordinación inicial. Hay que tener claro de que al final la responsabilidad va a ser de cada uno de los ministerios responsable de cada una de las partes que tiene el plan de reconstrucción.
¿Cómo evalúa la gestión del ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes?
El ministro de Vivienda, Carlos Montes, tiene aquí un desafío grande que va a tener mucha presión porque el sufrimiento y la angustia de estas familias es muy grande, creo que él tiene experiencia. Por lo tanto, lo que aconsejaría es tener plazos que sean exigentes y un sistema de control de gestión que permita ir haciendo un seguimiento en las distintas etapas y rendir cuenta a la ciudadanía de cómo avanza el plan.
¿Qué apreciación tiene de los primeros días de la reconstrucción?
No hay que esperar hasta fines de marzo para presentar el plan, ojalá que el Presidente lo presente la próxima semana con toda la fuerza que tiene el Estado, la cantidad de recursos, de profesionales, yo creo que se puede apretar. Hay que poner un plan arriba de la mesa que dé por lo menos un rumbo, un norte, que haya una estrategia y transmita algo de tranquilidad. Lo otro, lo que yo decía de establecer, creo que es necesaria esta idea de poner estas bases para atender a las familias, que vean la presencia del Estado. No basta con la buena disposición del gobierno porque el cementerio está lleno de buenas intenciones. Hay que ser capaz de responder a la reconstrucción lo antes posible. Aun así, creo que es muy pronto para emitir un juicio sobre la ministra Toro respecto a los avances de la reconstrucción porque esto está recién partiendo.